Por BERENICE BAUTISTA
MÉXICO /Agencia AP

«Cuando supe que Nietzsche se había enamorado de ella, él que fue tan machista, pues dije, ‘¿qué tiene esta mujer que la hace tan especial?»’, dijo Sarmiento a The Associated Press en una entrevista sobre «La más amada», su biografía novelada de Andreas-Salomé, publicada recientemente por Suma de Letras. «Y yo terminé también enamorada de ella… Es muy difícil estar cerca de una mujer que vive como piensa y permanecer sin involucrar los sentimientos».

Lo que más le cautivó del personaje fue su congruencia. «Ella tenía dos cuestiones por encima de todas las demás, una era el buscar su libertad en una época en la que la mujer no podía ser libre… y la segunda era el buscar por encima de todo al conocimiento».

Sarmiento, quien es doctora en creación literaria, necesitó dos años de investigación para descifrar la vida de Andreas-Salomé e incluso viajó a Rusia, donde nació la psicoanalista y autora en 1862. «Fui hasta San Petersburgo para ver cómo era la gente de allá», dijo.

Sarmiento había dedicado antes un libro a la esposa de Sócrates y sólo tuvo que investigar sobre el filósofo. En el caso de Lou era necesario abordar a Nietzsche, el poeta Reneé «Rainer» María Rilke, Sigmund Freud y el filósofo Paul Rée, pues todos ellos fueron hombres importantes en su vida.

«En el siglo XXI todavía la mujer… depende del qué dirán, no somos completamente libres», dijo Sarmiento. «Para mí estudiar acerca de Lou (Andreas) Salomé me significó darme cuenta de que a mí me falta dar un paso para lograr ser como ella y fue un cambio en mi vida».

Además de ser peculiarmente inteligente y volver locos a los hombres, Lou era vegetariana y practicaba meditación gracias a su marido el lingüista Carl Friedrich Andreas.

«Es como el New Age pero a principios del siglo XX, que era impensable», apuntó Sarmiento. Por eso no es de extrañar que la gente del pueblito alemán de Göttingen, donde vivió en los últimos años de su vida, la calificara como bruja.

«Una mujer que hace cosas diferentes a las demás siempre asusta», dijo Sarmiento. «Le temían, pensaban que tenía poderes ocultos». Otra de las personas que no aceptaba su manera de ser fue la hermana de Nietzsche, quien según Sarmiento fue «su peor enemiga».

«La hermana de Nietzsche convenció a gran parte de la comunidad europea de que esta conducta escandalosa de Lou era algo que no debía de tolerarse y se enfrentó a muchos obstáculos por eso». Pero es indiscutible que Lou influyó en el filósofo y que a pesar de que sólo estuvieron juntos físicamente un par de años se les relacionó para siempre.

«Inclusive su obra más grande, ‘Así habló Zaratustra’, tiene muchas de las ideas de Lou entretejidas, estuvo inspirado en ella», apuntó la escritora. «A Lou le decían que nueve meses después de conocerla los hombres se volvían famosos o daban a luz un gran libro y Nietzsche no fue la excepción… Era como si los embarazara intelectualmente».

Lou juró que se iba a mantener virgen para librarse del yugo que significaba entregarse sexualmente a un hombre, pues decía que las mujeres perdían su libertad al casarse. Por muchos años cumplió esta promesa, incluso la mantuvo ya casada con Andreas, hasta que conoció al guapo poeta Rilke, quien la sedujo y la llevó a perder la virginidad a los 35 años.

«Yo creo que uno no sólo tiene derecho al cambio de opinión, sino la obligación de cuestionarse en cada momento si sus opiniones son correctas», dijo Sarmiento sobre ese cambio tan contrastante en la vida de Lou. «Rilke era irresistible, de Rilke se enamoraron muchas y Rilke se enamoró de otras muchas, pero en su lecho de muerte por la que pidió fue Lou».

Tras Rilke, Lou tuvo otros tantos amantes y como era de esperarse quedó embarazada en una época en la que no existían los anticonceptivos. Su desgracia fue tener que abortar.

«Los abortos eran mucho más comunes de lo que nosotros nos imaginamos. Sí tuvo cuando menos dos abortos», dijo Sarmiento. «Para ella fue durísimo, si fue una de las cosas que más la marcaron, pero no tuvo otra opción dadas las circunstancias».

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