Por: Carla Natareno Letona

Entre Pancho Villa y una mujer desnuda de Sabina Berman (1956, dramaturga, narradora, poeta y guionista, mexicana) cuenta la historia de Gina y Adrián una pareja que vive en un eterno tira y encoje respecto a sus sentimientos. Además de la pasión sexual y el fervor por la literatura, ambos son admiradores del héroe revolucionario Pancho Villa.

Ellos a lo largo de la novela comparten una serie de diálogos que muestran el amor, el desamor, la confusión, la tensión sexual, la decepción y la ilusión de querer a alguien. Los personajes podrían ser cualquiera de nosotros, sus sentimientos ya los hemos vivido. Pero ¿qué tiene que ver un revolucionario de antaño entre estos dos amantes?

A través de la imaginación de Adrián, Pancho Villa cobra vida y lo acompaña en cada momento, interactuando con los dos sin ser visto, es un ser inmaterial que se cuela en las tiernas conversaciones y en las peleas.

Pancho Villa fue uno de los personajes más importantes de la Revolución mexicana (1910-1920), sin duda simboliza un ideal de lucha, resistencia, valentía, pero también perfila a un macho orgulloso de la anarquía de su estilo de vida, de andar armado y usar una extraña justicia en sus manos. Y es así, con todas esas características, Pancho Villa se cuela entre la cotidianidad de una pareja que no entiende qué camino está tomando su amor… o desamor.

Al leer la novela es muy fácil imaginar a Villa, como un personaje de las famosas películas de Pedro Infante o Pedro Negrete, orgulloso de su virilidad, de su nacionalismo, entrometido en los problemas actuales de Gina y Adrián.

Adrián es un escritor ególatra que utiliza a Gina a su conveniencia, ella llena un vacío que necesita atención cuando él lo decide, ella como toda enamorada cede ante peticiones egoístas de Adrián y ahí, Pancho Villa va guiando al escritor de cómo debe tratar a una mujer (que al parecer no tiene mucha idea).

Gina trata de cumplir con ese ideal de mujer enamorada, como sucedía en los tiempos de Villa y como se lo exige la modernidad. Trata de comprender y hasta de justificar a Adrián y los dos hombres se sienten satisfechos.

Pero, algo sucede con Gina, porque reacciona. No tiene interés de seguir siendo una mujer pasiva, entiende que no está para recibir migajas del amor mediocre de nadie y mientras ella se arma de valor, la voz de Villa al oído de Adrián se desvanece.

Este es un libro entretenido, con un buen ritmo, humor, que finalmente muestra a una Gina que entiende que enamorarse de un escritor (o de cualquier profesional que se dedique a una rama del arte, es muy mala idea). Gina nos ofrece una lección de feminismo y de amor propio. Ella decide lo que cree que es mejor para ella y ahí radica ese poder femenino: en tomar una decisión.

A veces pareciera que muchas cosas han cambiado en la sociedad, pero al traer a colación personajes con Villa nos damos cuenta de que hay cosas que siguen igual.

Por eso es tan importante que mujeres como Gina, se atrevan a cuestionar y a enfrentar sus miedos, como se lee en esta frase: “Tú hablas de libertad y democracia, pero igual que cualquier machín, por debajo de las palabras crees que yo soy tuya. Dime que no es así”.

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El éxito a través del fracaso, de Henry Petroski

Henry Petroski demuestra en este ensayo que el avance tecnológico y la mejora en el diseño son más una reacción ante la frustración por algo que no funciona bien que una forma de responder a nuevas necesidades. De esta manera el autor arroja una nueva luz sobre algunos fracasos espectaculares: desde los desastres de los transbordadores espaciales hasta la caída de las torres gemelas de Nueva York.

Crear la democracia, de Darío Roldán

Entre 1910 y 1928 apareció ininterrumpidamente la Revista Argentina de Ciencias Políticas. Este libro reúne un conjunto de ensayos que analizan de modo riguroso, y desde distintas perspectivas, el modo en que la publicación abordaba sus temas y los esfuerzos y ambigüedades de una parte de la tradición liberal argentina.

Adiós a las trampas, de German Dehesa

Adiós a las trampas es el resultado de un concurso convocado por el IFE, el Conaculta y la Secodam en donde los niños y los adolescentes mexicanos expresaron su opinión sobre la corrupción en un dibujo. Si bien es difícil predicar con el ejemplo, los niños muestran una conciencia cívica ejemplar; ello es reconocido por los adultos que acompañan los dibujos de este libro: Germán Dehesa, Carlos Elizondo Mayer-Serra, Denise Dresser y Federico Reyes Heroles.

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