Toronto
Agencia dpa

«Poder interpretar a gente común, que tiene vidas distintas a las que tenemos nosotros como actores es una oportunidad de conocer y entender otras cosas más allá de este mundo de fama en el que vivimos», aseguró Pacino, de 74 años, protagonista de clásicos del cine como la saga «El Padrino», de Francis Ford Coppola, o «Scarface», de Bian de Palma. «Es un alivio meterte en la vida de otro».

Antes de presentarse hoy en el TIFF, la película de David Gordon Green compitió por el León de Oro hace pocos días en el Festival de Cine de Venecia, donde Pacino también estrenó «The Humbling», de Barry Levinson, que se proyecta asimismo en la muestra canadiense.

«Siempre fui un gran fan de cualquier director que me quiere en su película», dijo el actor durante una descontracturada conferencia de prensa en la que tanto él como el moderador, Henri Behar, volcaron accidentalmente sus vasos de agua, por lo que Pacino se puso a repasar divertido la mesa con un trapo mientras contestaba las preguntas.

«No me interpreten mal, pero soy fan porque cuando un director te ve en un papel sabes que te involucrarás en algo en lo que contarás con su apoyo», señaló el actor, rodeado de su compañera de reparto, Holly Hunter, que en el film da vida a una tímida empleada de banca, y el director de la película.

«Es lo que pasó con Coppola. Nadie me quería en ese papel más que él. Pero él tenía sus motivos, vio algo en mi persona por lo que me quiso allí», recordó sobre su personaje de Michael, el hijo del jefe mafioso Vito Corleone, para el cual fue convocado a principios de los años 70.

Pacino aseguró que con los años, le es cada vez más fácil desprenderse de los papeles que interpreta. «Cuando era más joven me quedaba más en el papel, pero con los años me desprendo con más facilidad de los personajes. Siento que al dejarlos ir puedo revivirlos cuando vuelvo al otro día. Es como ponerte un disfraz».

A la vez, es consciente de que, a esta altura de su carrera, puede elegir qué papeles hacer, aunque no sabe bien por qué finalmente opta por uno u otro. «Creo que en la vida atravesamos ciclos. Algunos lo llaman envejecer, pero yo no sé muy bien qué quiere decir eso», aseguró el actor, quien llegó a Toronto junto a su pareja, la argentina Lucila Polak, 40 años menor que él.

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