Por Chris Melzer
Nueva York /Agencia dpa
Springsteen suele presentarse como un tipo de clase obrera y esos fueron sus orígenes. Su padre era conductor de autobuses, que a menudo estaba sin trabajo, pero su madre era secretaria. Cuando su hijo cumplió 13 años, se compró una guitarra por 18 dólares, que en 1962 no parecía que fuera mucho dinero.
El chico se entusiasmó con el instrumento y tres años después tomó un crédito de 60 dólares para comprarse una guitarra mejor. El joven Springsteen, que siempre dijo que su referentes fueron Elvis Presley y los Beatles, comenzó a ganar pronto dinero con la música. Y como era el que repartía entre los músicos el poco dinero que se ganaba, recibió el sobrenombre de «The Boss».
Más de 40 años después, Springsteen sigue en forma y sus cuatro últimos discos, -«Magic» (2007), «Working on a Dream» (2009), «Wrecking Ball» (2012) y «High Hopes» (2014)- consiguieron en número uno en la lista de ventas.
Precisamente «Wrecking Ball» (bola de demolición) era Springsteen al cien por cien: rock, rabia y textos repletos de crítica social. ¿Qué más da que unos meses después de su publicación a una chiquilla provocadora 44 años menor y de nombre Miley Cyrus se la relacionase con ese disco por salir desnuda en el video en una bola de demolición? Al «Boss» le daba igual.
«Springsteen no es el tipo que esté buscando el próximo éxito y sin embargo tiene fans en todo el mundo que esperan con devoción su próximo trabajo», señaló Eric Deggans, crítico musical de la emisora NPR. Sin realmente proponérselo, consigue siempre reinventarse. «Sigue siendo un territorio desconocido en la industria de la música».
Springsteen es un tipo ideológicamente situado a la izquierda. Apoyó las campañas electorales de Barack Obama y marcó las distancias notoriamente con Chris Christie, el gobernador republicano del estado donde vive, Nueva Jersey. Y eso que Christie, de 52 años, es un conocido fan del músico y ha ido a más de 120 de sus conciertos. Sólo cuando tras el huracán «Sandy» Christie se arremangó, Springsteen lo saludó e incluso lo abrazó. Al parecer el gobernador tenía lágrimas en los ojos.
Con los años, Springsteen ha ido dedicándose a más cosas y ahora incluso figura en la nómina de escritores con la versión en literatura infantil de uno de sus éxitos «Outlaw Pete». Además también ha dado el salto a la actuación. Su viejo amigo Steven Van Zandt, el guitarrista de su grupo E Street Band, lo suele hacer desde hace años, en la mayoría de ocasiones apareciendo como gánster. Y en su serie «Lilyhammer» también participa su jefe, el «Boss». Springsteen ya se había colocado en un par de ocasiones ante la cámara, pero sólo encarnándose a sí mismo.
Desde hace tiempo forma parte de la cultura de su país, gracias, entre otros, a «Born in the U.S.A.», un disco del que se vendieron más de 30 millones de ejemplares en todo el mundo y con el que ha conseguido entrar en la historia de la música.
Además, la portada con su foto realizada por Annie Leibovitz forma parte de la cultura pop estadounidense: Se ve el trasero de Springsteen sobre un fondo de la bandera estadounidense. Del bosillo de los jeans cuelga una gorra de visera. Al parecer esa mítica foto fue elegida un poco al azar, pues Springsteen relató hace años que le tomaron muchas y al final «mi culo sencillamente se veía mejor que mi cara».