Alfonso Mata

Necesitamos más información y crítica

1. Por donde seguir

Cada vez ha sido más claro: Una gran cantidad de factores afectan la posibilidad de obtener un adecuado control epidemiológico del COVID-19 y un manejo clínico eficiente. Después de un paro temporal en la difusión de la enfermedad con un estilo de cuarentena parcial que ha permitido actuar bastante bien en ambos aspectos vemos que nuevos factores influyentes empiezan a pesar sobre el modelo de control de la pandemia usado. Esto se aplica tanto a su aspecto epidemiológico como clínico principalmente al momento de comenzar el tratamiento en el caso clínico y de mantener contenida la diseminación de casos de COVID-19. En el futuro, el mayor conocimiento sobre la fisiopatología que produce el SARSCoV-2 desempeñará un papel importante en lo clínico, pero en esta ocasión nos preocupa en este artículo enfocarnos en la epidemiologia.

Los factores de importancia pronóstica en clínica son: Características del paciente como edad, sexo y comorbilidad. El paciente mismo (principalmente porque el paciente puede dar alarmas sobre síntomas de advertencia). Las circunstancias que rodean el daño patológico. Factores del sistema de atención (la cadena de identificación-acceso, estos incluyen atención médica tradicional, servicios de rescate organizados (servicios de emergencia, policía) e individuos (principalmente testigos del caso, de su evolución). Otros factores como la calidad de recepción, clasificación, los factores temporales, los factores geográficos y las actitudes, que también pueden afectar el pronóstico a través, entre otras cosas, del impacto en los factores del sistema.

En el campo de la epidemiología la gran pregunta se centra a contener un brote agudo de casos y en definir cómo debería seguir actuando Guatemala y por supuesto, nadie sabe la respuesta ni ahora ni antes pues se juegan en medio de la misma muchos intereses algunos ya viejos otros nuevos en el campo social, económico y ambiental. Pero la crítica de muchos, se basa en una preocupación bien motivada por las personas mayores que son particularmente vulnerables, por los trabajadores de la salud y del orden público, que también son particularmente vulnerables y por los seres queridos. Acá señalamos alguna de la problemática que vemos en cuanto a comunicación información y análisis de situación.

La prensa y los medios de comunicación no están bien informados ni lo suficiente
Ya va siendo hora que nuestros políticos y nuestro sistema de gobernanza se deje de creer intocable, que deje de sentirse el papá del pueblo. Es un obstáculo para la prensa nacional cuestionar a la Autoridad de Salud Pública de Guatemala hoy, pues no se cuenta con los suficientes ni adecuados datos para debatir si lo está haciendo bien o mal. Los críticos tienen que pagar un alto precio y mucho de lo que se ha hecho es comparativo con otros países que están mejor informados y tienen mejores análisis, que vuelve incomparable lo que sucede en el nuestro.

Para empezar tropezamos con la veracidad. Los datos que proporciona el gobierno noche a noche ¿serán veraces?, cuál es su margen de error, no lo sabemos y entonces lo bueno y lo malo del actuar del gobierno no pasa de ser un chisme o en el mejor de los casos una posibilidad. No podemos defender nuestra opinión, no por que tengamos miedo de defenderla, sino porque se siente completamente imposible de alcanzar una credibilidad sustentada en datos reales. No importa cuán bien fundamentados estén nuestros argumentos a favor o en contra, porque cualquiera que cuestione la elección de estrategia del gobierno no se enfrenta a contraargumentos basados en una base científica sino política. A esto conduce la falta de información correcta y su acceso.

Un cambio de razonamiento basado en autoridad epidemiológica no existe a la fecha, especialmente un debate serio, de qué sigue y qué nos afecta a todos en profundidad en nuestra salud, pues la pandemia se trata de salud, enfermedad, vida y muerte.

Hay todo tipo de reclamos en las redes sociales que tienen como objetivo reducir a los que cuestionan a la Autoridad de Salud Pública. También se alega que los investigadores solo buscan intereses propios o que aquellos que hablan críticamente, intentan obtener un lugar en el centro de atención y dedicarse a la política o alcanzar un puesto político.

Una apertura democrática a la discusión y análisis
Estamos en una situación grave. Se trata de decisiones que cambian la vida y que nos afectan a todos. En una situación en la que hay tanto en juego, necesitamos más que nunca un intercambio abierto de opiniones con argumentos basados en hechos y evidencia científica. En una democracia, las decisiones de las autoridades deben poder examinarse, pero para ello se necesita de información veraz, completa y fidedigna y es grave cuando quienes critican objetivamente a las autoridades no pueden acceder a ello. Y ello resulta infructuoso si el político no baja a la barrera del diálogo con humildad: puedo equivocarme y lo acepto y puedo rectificar.

