Durante la pandemia, Steven Soderbergh ha filmado dos largometrajes, estrenó un par de películas, escribió la secuela de su primer filme, «Sex, Lies and Videotape» («Sexo, mentiras y video») de 1989; reeditó algunas de sus películas viejas (principalmente por diversión) y coprodujo los Premios de la Academia.
Es una cantidad de logros que deja corto al rompecabezas de mil piezas que algunos de nosotros aún estamos orgullosos de haber armado el pasado mayo.
Pero en una época en la que gran parte de Hollywood atraviesa un cambio profundo, Soderbergh ha aprovechado como pocos este momento incierto.
Soderbergh ha producido en promedio una película al año en sus 35 en el cine, acumulando una obra ágil y frenética que abarca desde indies experimentales para iPhones, como «High Flying Bird» y «Unsane» («Perturbada»), hasta cintas comerciales para complacer a las masas como «Ocean’s Eleven» («La gran estafa»), «Erin Brockovich» («Erin Brockovich: Una mujer audaz») y «Magic Mike». Su más reciente filme, «No Sudden Move», estuvo a punto de cancelarse. Inicialmente iba a comenzar su rodaje en abril de 2020. La pandemia echó a perder esos planes, pero para comienzos del otoño (boreal), después de que ayudó a crear una nueva lista de protocolos de seguridad, Soderbergh la retomó aunque sin uno de sus astros, George Clooney, quien se retiró por motivos de salud de su hijo asmático.
Aun así, a «No Sudden Move», que se estrena el 1 de julio en HBO Max, no le faltan estrellas. Y aunque la presencia de Clooney pudo haber reforzado el espíritu de volver a juntar a la banda, «No Sudden Move» sigue siendo una prima de una de las películas más celebradas de Soderbergh: «Out of Sight» («Un romance peligroso») de 1998, la elegante y sublime aventura adaptada de Elmore Leonard.
Esa película comenzaba bajo el sol de Miami pero descendía a la invernal Detroit. Veintitrés años después, «No Sudden Move» trae a Soderbergh de vuelta a la capital automotriz junto con Don Cheadle, quien interpretó memorablemente a Maurice «Snoop» Miller en «Out of Sight». Desde entonces, Cheadle ha coprotagonizado cuatro películas más de Soderbergh: «Traffic» («Tráfico»), y las cintas de «Ocean’s». Pero en esta ocasión tiene el papel estelar.
«No Sudden Move» comienza con Cheadle, en el papel de Curt Goynes, deambulado por Detroit en la década de 1950. Soderbergh y el guionista Ed Solomon concibieron la película desde el comienzo como un filme de atraco con un trío de ladrones unidos al estilo de aquellos en película de cine noir de Robert Wise «Odds Against Tomorrow» («Reto al destino») de 1959. Esa fue una inspiración, al igual que la película de crimen clásica de la década de 1970 «The Friends of Eddie Coyle» («El confidente»).
Pero mientras trabajaban en el guion, Solomon se topó con la historia de los esfuerzos de la industria automotriz para evitar los controles de las emisiones de carbono. «No Sudden Move» comienza con tres delincuentes contratados (interpretados por Cheadle, Benicio del Toro y Kieran Culkin), pero se expande para abarcar algunos de los pecados originales de Detroit, de manera similar a como lo hace «Chinatown» con Los Ángeles. El elenco también incluye a Bill Duke, Jon Hamm, David Harbour, Julia Fox, Brendan Frazier, Matt Damon y Ray Liotta.
Cheadle no estaba necesariamente ansioso por volver a un set de rodaje en ese momento, pero también se dio cuenta de que si no lo hacía, Soderbergh, quien se estaba quedando en casa, seguiría probablemente escribiendo y enviándole guiones. El director logró filmar sin incidentes con pruebas frecuentes de COVID-19 en dos unidades móviles por las que pagó personalmente. El elenco principal y el equipo de producción formaron una burbuja social en cuarentena.
En abril, Soderbergh lideró un esfuerzo para montar una entrega presencial de los premios Oscar pese a las restricciones del COVID-19. El espectáculo fue bellamente filmado, empezando con una fluida toma de la entrada de Regina King, e hizo que una ceremonia que suele ser impersonal se sintiera cálidamente íntima. Pero también pecó de tener presentaciones y discursos demasiado largos, y la maniobra de cambiar el orden de los últimos premios hizo que terminara de manera extraña.
En general, Soderbergh está satisfecho con la ceremonia. La transmisión logró lo que se proponía: que los Oscar fueran presenciales de forma segura mientras se experimentaba con un formato que suele ser inflexible.
Pero Soderbergh sí salió de la experiencia — que calificó de satisfactoria y única — con una sensación mordaz de una crisis existencial mayor para el cine. Los ratings, como ha ocurrido con la mayoría de las premiaciones en pandemia, se desplomaron.
Pero las condiciones y las oportunidades del streaming son perfectas para un cineasta versátil y trabajador como Soderbergh. Recientemente filmó su tercera película para HBO Max, «KIMI», un thriller con Zoë Kravitz que se desarrolla en la pandemia. «No Sudden Move», una cinta policial de época para adultos, es por mucho el tipo de película que antes de que las puertas del streaming se abrieran tenía pocas probabilidades de realizarse.
Otras cosas nunca cambian. «No Sudden Move» es la sexta película de atraco de Soderbergh, un ciclo que comenzó con «Out of Sight» y que incluye tres películas de «Ocean’s» y «Logan Lucky» («La estafa de los Logan»), una cinta autofinanciada y autorreferencial que también trató de hacer en Hollywood. El género, dice el director, anima a un cineasta a traer algo a la mesa, a «darle estilo». «Está hecho para las películas», dijo.
Antes de que Soderbergh y Cheadle tuvieran que partir al estreno de «No Sudden Move» en el Festival de Tribeca, el director preguntó si regresar al lugar de su primera película de ladrones era tentar su suerte.