Por Fernando Mollinedo Castillo

La época colonial en Guatemala principió el 25 de julio de 1524, día en que Pedro de Alvarado fundó en Iximché la primera “ciudad” de Santiago (un campamento improvisado). En Guatemala como una entidad territorial integrante del Imperio Español, y dependiente del Virreinato de Nueva España, según la ordenanza número cuatro, emitida por el Consejo Real de Indias en el año 1540, fue establecida la Capitanía General de Guatemala, misma que duraría como tal, hasta el 15 de septiembre de 1821.

El correo emisor y recipiendario de la Capitanía General de Guatemala se cursó a través de la oficina veracruzana, en un recorrido bastante accidentado. Luego de su arribo al puerto, la correspondencia se introdujo tierra adentro hacia la oficina en Oaxaca, después siguió a Chiapas, Comitán, Huehuetenango, Totonicapán y la ciudad de Guatemala.

Sin embargo, por orden real fechada el 8 de marzo de 1708, se cursó la correspondencia de y hacia la ciudad de Santiago, a través de Verapaz hacia Campeche, “la vía Campechana”. Para ese entonces el servicio de Correos no tuvo sede permanente.

La importancia de los correos, surgió del concepto español de una relación indisoluble caminos-correos, la cual se aplicó en la concepción de la cuarta capital de la Capitanía General de Guatemala ubicada en el Valle de la Virgen, cuya realización fue encargada por el Arquitecto Mayor de las Obras Reales, don Francisco de Sabatini, a su colaborador el también arquitecto e ingeniero don Marcos Ibáñez.

En investigaciones realizadas por Elías Zamora Acosta, de la Universidad de Sevilla, en el Archivo General de Indias en Sevilla, encontró un plano inédito que contiene el proyecto realizado por el arquitecto español Marcos Ibáñez para la construcción del edificio destinado a la Administración de Correos de la Nueva Ciudad de Guatemala. Tal edificio debía estar situado al Sur de la Plaza Mayor, dando su fachada hacia el norte de la ciudad y colindando a su izquierda con los edificios de Aduanas y a la derecha con el de la Real Administración del Tabaco, en la que se encontrarían otros edificios para servicio de las Casas Consistoriales, así como la casa de Fermín Aycinena con sus locales comerciales. Al Este de la Plaza, los terrenos destinados para la Catedral y Palacio Arzobispal; al Norte el Palacio Real, y al Oeste el edificio del Ayuntamiento. La Plaza Mayor se construyó por orden de la Corona emitida en Real Cédula de fecha 21 de septiembre del año 1775.

Marcos Ibáñez realizó su proyecto (plano) de construcción para “la fábrica de la Real Administración de Correos” en el mes de noviembre del año 1777 el cual fue aprobado y firmado en junio de 1779 por el Superintendente General de la Renta, Conde de Floridablanca, aunque se ordenó su construcción en septiembre del año 1778, estimándose el costo del proyecto en unos veinte mil pesos.

“La planta del edificio que nos ocupa, es en su conjunto de forma rectangular. Su elemento esencial es un gran patio central, al que se accede a través de un pequeño vestíbulo y con el que se comunican todas las dependencias del edificio que adquiere de esta forma una gran funcionalidad, tanto por esta ordenación central como por la intercomunicación que mantienen todos los departamentos de la casa, que van a desempeñar funciones análogas o en algún modo relacionadas; así se observa en el plano la comunicación existente entre la zona dedicada a habitación privada del administrador – gabinete, dormitorio, cuartos de criados, despensa, cocina y comedor – y sus dependencias de trabajo – antesala y sala – de forma que en ningún momento, fuera necesario salir del recinto cubierto para trasladarse de una zona a otra.

También guardan comunicación los elementos destinados a guardar vehículos y animales de tiro, así como las dependencias proyectadas para el despacho de cartas y paquetes postales. Rodeando gran parte del edificio, se encuentran cinco patios interiores, uno de ellos destinado a las caballerías y los demás al desahogo general de la casa y locales de Fermín Aycinena”.

