Juliana Velásquez encontró refugio en la música escribiendo canciones sobre temas de su vida de los que no se atrevía a hablar. El ejercicio de catarsis desembocó en un álbum y le mereció su primera nominación al Latin Grammy, en la codiciada categoría de mejor nuevo artista.
La cantautora colombiana de 23 años se medirá el próximo jueves por el gramófono dorado con un grupo ecléctico que incluye a Giulia Be, Bizarrap, Boza, María Becerra, Zoe Gotusso, Humbe, Rita Indiana, Lasso, Paloma Mami y Marcos Mares.
Pero el término «nuevo artista», en su caso, no parece encajar del todo: su carrera comenzó hace más de una década en televisión, cuando con apenas 7 años debutó en el reality show «Angelitos», que ganó, y desde entonces se abrió paso en la pantalla chica y el teatro musical de su país.
«Era realmente muy chiquita», dijo Velásquez en una entrevista reciente por videollamada desde Bogotá. «Digamos que mi infancia la viví entre los sets de grabación».
En cuanto a la música, continuó, «yo siempre he cantado y me ha encantado componer canciones, pero nunca me había tomado el atrevimiento de dar ese paso para dedicarme a hacerlo… Pasa esta nominación, y para mí es de las cosas más bonitas y más especiales que me han pasado hasta hoy».
Con un estilo «retro» que le atribuye a su amor al mariachi (Rocío Dúrcal y Juan Gabriel están entre sus referentes principales) y una voz sublime pero llena de inflexiones y emoción, Velásquez debutó en abril con «Juliana».
El álbum de 11 cortes comienza con «Montaña rusa», que creó en medio de la pandemia con la ayuda de sus fans en Instagram («¿Quién dijo que el mundo se nos detendría un instante?», dice parte de la letra), e incluye los sencillos «Dolor anticipado», «Juro» (con los artistas mexicanos Los Rumberos) y «Presiento».
¿Qué la llevó a decidir que estaba lista para dedicarse de lleno a la música?
«Saber y entender que yo no estaba igual de feliz si no me permitía hacerlo. Llevaba cinco años componiendo muchas canciones, componía para otros artistas, para musicales, eventos y demás», dijo.
«Fue en ese momento y ese despertar en el que me di cuenta que, uno, la vida es sólo una y hay que hacerlo ya o no es nunca. Y dos, … estaba pasando por muchos procesos de superación de muchas cosas, y decidí utilizar mi música como una forma de terapia y de refugio para hablar de muchas cosas de las que yo no era capaz de hablar».
Como ejemplos mencionó «Montaña rusa» y «A la medida», esta última sobre estar en constante inconformidad con uno mismo mientras trata de proyectar algo que no es ante los demás. «Solemos buscar en otro lugar / Inseguridad siempre ha estado / Duele despertar lista para aparentar», canta Velásquez.
«Yo tuve un tema muy difícil de trastornos de alimentación durante un periodo de mi vida del cual nunca fui capaz de hablar, porque tampoco era consciente de que lo estaba padeciendo», explicó. «Pero a través de mi canción como que lo saqué, hice catarsis y fue muy especial ver que muchas personas se sentían igual y que gracias a esta canción pudieron hablar de ese tema».
El mes pasado lanzó «Rebote», una colaboración con Vic Mirallas que la llevó a un terreno más urbano y fresco y que satisfizo sus ganas de bailar: «Si bien en ‘Juliana’ logré sacar muchas cosas, como que me quedó faltando una cuota de poder poner a la gente a moverse un poco más, y por ende yo también hacerlo».
La colaboración surgió luego que Velásquez, quien se dijo una gran admiradora del músico catalán, le escribió hace un año y medio diciendo: «Hola, soy tu fan, espero algún día trabajar juntos». Cuando Mirallas estuvo recientemente en Colombia para grabar unos videos, recordó su nota y respondió: «Estoy aquí, hagamos algo».
«Es una canción que me llena de mucha alegría y orgullo que haya pasado», dijo la cantautora. «Es una canción que habla de amor, que habla de la magia que se siente cuando uno se vuelve a enamorar después de haber perdido las esperanzas o después de haberse prometido que no lo iba a volver a hacer».
En general, define su música como «muy honesta y genuina». Siempre escribe del corazón, aun si esto la lleva a abordar temas que quizás no sean muy comerciales, dice. «Pero yo creo que es música muy intuitiva».
Velásquez planea asistir a la ceremonia de los Latin Grammy en Las Vegas, algo que la tiene «muy nerviosa y muy emocionada».