Carlos Alberto Cerda

Con una portada bastante oscura que pone al descubierto la geografía de una mujer, aparece Cita con Tres (Magna Terra Editores, 2014, 91 pp.), una obra que reúne los cuentos de tres guatemaltecos: Rony Chalí Ramos, Néstor Mazariegos Morales y Arturo García Álvarez.

Los tres autores son fogueados en las lides de la escritura: Chalí Ramos es coautor del libro “Poesía de las Vértebras” (2013); Mazariegos Morales, obtuvo el segundo lugar del certamen de narrativa corta de la gremial de libreros en 2005, y, García Álvarez, es ganador del primer lugar en la categoría de cuento en el IX Congreso Latinoamericano de Médicos Escritores en Misiones Argentina en 2013. Este libro reúne el ingenio particular de cada uno de los escritores y conforma una especie de híbrido literario bastante original. Hay que decir que la obra cuenta con un prólogo a cargo de José Barnoya, quien se hace presente con las siguientes líneas: “Llega en buena hora y en mejor tiempo este libro de cuentos breves; y llega en el momento preciso en el que la excelsa cuentista Alice Munro (Premio Nobel de Literatura 2013) reivindica al cuento breve y coloca en primera línea al cuento”. “Cita con Tres”, con bastante seriedad, aparece en la escena literaria centroamericana y se hace notar desde el primer momento.

#El cuento. Esta obra pone al descubierto la belleza de la literatura desde la trinchera del género del cuento. Brescia (2014) señala que el “período comprendido entre 1945 y 1965 puede ser considerado la Edad de Oro del cuento hispanoamericano”. Tiempo en que resuenan nombres como Jorge Luis Borges, Juan Rulfo, Julio Cortázar, Felisberto Hernández, Gabriel García Márquez, Silvina Ocampo, Juan Carlos Onetti, Augusto Monterroso, Virgilio Piñera y Julio Ramón Ribeyro, entre otros. Ellos, en su momento, dieron un nuevo rumbo a la temática y estilo de este género. Nada más difícil que lograr un buen cuento, por la brevedad y la fecundidad del contenido, sin embargo, Chalí Ramos, Mazariegos Morales y García Álvarez logran, con la materia prima del ingenio, configurar con maestría las parcelas de un mundo fantástico. Los cuentos de esta obra responden a la máxima de Quiroga (citado por Brescia): “Cuenta como si tu relato no tuviera más interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno”, y por eso, el libro da fuerza a un estilo propio capaz de marcar la diferencia en esta región por su forma y contenido. Basta con recorrer el relato que inaugura el libro: “Me enamoré de Liseth durante una noche de sexo. Un disco de vinil sonó repetidamente mientras sus gemidos iban, uno a uno, purificando la visión de mis sentimientos”.

#Muchas realidades literarias. El libro reúne realidades tan diversas que conforman un mosaico que muestra en primer plano la pasión humana en sus diversas expresiones. “Una cita con tres” es más interesante en la habitación de la literatura, a puerta cerrada. Dos hombres y una mujer, dos mujeres y un hombre, tres mujeres o tres hombres, todo es posible. En esta obra el lector encontrará una postal dibujada con letras de Atitlán; una versión renovada de Sansón; una interesante conexión entre los relojes y las amantes; la relación entre el futbol y uno de los frutos de las pasiones de la vida; el efecto de las miradas prohibidas; la esencia de las enseñanzas fecundas de los padres; el recuerdo de las conversaciones de alcoba; el poder de una cronología simple; el encanto del teatro; los secretos que rodean al oficio más antiguo del mundo; el poder de las pastillas acompañadas de silencio, y, el aroma de la amante que sabe intensificar los breves momentos, entre otras posibilidades. Algunos cuentos recorren escenarios parroquiales, algo muy comprensible en Guatemala. Cada relato es una fracción de lo humano, un pedazo de la vida, construido con la fuerza de la ficción.

#El erotismo. Un tema recurrente en la obra es el erotismo, ese que se escribe desde las experiencias del planeta Júpiter. El erotismo, desde una visión formal, es la potencialidad de experimentar placer sexual y reside en el ser humano independientemente de género, edad, orientación sexual, estado civil o estrato económico y sociocultural (Rampazzo, 2012). El erotismo en el plano literario tiene sus propios rasgos y es capaz de redimir lo abyecto, lo primitivamente carnal. El lector lo podrá notar en el relato Noche de Invierno: “Las noches en invierno son más frías sin ti. Desearía arroparme ahora mismo con tu cuerpo agitado, sentir tu peso de hombre y que penetraras mi ser. Y jadear en tu oído las obscenidades que te excitan, que me lastimes y ensucies con tu tibia esencia. Al darte por servido, recorrerás con tus dedos mi espalda, secarás tu rostro y seguro charlaremos del intenso invierno y pensaremos, solo pensaremos, sobre nuestra tempestuosa relación” (pp. 55-56). Cuando el lector pone en contraluz pasajes del libro como este, es posible imaginar una pintura exquisitamente artística, donde el erotismo ocupa un espacio importante.

#Pendiente de “Cita con Tres”. Koczkas (2014) señala que no deja de sorprender (refiriéndose a un estudio sobre la cristalización de los modelos cuentísticos en América Latina) que brillen por su ausencia las voces femeninas. En el mismo sentido, en “Cita con Tres”, se echa de menos la voz, ingenio y visión femenina. El lector quedará con el deseo de saber cómo una autora, en el contexto guatemalteco, se abre campo desde el terreno del erotismo, nos referimos a las experiencias del planeta Venus. En Cita con Tres se extraña a una o dos cuentistas que equilibren la balanza. Esto no desmerita la gran labor de los autores de dar vida a mujeres valiosas en los relatos: Liseth, Noemí, Julia María, Jimena, Josefina, Jennifer y Xiomara, entre otras. Las escritoras latinoamericanas enriquecen el género del cuento, esperamos que en la próxima cita se cuente con la presencia femenina, no solo en la portada y en los personajes, sino desde la psique de la mujer traducida en líneas y relatos. Por lo pronto, el tema se redime navegando en esta agua: “La chica de la discordia y las cuatro copas estaban ya acomodadas en la esquina del bar. Uno a uno, los tres amigos se hicieron presentes y ocuparon su espacio (…) un gato negro saltó sobre la mesa y espantó el silencio”.

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Twitter: @CarlosCivis


Referencias

Brescia, P. (2014). Asedios a la forma: teorías (clásicas y nuevas) del cuento. Perífrasis Revista de Literatura, Teoría y Critica. Volumen 5 (9), 65-78.

Koczkas, A. (2014). Modelos y prácticas en el cuento hispanoamericano. Arreola, Borges, Cortázar. Romance Notes, Volumen 54, pp. 281-283.

Rampazzo, C. (2013). El erotismo infinito. Revista latinoamericana de Psicología. Volumen 45, pp. 163-164.

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