Alfonso Mata
El alcohol es uno de los mayores factores de riesgo de muerte prematura del mundo. El consumo de alcohol tiene un impacto causal en más de 200 condiciones de salud (enfermedades y lesiones).
En Guatemala la fracción de mortalidad atribuible al alcohol es de 5.3% denota la proporción de un resultado de salud causado por el alcohol (es decir, la proporción que desaparecería si se eliminara el consumo de alcohol) En la mayoría de los países, la proporción de muertes atribuidas al consumo de alcohol varía del 2 al 5 %. Sin embargo, en una variedad de países, esta proporción es mucho mayor
Trastornos por alcoholismo y consumo de alcohol
El trastorno por consumo de alcohol, que incluye la dependencia del alcohol se define ya en la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS. Se refiere al consumo de alcohol que causa problemas de salud mental y física. Por lo general, se debe realizar un diagnóstico definitivo de dependencia solo si tres o más de los siguientes síntomas han estado presentes juntos en algún momento durante el año anterior:
a. Un fuerte deseo o sensación de compulsión por tomar la sustancia;
b. Dificultades para controlar el comportamiento de consumo de sustancias en términos de su inicio, terminación o niveles de uso;
c. Un estado de abstinencia fisiológica cuando el uso de la sustancia ha cesado o se ha reducido, como lo demuestra: el síndrome de abstinencia característico de la sustancia; o el uso de la misma sustancia (o una cercana) con la intención de aliviar o evitar los síntomas de abstinencia;
d. Evidencia de tolerancia, tal que se requieren dosis mayores de la sustancia psicoactiva para lograr los efectos originalmente producidos por dosis más bajas (ejemplos claros de esto se encuentran en individuos dependientes del alcohol y opiáceos, que pueden tomar dosis diarias suficientes para incapacitar o matar a usuarios no tolerantes);
e. Negligencia progresiva de placeres o intereses alternativos debido al uso de sustancias psicoactivas, mayor cantidad de tiempo necesario para obtener o tomar la sustancia o para recuperarse de sus efectos;
f. Persistir en el consumo de sustancias a pesar de la clara evidencia de consecuencias abiertamente dañinas, como daño al hígado por consumo excesivo de alcohol, estados de ánimo depresivos como consecuencia de períodos de consumo excesivo de sustancias o deterioro del funcionamiento cognitivo relacionado con las drogas; deben hacerse esfuerzos para determinar si el usuario era realmente, o se podía esperar que fuera, consciente de la naturaleza y alcance del daño.
Tasa de muertes prematuras por alcohol.
A nivel mundial, la tasa ha disminuido de 43 muertes por cada 100.000 personas a principios de la década de 1990 a 35 muertes en 2017. Muertes relacionadas con el alcohol por edad es otra variable importante, a mundial los que mueren prematuramente debido al alcohol, casi las tres cuartas partes son menores de 70 años. El 28% son menores de 50 años. En Guatemala más del 80% ocurre antes de los setenta años de edad y casi el 60% antes de los cincuenta.
Prevalencia de los trastornos por consumo de alcohol
Se estima que alrededor del 1.4 % de la población a nivel mundial tiene un trastorno por consumo de alcohol. A nivel de país, esto varía entre el 0,5 y el 5 % de la población. En Guatemala se estima en 1.5% cuando observamos la variación en la prevalencia entre los grupos de edad, vemos que, a nivel mundial, la prevalencia es más alta en las personas de entre 25 y 34 años (para los cuales alrededor del 2.5 % de la población tiene un trastorno por consumo de alcohol).
A nivel mundial, se estima que 107 millones de personas padecen un trastorno por consumo de alcohol. Este desglose puede verse por género para cualquier país aquí; El 70 % a nivel mundial (75 millones) eran hombres en relación con 32 millones de mujeres.
Las muertes por dependencia del alcohol pueden ocurrir tanto directa como indirectamente. Las muertes indirectas por trastornos por consumo de alcohol pueden ocurrir indirectamente por suicidio. Aunque la atribución clara de las muertes por suicidio es un desafío, los trastornos por consumo de alcohol son un factor de riesgo conocido y establecido. Se estima que el riesgo relativo de suicidio en una persona con dependencia del alcohol es alrededor de 10 veces mayor que en una persona sin ella.
Las tasas de muerte directa (sin incluir las muertes por suicidio) por trastornos por consumo de alcohol en todo el mundo varían por país. En 2017, Bielorrusia tuvo la tasa de mortalidad más alta con alrededor de 19 personas por cada 100.000 personas que mueren de alcoholismo. Para la mayoría de los países, esta tasa varía de 1 a 5 muertes por cada 100.000 personas. En Guatemala es de 12.5 por 100,000 habitantes en 2017 se habla de 1690 muertes.
La medición del impacto en la salud solo por la mortalidad, no captura el impacto que los trastornos por consumo de alcohol tienen en el bienestar de una persona. La “carga de enfermedad”, medida en años de vida ajustados por discapacidad (AVAD), no solo considera la mortalidad, sino también los años vividos con discapacidad o carga de salud. De por encima de 20 en los 90 ha descendido a 12.6 por 100,000
Muchos de los factores de riesgo de la dependencia del alcohol son similares a los de los trastornos por uso de sustancias en general (incluidos los trastornos por drogas ilícitas).
Los trastornos de salud mental como factor de riesgo de dependencia del alcohol
Un estudio realizado por Swendsen et al. (2010), los autores siguieron a una cohorte de más de 5000 personas, con y sin un trastorno de salud mental (pero sin un trastorno por consumo de sustancias) durante un período de 10 años. Después del período de 10 años, volvieron a evaluar a esas personas para determinar si tenían dependencia a la nicotina, el alcohol o las drogas ilícitas. Los resultados mostraron el mayor riesgo de desarrollar dependencia del alcohol para alguien con un trastorno de salud mental determinado (en relación con quienes no lo tienen). Por ejemplo, un valor de 3,6 para el trastorno bipolar indica que la dependencia de drogas ilícitas se volvió más de tres veces más probable en las personas con trastorno bipolar que en las que no lo tenían. El riesgo de un trastorno por consumo de alcohol es mayor en personas con trastorno explosivo intermitente, distimia, ODD, trastorno bipolar y fobia social.
Finalmente tenemos un elemento frecuente en nuestro medio Muertes por accidentes de tráfico relacionadas con el alcohol. En Guatemala un 15% de muertes en este sentido pueden ser tribuidas al alcohol en Estados Unidos lo es en un 30%
Delitos como conducir con exceso de alcohol, infracciones de la licencia de licor y delitos de embriaguez son mal controlados en nuestro medio. Y en segundo lugar, todos aquellos delitos en los que se cree que el consumo de alcohol ha jugado un papel de algún tipo en la comisión del delito, incluidos asalto, daño criminal, lesiones y otros delitos de orden público se consignan mal también. En Inglaterra con buenos controles, se habla de un 50%.
¿Los países con un consumo medio de alcohol más alto tienen una mayor prevalencia de trastornos por consumo de alcohol? En general, no existe una relación clara entre los dos, aunque puede haber una leve correlación positiva, especialmente cuando se analiza por región (por ejemplo, en Europa). Sin embargo, no hay pruebas claras de que un alto consumo general (especialmente en cantidades moderadas) esté relacionado con el inicio de la dependencia del alcohol.