Yuri Chávez García
Universidad de San Carlos de Guatemala
En estas fiestas de fin de año, el guatemalteco puede apreciar en diversos lugares, los llamados “Nacimientos” escenas que representan el momento en que el niño Jesús nació. Las manos de artesanos chapines han logrado verdaderas obras de arte en estas representaciones. Algunas elaboradas con antiguas esculturas, engalanadas con hermosas vestiduras, otras de barro crudo o cocido, tusas, materiales de reciclaje y un sinfín de elementos, categorías y efectos. Pero es preciso indicar que la constante en cada uno de ellos, es la creación de escenas de paz, y en cuyo centro la figura del niño recién nacido toca las fibras sensibles del espectador.
Para identificar el origen de esta tradición es necesario reconocer, algunos detalles de orden religioso y su relación con el arte, en el Concilio de Éfeso del año 431, se declaró a María como madre de Dios, y con ello su imagen de manera oficial empezará a aparecer en las escenas de la Natividad.
Los artistas comienzan a recrear la escena del nacimiento de cristo, según lo narra la Biblia, primero por medio de pinturas. Estas obras deben cumplir su función como medio didáctico para la difusión y enseñanza de los preceptos cristianos a las comunidades que no sabían leer.
Guido de Siena 1270.
Actualmente en el museo de Louvre/pintura italiana del Duocento.
La edad Media, el Renacimiento y el Barroco dejaron un legado de obras que abordan temas como: La Anunciación , La visitación a la prima Santa Isabel, El nacimiento del niño Jesús , la adoración de los reyes, la Huida a Egipto y otras más que en su mayoría son obras únicas e invaluables.
En la escultura un referente del aparecimiento de esta escena es la que se encuentra en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, encargada por el primer Papa franciscano Nicolás IV en 1288 al escultor, arquitecto y urbanista toscano Arnolfo di Cambio, cuyo perfeccionamiento en la escultura lo debe a su trabajo en los talleres de Nicolai Pisano. La obra fue entregada en 1291.
Ya se observan en dicha representación, los elementos centrales, San José, la Virgen María, el Niño Jesús , los tres reyes magos , el buey y la mula.
En Nápoles probablemente a finales del Siglo XV se hizo la primera representación en figurillas de barro. El Rey Carlos III encargo estatuillas para el Belén que le regalaría a su hijo Carlos IV. Así mismo ordenó que en sus dominios se extendiera la tradición de elaborar belenes.
En nuestro país herederos de la tradición católica que llega de la mano de los descubridores, conquistadores y se asienta durante la época colonial fusionándose con las creencias nativas, la elaboración del Nacimiento encuentra gran acogida.
La práctica de elaborar la escena del nacimiento se asocia al estímulo que el Santo guatemalteco Pedro de Betancur, diera a esta tradición heredada, de la orden franciscana a la cuál perteneció.
La historia nos narra la primer celebración navideña donde se instaló un Belén, para la nochebuena de 1223, en una cueva cercana a la ermita de Greccio (Italia) en el poblado de Rieti. Donde aquella noche según la tradición oral San Francisco de Asís, celebró la Misa de Gallo.
Tomás de Celano, primer biógrafo de San Francisco, narra que “esa noche se añadió a la escena simple y conmovedora el don de una visión maravillosa: uno de los presentes vio acostado en el pesebre al mismo niño Jesús”. De aquel belén de la Navidad de 1221, “Todos regresaron a sus casas colmados de alegría” Tomado de : Tomas De Celano, Vida primera, 84 Fuentes franciscanas (FF),n.468.
El mismo Santo hermano Pedro de San José de Betancur refiere en un manuscrito de su autoría el sentir en cuanto a la encarnación y nacimiento de cristo. “Oh que niño es este, tan lindo, sin duda que nació de un hechicero, todos lo miran y todos lo aman y tratan de no enojarle, aunque tan chiquitito este niño bello, sepa todo el mundo que es rey del cielo, es cosa acertada al niño servir y en todo momento pensar en morir, muy bien sabe el niño ahora ocultar lo que cuando sea grande por mí ha de sufrir”
Cada comunidad guatemalteca construye su nacimiento de acuerdo a sus posibilidades económicas, artísticas, también según su grupo étnico y área geográfica. Toman de su entorno los elementos naturales, pino, manzanilla, aserrín, musgos. Materiales diversos de la tradición o de la modernidad. Pero en todos ellos se evidencia el arraigado amor al niñito Jesús, un símbolo de esperanza y luz para el año nuevo.
El Papa Francisco en el año 2019, da a conocer la carta apostólica Admirabile signum, en la que refiere el significado y valor del Belén. Exhortando a que esta tradición se mantenga, y se avive donde haga falta. Porque simboliza el amor la proximidad entre los seres humanos no importando su condición.