OVIEDO,
Agencia AP
Además de Quino, los galardonados en las otras siete categorías fueron homenajeados en una solmene ceremonia presidida por los reyes Felipe y Letizia en el Teatro Campoamor de Oviedo, al norte del país.
Después de 34 ediciones, los premios pasarán a llamarse Princesa de Asturias en 2015. La abdicación del rey Juan Carlos en junio y la subida al trono de Felipe y Letizia dejó a su hija Leonor de Borbón, de ocho años, el título de princesa de Asturias como heredera de la corona.
«Se comprenderá con cuánta emoción he regresado, ahora como rey, para hacer entrega de los premios», dijo Felipe en su discurso. «Se comprenderá también con cuánto cuidado y dedicación la reina y yo educamos a nuestras hijas Leonor, princesa de Asturias, y la infanta Sofía para que también crezca en ellas un compromiso como el nuestro».
Quino, de 82 años, acudió en silla de ruedas y se mostró visiblemente emocionado por el reconocimiento. Fue distinguido en la categoría de Comunicación y Humanidades al cumplirse el 50 aniversario del nacimiento de Mafalda.
El rey dijo que el dibujante, hijo de andaluces exiliados en Argentina durante la dictadura, ha sabido «imbuir a sus personajes de una admirable capacidad para transmitir valores educativos universales».
«La obra de Quino nos recuerda a los españoles, y a cualquier persona de cualquier sociedad, la necesidad de guiarnos siempre por los mejores y más sólidos principios y valores, y de hacerlos con un sentimiento genuino de profunda humanidad», dijo el monarca.
El autor irlandés John Banville, ganador en la categoría de Letras, fue el encargado de leer uno de los discursos del acto. Banville, considerado un maestro de la novela negra, alabó el poder de la palabra en el intento por describir una realidad inabarcable.
«El lenguaje de las frases abraza la realidad en un esfuerzo incesante por abarcarla, contenerla, expresarla», dijo. «Vano esfuerzo, como debe ser. La esencia de la realidad se encuentra, esencialmente, fuera de nuestro alcance».
Además de Quino y Banville, el arquitecto Frank Gehry fue distinguido en la categoría de Arte y el hispanista francés Joseph Pérez, en Ciencias Sociales. La periodista congoleña Caddy Adzuba fue reconocida con el Concordia por su lucha pacífica contra la violencia que afecta a las mujeres, la pobreza y la discriminación. Los químicos Avelino Corma, Mark E. Davis y Galen D. Stucky recibieron el de Investigación. El Maratón de Nueva York se llevó el de Deportes y el programa de becas Fulbright promovido por el gobierno de Estados Unidos fue premiado en la categoría de Cooperación Internacional.
Cada uno de los premios, creados en 1981, está dotado con 50.000 euros (69.600 dólares) y una escultura diseñada por el artista Joan Miró.