Por LORI HINNANT
PARIS
Agencia/AP
Pintado por uno de los artistas callejeros más famosos del mundo, el remolque de un camión de carga que estuvo estacionado primero entre mucho lodo en un festival musical y después bajo un roble, fue inicialmente la casa de una pareja británica itinerante y después de toda la familia ya con hijos.
En 1998, el dueño del camión de carga conoció a Banksy como alguien con el que había actuado alguna vez en una calle en Bristol, Inglaterra, y como un amigo del novio de su hermana, y por unas 200 libras (unos 300 dólares de entonces) aceptó convertir la parte lateral del remolque en un lienzo para el festival de música de Glastonbury.
La obra de Banksy llamada «Silent Majority» fue retirada del remolque y será subastada el lunes en París; la pintura describe a los miembros de un comando militar en acción que instala equipo de sonido para una fiesta.
La casa de subastas Digard expresó confianza en captar cuando menos 400.000 dólares por la pintura. Si fracasa la transacción, hay planes para ofrecer la obra en una venta privada.
El dueño sólo quiso que se difundiera su primer nombre, Nathan, para evitarse mayores molestias a causa de esta obra valiosa y extraña que es de su propiedad.
Los cuatro hijos de Nathan, que también fueron a París, continuaron tratando la obra sin mayor interés; pasaban a un lado de la pintura en la calle donde estuvo en exhibición el fin de semana.
Nathan había vivido la mayor parte de su vida desplazándose de un lugar a otro cuando Banksy le preguntó sobre el remolque que era su casa en aquel entonces.
A cambio de un poco de dinero y algunos boletos para el festival de música, el artista entonces desconocido cerró el trato para pintar el remolque. Banksy y un colaborador conocido como Inkie se pusieron a trabajar y a pintar durante el festival anual, cuyo punto más memorable aquel año fue que el lodo cubría hasta los tobillos.
Banksy pintó «Silent Majority» a mano, sin utilizar los esténciles que lo caracterizan, y es un ejemplo raro de las primeras obras del artista, dijo Mary McCarthy, experta británica en arte callejero que contribuyó a organizar la subasta del lunes.