El alzado diseñado en el plano muestra la parte de la fachada total del lado sur que debía cubrir el espacio ocupado por el edificio dela Administración de Correos. Es de una sola planta, como todos los de la Plaza Mayor y los de la generalidad de la nueva ciudad; ello debido a las precauciones tomadas por los arquitectos ante los peligros inminentes de temblores y terremotos.
La fachada se compone de una columnata continua con nueve arcadas y dos puertas de las que una da acceso al edificio y la otra tiene un fin ornamental. La línea de los soportales está sostenida por pilares cruciformes con una pequeña basa, sobre los que se apoyan arcos de medio punto que sostienen una estructura adintelada, rematada por una balaustrada de mampostería.
En los pórticos, estos pilares adquieren una forma más decorativa con el empleo de unos almohadillados, único elemento ornamental empleado en la parte inferior de la fachada. Sobre la línea de los pilares, en la balaustrada, hay una alineación de grandes bolas.

La portada que da acceso al edificio –en el lado izquierdo del alzado – está coronada, a la altura de la balaustrada por un friso con una inscripción y sobre éste un frontón triangular decorado con guirnaldas.

La composición de la portada, situada a la derecha del alzado corresponde con el centro dela fachada sur de la plaza, asemeja en su estructura a un arco del triunfo: dividida en tres partes, observamos en las dos laterales la falta del arco, elemento arquitectónico común al resto de la composición, habiéndose sustituido su espacio por el que ocupan unas guirnaldas sobre las que se ha colocado un pequeño friso decorado con fondos o medallones circulares; en la parte central de la portada está coronada por un friso con inscripción, que sustenta un complejo frontón curvilíneo constituido por dos elementos, un frontón curvilíneo partido y tras él otro de la misma forma, con guirnaldas decorativas y partido en su centro por una tarja. En los dos extremos de este frontón se sustentan panoplias compuestas por elementos militares clásicos.

Viendo el plano indicado, se puede pensar en una posible reconstrucción de lo que fue la fachada sur de la Plaza Mayor, tomando en cuenta como punto de partida el plano que Antonio Bernasconi (dibujante de Marcos Ibáñez) realizó en 1785, se nota que dicha fachada estaba sustentada por cuarenta y seis pilares y que en la puerta que en el plano aparece a la derecha del alzado, por su mayor importancia decorativa, puede coincidir con el centro de ella.

A la izquierda de la composición, aparece también, otra portada coronada por un frontón triangular, complementada con el que aparece en el plano proyectado por Marcos Ibáñez en 1777, para el edificio de la Real Dirección del Tabaco, el cual presenta una puerta con frontón curvilíneo, que, siguiendo el plano de Bernasconi, supone con el que aquí se presenta en la totalidad de media fachada.

Tomando en cuenta que la portada principal coincide con el centro geométrico de toda esta media fachada reconstruida, no es aventurado pensar que la composición de la otra mitad del alzado podría presentar idénticos elementos, con lo que la fachada completa podría contemplarse como formada por dos elementos simétricos respecto a un eje que coincidiría con el centro de la portada principal.

Contemplado en su totalidad el trabajo de Marcos Ibáñez, se observa su formacón neoclásica con algunas reminiscencias de un barroco cortesano y centralista. Es de notar en la obra, una esforzada tendencia a hacer dirigir la mirada del espectador hacia el centro de la composición, mediante el paulatino acercamiento –simétrico pero desigual- de las cuatro portadas hacia el centro y por la elevación de la altura de sus alzados, que forman dos líneas convergentes unidas en el extremo superior de la tarja colocada sobre el frontón de la puerta central, en la que culmina la composición.

La anterior disposición arquitectónica, muestra a nivel académico, la idea centralista y absolutista de la monarquía ilustrada y fue tomada por Marcos Ibáñez de su probable contacto con el arquitecto de palacio Francisco Sabatini por quien parece estar influído. No debe olvidarse que Marcos Ibáñez llegó a Guatemala el año 1776 y por ese entonces Sabatini construía en Madrid varios edificios por orden expresa de Carlos III, y especialmente la Puerta de Alcalá que quizá viera Marcos Ibáñez antes de su partida y con la que se puede encontrar cierta semejanza en la portada principal del edificio guatemalteco

Finalmente la Real Administración de correos nunca se construyó, al igual que los espacios destinados para la Real Dirección del Tabaco y la Aduana. Años después, -supuestamente en 1894 – se edificó una construcción en los espacios que les correspondían, pero la nueva función fue para y puesta al servicio del incipiente comercio.

Es indudable que de haberse realizado la construcción del edificio, hubiera sido uno de los más bellos y funcionales de la época, pues llenaba los requisitos para la comodidad de los usuarios de las tres instituciones que hubiese albergado.
Éste es el origen de la edificación que desde ese entonces es reconocida como “El Portal del Comercio”.

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