Deuda1
Daniel Alarcón Osorio
Académico Universitario

En una época en la cual no busqué influencias ni enseñanzas literarias, sino entender y comprender la historia de mi país, Guatemala, a partir de la Revolución de Octubre y el exilio y asesinatos de tantos ilustres guatemaltecos en la única década de cambio (1944-1954 para los que no lo saben) y sin leer textos de historia, leí con fruición a Luis Cardoza y Aragón, Tito Monterroso, Miguel Ángel Asturias (después su segundo apellido, Rosales), Mario Payeras, Otto René Castillo (asesinado), Roberto Obregón (asesinado). Me detengo mejor…

En 1996, cuando la Universidad de San Carlos -mi amada Universidad, tan llena de porquería profesional y cloaca politiquera), festejó a Augusto Monterroso con el Doctorado Honoris Causa, durante la recepción le hice una pregunta cuya respuesta todavía me impacta, me codea, me provoca, me seduce y hoy la cuento.

Maestro: ¿cuál es la condición básica del escritor y no caer en la censura, la autocensura, el autoengaño y la insinceridad?

Ser honesto consigo mismo y un lector permanente de todos y de todo para encontrar o crear su propio camino y estilo y no creerse Dios ni ser lameculos como pasa y sucede en todos lugares.

Lo demás es silencio, me terminó de decir2.
1 La oveja negra que hizo famosas a las moscas -y Tito riéndose. Periódico Universidad, lunes 27 de mayo de 1996, página 2, escribí para entonces.

2 Del libro Cuentos para después de comer.

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