Por Maya Juracán

El nombre de la muestra en cuestión es “Defensa” de Nora Pérez. Días antes ya había tenido la oportunidad de ver una pequeña porción del material que sería expuesto. Mientras conversábamos, Nora me llevó a una habitación donde había unos cuadros envueltos en plástico, empacados, como reacios a ser vistos.

No me preocupé por eso y asumí que de esta manera esos cuadros con las imágenes de su obra iban a estar en perfectas condiciones hasta que el momento de la exposición llegara y fue por esta razón que no emití ningún criterio cuando me preguntó: ¿Qué piensas? viéndome abordada por la pregunta que se me hizo irrazonable pues no conocía la obra y como solo la veía envuelta en plástico le dije: “Pues no sé ¿Si lo destapas? ella me cuestionó inquisidoramente y me acribilló con preguntas que pudieran ser asesinas de encontrarnos en lo solitario. Maya ¿Cómo se llama la muestra? ¿Cuál es el gesto de esa acción? ahí es cuando logré absorber la idea que pretendía exponer.

Aún me encontraba intrigada por ese encuentro y me preguntaba si esta artista se atrevería a exponer toda su obra envuelta en plástico, dudé por un momento y me sentí en la necesidad de volver a preguntar. Dos semanas después fui a la exposición situada en Sótano 1; al bajar las gradas y entrar al espacio de la exposición descubrí que efectivamente todas las obras estaban cubiertas con esponja, plástico de burbuja y colocadas a determinada altura en la pared de manera impecable. Asumí la posición de observadora y me dirigí a la primera obra, un cuadro gigante cubierto con plástico de burbuja.

Me sentí engañada, ultrajada y no pude evitar sentirme como el cuento clásico “El traje nuevo del emperador”, ¿Qué estaba viendo? por qué fingir verlo detenidamente si en ningún momento de la obra iba a saltar una imagen a sorprenderme y decirme que siempre estuvo ahí, pero era demasiado estúpida para poder verla a simple vista.

En palabras de John Berger, “lo visual es siempre el resultado de un encuentro irrepetible” y en este momento pensaba en la reacción inicial, por lo tanto continué el recorrido y para reproducir “El encuentro irrepetible” me topé con una serie de cuadros de similar tamaño envueltos con la misma acción, esta vez no fui minuciosa, mis ojos buscaban lo que se suponía quería ver en una exposición de arte. Al llegar al último cuadro me encontré con que alguien deliberadamente no pudo con su esencia escrutadora y decidió abrir la obra.

Mi curiosidad me permitió atreverme a transgredir la impecable pureza de la obra y dirigí mis dedos para separar los pedazos de plástico y ver adentro de lo que protegía, mi escepticismo se vio afectado cuando descubrí que dentro de la estructura la cual resguardaba efectivamente había obra, una fotografía que apenas pude distinguir. ¿Y entonces? ¿Por qué? ¿Por qué la artista había ejercido esta acción tan represiva de ocultarse tras el simple y básico plástico?

Al final del salón pude observar como otras obras de la artista se presentaban de la misma manera, para cerrar con un video de la reiterante acción donde se enseñaba una mujer dentro de una faja, que respiraba con dificultad.

Terminé mi visita a la exposición rápido, me situé en una esquina del salón como con miedo de observar más allá, desde las gradas me puse a ver cómo la gente entraba y tenía la misma reacción que yo, se mostraban ajenos ante la acción de la artista, algunos otros fotografiaban la peluca envuelta en plástico que saludaba con las puntas como pidiendo salir.

Defensa. Amparo, protección, socorro, ayuda, auxilio, custodia, abrigo: ¿qué es una defensa en realidad?, en mi posición de espectadora entendí todo cuando una pareja se retiraba del lugar emitiendo una frase: “No vimos nada”. La artista había mostrado su gesto de no exponerse, algo que aunque es respetable en el espectador debió engendrar algunas interrogantes.

En lugar de emitir nuestro juicio hacia el artista, esta había logrado que nosotros mismos decidiéramos, lanzáramos la interrogante que definía su obra, es muy fácil la acción de quedarme en nada, de no mostrar nada, pero es tan difícil poder presentarnos a los demás como nada. La artista había logrado en mí un análisis a profundidad al no darme lo que se supone que venía a reclamar.

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