Las pruebas de RT-PCR, que deben realizarse en un laboratorio muy especial, se consideran el estándar de oro para detectar la presencia de virus infecciosos. Foto la hora: AP

Alfonso Mata

Pruebas diagnósticas

No importa que estemos a pocos meses de contar con la vacuna, temas relacionados con el uso e interpretación de las pruebas de diagnóstico de COVID-19 siguen siendo fundamentales para profesionales y público. Los temas son: 1º Ventajas y limitaciones de las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa (RT-PCR); 2º El estado de las pruebas en el lugar de atención; 3º Estrategias y consideraciones para ciertos tipos y secuencias de pruebas; y 4º Pruebas de secuenciación de próxima generación (NGS). También se hace necesario mejorar las pruebas de anticuerpos. Incluso cuando las vacunas estén ampliamente disponibles, las pruebas de diagnóstico seguirán siendo críticas para guiar el tratamiento de COVID-19, la vigilancia de enfermedades, los esfuerzos de rastreo de contactos y los planes para reabrir mejor la economía y las escuelas y universidades. En la actualidad, será necesario realizar miles de pruebas cada semana para diagnosticar rápidamente a las personas y sus contactos, mientras que la detección de personas asintomáticas, puede requerir mucho más miles de pruebas por día, según la consulta rápida de expertos.

Actualmente, las pruebas de RT-PCR, que deben realizarse en un laboratorio muy especial, se consideran el estándar de oro para detectar la presencia de virus infecciosos. Estas pruebas son sumamente caras y requiere de personal especializado su uso. Sin embargo, esto puede cambiar a medida que surja más investigación en más pruebas sobre las pruebas de diagnóstico basadas en antígenos y sobre otros métodos de prueba altamente sensibles.

Existen compensaciones entre las pruebas de RT-PCR y las pruebas rápidas o al menos deberían de existir en muchos punto de atención de casos (PAC) producidas y fabricadas por varias casas comerciales que se usan comúnmente para detectar a personas asintomáticas. Las pruebas actuales PAC pueden tener menor sensibilidad y especificidad y varias entre casos. A menudo, deben ejecutarse varias veces por semana para detectar y aislar rápidamente los casos, a fin de reducir la prevalencia en ciertos entornos, como lugares de aglomeración, campus universitarios. La consulta rápida de expertos, señala que, en este momento, existen pocos sistemas y medidas de cumplimiento para informar los resultados de las pruebas PAC rápidas a las autoridades de salud pública, especialmente cuando las pruebas las realizan empleadores o instituciones privadas. Por lo tanto, es posible que no se documenten el número y la ubicación de las personas infectadas y que la transmisión de la infección no se controle.

Fundamentalmente se ha encontrado que investigaciones en aguas u otras condiciones de potencial diseminación del virus no se realizan y la vigilancia de las aguas residuales (un método para analizar el agua que contiene desechos humanos para detectar individuos sintomáticos y asintomáticos) podría proporcionar ventajas, más allá métodos de prueba de diagnóstico individual. Además, explorar el potencial de pruebas de esta naturaleza, podrían ofrecer una prueba muy sensible y específica. Con lo que se investiga en la actualidad, en algunas empresas podrían probar 10,000 muestras a la vez con un tiempo de respuesta de 24 a 48 horas. Aun así, se desconoce si las pruebas de esta naturaleza enfrentarán los mismos desafíos de transporte, procesamiento e información que las pruebas RT-PCR.

Consultas rápidas de expertos sobre varios temas, como el distanciamiento social, las enfermedades graves en los adultos jóvenes y los estándares de atención de crisis no se han montado con la celeridad esperada. La unidad designada para ello por el gobierno, sin fines de lucro no ha sido capaz de brindar análisis y asesoría independientes y objetivos a la nación para resolver problemas complejos y de relacionar decisiones de políticas públicas con clara explicación relacionada con la ciencia, la tecnología y la medicina.

¿Puede la manipulación del microbioma intestinal retrasar la inflamación relacionada con la edad?

No cabe duda que una de las funciones que se alteran con el coronavirus y de forma dramática es la inflamación. No cabe duda que ante la letalidad que ha tenido la pandemia de SARCOV2 se vuelve evidente que se necesita de innovaciones revolucionarias para mejorar las condiciones físicas, mentales y bienestar social para las personas a medida que envejecen y los de la tercera edad.

Conocemos varios de los signos reveladores del envejecimiento: algunas arrugas más, canas y cambios de postura. Otros cambios son menos obvios. Los cambios relacionados con el envejecimiento también ocurren dentro del microbioma intestinal, una colección de bacterias, virus y hongos que viven en su tracto digestivo. El envejecimiento está asociado con una inflamación crónica de bajo grado conocida como «inflamatoria», que contribuye a la progresión de muchos trastornos relacionados con la edad uno de ellos podría ser la letalidad del COVID-19.

Pero en esta relación inflamación envejecimiento existe un dilema ¿Es la inflamación la causa del envejecimiento o simplemente está asociada con el envejecimiento? Podría ser cualquiera de las dos o las dos. El papel de una enzima específica en el intestino, la fosfatasa alcalina intestinal, o PAI, sigue siendo intrigante pero hay una hipótesis prometedora que necesita investigarse: “Una hipótesis razonable sería que si detuviéramos la inflamación, podríamos ralentizar el proceso de envejecimiento. Pero no está claro dónde se origina la inflamación. Cierta inflamación se origina en el intestino y viaja a otros órganos. A medida que envejecemos, la barrera intestinal se debilita, provocando una mayor permeabilidad intestinal que nos hace más vulnerables a las enfermedades gastrointestinales y la inflamación crónica. Los estudios sugieren que el «desequilibrio» de las bacterias intestinales relacionado con la edad, puede afectar la función de barrera del intestino, pero demostrar una relación causal con la inflamación sistémica ha sido un desafío.

Richard Hodin, jefe de cirugía endocrina en el Hospital General de Massachusetts (MGH), ha pasado muchos años estudiando el papel de la PAI en la prevención de la permeabilidad intestinal y la inflamación sistémica derivada del intestino pero se necesita dilucidar completamente el papel de la PAI en el mantenimiento de un microbioma intestinal saludable, utilizando la tecnología de intestino en un chip. A diferencia de los modelos in vitro convencionales, la tecnología de órgano en chip puede modelar mejor las interacciones celulares en la salud y la enfermedad. Aprovechará la tecnología intestine-on-a-chip para imitar de cerca el microambiente intestinal envejecido y probar aplicaciones de PAI para tratar enfermedades gastrointestinales, mientras controla la inflamación crónica y su impacto beneficioso sobre el envejecimiento. Luego habrá que diseñar la regulación del PAI para tratar enfermedades inflamatorias del intestino como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Los estudios futuros también podrían investigar el papel de la PAI en enfermedades como la diabetes y la obesidad. Puede ser que esos estudios no muestren como detener el envejecimiento, pero es de esperar que podamos ralentizar el proceso de envejecimiento y mejorar la calidad de vida. Mejorar la calidad de vida del paciente es el objetivo central, y el tratamiento con PAI puede permitir lograr varios usos. Lo interesante de estas investigaciones es que necesita planificarse y ejecutarse con un equipo de investigación multidisciplinar incluye a médicos, así como a ingenieros y microbiólogos.

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