La serie «Somos.» de Netflix busca romper el silencio sobre una masacre a manos del crimen organizado ocurrida en un pueblo del norte de México que ha permanecido desconocida por la mayoría de la población durante una década.
«Somos.» se estrena hoy en más de 190 países en el servicio de streaming, pero su creador y productor ejecutivo, James Schamus, tiene los ojos puestos en México.
«Si funciona en México eso es lo que nos importa y si cruza la frontera eso es genial también», dijo Schamus en entrevista por videollamada desde el estado de Nueva York. «La clave de la serie es México y solamente México… Espero que al tener ese enfoque en lo local se abra puertas para lo global también, pero sólo tendrá éxito internacional si en su corazón es mexicana».
La entrevista con Schamus, con la coproductora ejecutiva Fernanda Melchor y con la guionista y coproductora Monika Revilla fue realizada días antes de que la violencia vinculada a los cárteles volviera a acaparar los titulares con los ataques indiscriminados a civiles ocurridos en la fronteriza ciudad de Reynosa, en el estado de Tamaulipas, que dejaron 19 muertos o los que tuvieron lugar en el estado de Zacatecas con al menos 18 víctimas fatales.
La guerra contra el narco, iniciada en 2006 por el expresidente Felipe Calderón y continuada por su sucesor Enrique Peña Nieto desató una ola de violencia en el país. Al menos 250.000 homicidios se han registrado en México de acuerdo con cifras oficiales.
El actual presidente Andrés Manuel López Obrador ha tratado de tener un enfoque de menor confrontación, pero la violencia no desciende y en 2019 y 2020 se han registrado récords de homicidios con más de 35.000 cada año.
«Somos.» está basada en hechos reales y creada a partir del artículo testimonial «How the United States Triggered a Massacre in Mexico» (disponible en español bajo el título «Anatomía de una masacre»), escrito por la periodista estadounidense galardonada con el Pulitzer, Ginger Thompson. A lo largo de 18 meses Thompson recabó las historias de decenas de supervivientes, autoridades e incluso delincuentes para armar este rompecabezas.
La masacre ocurrió en marzo de 2011 en el pueblo de Allende en el norteño estado de Coahuila, cerca de la frontera con Estados Unidos. Un informe divulgado cinco años después reveló que se trató de una de las venganzas más atroces que haya cometido el cártel de Los Zetas. Sicarios del grupo entraron en el municipio, donde vivía un supuesto traidor y con el apoyo de la policía secuestraron a todos los que llevaban su apellido, incluidos mujeres y niños, y redujeron sus cuerpos a cenizas. No se sabe el número real de víctimas, que oscila entre 42 y 300 desaparecidos, según las fuentes.
El reportaje de Thompson fue más allá al asegurar que una operación de la agencia antidrogas estadounidense DEA, de la que se filtró información, fue la que llevó a que el crimen organizado asaltara el pueblo saqueando e incendiando casas, secuestrando gente y asesinando a decenas de inocentes.
La esposa de Schamus, quien ha trabajado con solicitantes de asilo y migrantes en la frontera de Estados Unidos, fue quien le mostró el artículo. Schamus lo destacó como una pieza que humaniza a las víctimas y hace una conexión directa con el impacto que tuvieron las acciones de las autoridades estadounidenses en este caso.
«Le da voz a la gente que pasó por esto y también deja en claro la conexión estructural con gente como yo en Estados Unidos que somos parte de esta historia. Quizá estemos apartados y aislados de ella, pero Estados Unidos tiene un papel enorme para provocar esos eventos», dijo Schamus.
Tras conocer el caso su siguiente impulso fue llevarlo al plano audiovisual y desarrollar la trama en forma de una serie con una mezcla de actores profesionales como Mercedes Hernández, quien da vida a una mujer que es testigo de los hechos, y no profesionales como Jesús Sida, quien da vida a su yerno Paquito en un entrañable papel.
«Cuando unes a esta gente tienen que trabajar juntos para crear algo nuevo, una nueva realidad, nos permite tener una ficción que se siente y vive en esa realidad pero al mismo tiempo es un gran trabajo de arte colectivo», dijo Schamus.
Melchor, quien también es periodista, conoció el caso en 2014 por un artículo de un colega mexicano.
«Para mí es importantísimo abrir la conversación a sucesos como éstos», dijo desde San Andrés Cholula, Puebla. «Me encanta la idea de presentar una serie que es emocionante y entretenida pero al mismo tiempo hacerlo con la conciencia de estar preservando en la memoria un suceso así con todo el respeto a las víctimas».
«Somos.» está acompañada de una exposición virtual del Museo Memoria y Tolerancia de la Ciudad de México dedicada al caso y a la producción. La exposición incluye un conversatorio que se puede ver en la sección de «Auditorio».