POR GERD ROTH
París /Agencia DPA
El disco, que Kravitz define como de puro rock and roll, incluye una versión muy personal del Feliz Cumpleaños, que él transforma de «Happy Birthday To You» a «Happy Birthday – Fuck You!». El tema tiene enorme potencial para convertirse en un éxito de masas que suene en todos los locales de fiesta.
El disco incluye 12 canciones, entre ellas una versión del clásico de Smokey Robinson «Ooo Baby Baby». Kravitz pone la canción al final del CD y de hecho puede convertirse en el típico tema que ponen los pubs y bares a la hora de cerrar, para acabar a sacar a la gente del local.
«Me encanta el álbum, por eso lo grabé», dice Kravitz en conversación con dpa. «Fue sencillo, las canciones vinieron a mí con facilidad», pese a que no estaba seguro de querer grabar. «La música arrancó por sí misma».
Las canciones fueron surgiendo «en medio de la nada» en las Bahamas, en Nueva York y en París, su tercera patria. Como es habitual el músico toca casi todos los instrumentos e incluso produce «Strut». «Es un diálogo sin palabras», define el trabajo, una cuestión de sentimientos.
«Me pongo diferentes sombreros. El batería, el bajo, el guitarrista, el tecladista, cantante, arreglista y productor. Siempre soy yo, pero son diferentes partes de mí», señala. «Todos estos personajes trabajan juntos para el ‘groove’ (ritmo)».
Un ritmo muy corporal y que contagia movimiento en temas como «Sex» o «Dirty White Boots», se acerca más a la balada con «She’s A Biest» o «The Pleasure and The Pain», y es más rockero y duro en «Strut» y «New York City», canción en la que el músico le declara su amor a la metrópolis.
«Nueva York siempre será una parte importante de mi vida». Es la ciudad de su niñez. «Eso es algo que está en mí, los sentimientos, las experiencias, todo lo que esa ciudad me ha dado».
«Strut» es puro estilo Kravitz. Pero él subraya que «no hay dos álbumes que sean iguales». Hay diferencias en la producción, la calidad y tipo de sonido. «Los discos son grabaciones de un momento. No soy alguien que se pueda repetir, incluso aunque lo intentara no podría volver a hacer el mismo álbum».
Editar un disco es algo muy personal para lo que nadie lo presiona para que se dé prisa, subraya, es «su tiempo libre».
En sus otras actividades tiene que ser más cuidadoso. Como actor («Los juegos del hambre») quiere proyectos que sean «geniales, atrapantes, interesantes», y por eso aspira a trabajar con «grandes directores».
También como diseñador y decorador de interiores prefiere que los proyectos le vayan llegando. «Hay varios en marcha: un club aquí en París, hoteles en Las Vegas y Tokio, tiendas en todo el mundo de una empresa de Los Angeles, hay mucho para hacer».
Pero por ahora lo central es la gira del nuevo disco. «Estamos ensayando, armando algo. Estoy concentrado en eso ahora». El punto de partida fue el viernes en Nueva York y el 22 de octubre lo llevará a Moscú como parte del tour europeo. El conflicto en Ucrania no juega para Kravitz ningún papel. «Toco para la gente, no para el gobierno. No tengo ningún problema».