Por THOMAS ADAMSON
PARÍS /Agencia AP

«Primero pediría a todos que calmen su entusiasmo porque no van a ver nada. Es una gran decepción. Es un museo vacío», dijo Laurent Le Bon, presidente del museo, durante una recepción hoy. Le Bon lleva en el puesto tres meses, luego de que su antecesor fue despedido.

Las 37 salas del Museo Picasso, ubicado en el Hotel Salé del siglo XVII en el distrito Marais de París, serán abiertas temporalmente este fin de semana en honor al fin de semana de la herencia francesa, que se conmemora cada año. El museo, que está bajo el hospicio del gobierno galo, abrirá oficialmente el 25 de octubre y hasta entonces el arte estará guardado y juntando polvo.

Para renovar el recinto se invirtieron 52 millones de euros (72 millones de dólares) y los organizadores esperan que eso acabe con los problemas del museo, que parecen interminables.

El director anterior fue destituido en mayo por retrasos en la renovación, en medio de acusaciones de malos manejos administrativos y enfrentamientos entre el gobierno y la familia del artista. Este fin de semana, los visitantes deberán usar su imaginación para tener una idea de cómo se verán las obras.

«En muchas de las salas no hay nada que ver. Es como una hoja en blanco donde podemos usar la imaginación. Es un momento donde todavía podemos soñar», insistió Le Bon. Cuando el recinto se inaugure oficialmente, habrá 400 obras del prolífico fundador del cubismo.

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