Es hora que se tome una distancia clara de cómo se lleva y se llevará a cabo el debate y cómo se abordaran las críticas. Se esperaría que más personas e instituciones elijan hacer la crítica. Que el público tenga claro cuando un crítico está siendo tratado con técnicas de parlamento en lugar de argumentos de hecho. Los que somos críticos somos pocos y tenemos menos, por lo que necesitamos acceso a información, para tener una oportunidad justa de presentar nuestros argumentos. No es principalmente por nuestro bien que se debe escuchar nuestras voces, es para que se tome la mejor decisión y luego se tengan que tener más perspectivas. Un intercambio abierto y completo de significado, es algo que beneficia a la sociedad en su conjunto, en temas tan delicados o ¿es que el pastel ya se repartió? Los pensadores académicos críticos son más importantes que nunca en un momento incierto.

Una forma urgente de hacerlo es transmitir las conferencias de la Autoridad de Salud Pública en vivo al igual que las de la comisión. En ellos, las autoridades pueden hablar libremente y tener todo el espacio que deseen para transmitir su mensaje, pero lo más importante responder a cuestionamientos de los verdaderos sabedores. Ello ayudaría a la opinión pública a concientizar, no que ahora el papel de la prensa se ha orillado a informar y punto y a criticar mas basándonos en experiencia que real ciencia. El problema no está para eso.

Qué corresponde a los medios
A pesar de todo lo que está sucediendo, es tarea de los medios examinar críticamente, cuestionar y revelar conceptos erróneos. Es una misión democrática, en el sentido de que el periodismo crítico es una forma de mantener a nuestras instituciones sociales sanas de la corrupción y el abuso de poder. Es asumir la responsabilidad social de aferrarse a esa tarea, incluso en tiempos de crisis. Pero seamos claros no es posible hacer eso sin apertura informática.

Todo debe partir de un hecho, hay una diferencia de opinión sobre cómo combatir la pandemia en curso. Personalmente, creo que la línea de la Autoridad de Salud Pública se siente bien calificada en ello tanto pública como académicamente, pero no es escondiendo sus errores como se pueden corregir estos, eso es muy infantil y lleva a la persistencia de estos. Es ese el material que necesitan los medios, no se cambia el estado de funcionamiento de un estado a través de opinión sino de investigación periodística.

Al mismo tiempo, es de conciencia nacional que es un acto de equilibrio difícil minimizar el riesgo de transmisión del SARCoV-2 sin impedir el mantenimiento de una sociedad en funcionamiento y se esperaría que la autoridad está haciendo todo lo posible para equilibrar los dos intereses funcionamiento social y salud pero y cada vez resulta más evidente que el peso de intereses ajenos a la salud es mucho más grande. Son los grandes capitales los que mantienen el estado no las grandes necesidades eso desde siempre por estas tierras. Entonces el diálogo trasciende las aulas académicas y debe ser abierto entre fuerzas. De lo que tenemos que hablar es que las diferentes opiniones deben sopesarse entre sí.

Aquí hay algunos comentarios que me gustaría hacer:
* Abordar las afirmaciones y suposiciones irrazonables, como que el que un pueblo cambia su conducta de la noche a la mañana y basar en eso alternativas futuras, es una locura. No creo que los periodistas no conozcan de ello y evitaran la pregunta de cuáles son las suposiciones de los planes respecto a la conducta de la gente. Pretender que la normativa del transporte público será respetado por el público es un engaño a uno mismo y a todos. Tampoco es razonable de parte de la prensa, pretender que un error es un despido?
* Pero el error, producto de la irresponsabilidad o corrupción, debe ser enmendado a la vez que castigado y eso lo hace perfectamente razonable señalarlo con pelos y señales.
* Que los expertos en las universidades discutan cómo actúa una autoridad tal como debería ser, es otra demanda ausente a la fecha. Nuestro político ante una crítica mostrando su inmadurez, piensa que la crítica de los medios está tratando de derrocarle y de romper nuestro orden político y social; pero eso debería ser visto todo lo contrario cuando la información es libre y democrática. En una democracia, los científicos y académicos, y de hecho otros que puedan tener razones para ello, deberían cuestionar a las autoridades y reencausarlas. Como alguien dijo “Deben abordarse diferentes páginas para que ganen los mejores argumentos”.
* No es el papel de los medios de comunicación, preservar la imagen de un país como una nación que hace bien las cosas. Ese papel corresponde a la prensa extranjera. Ante una crisis y aun en tiempos de paz, los medios deben tener una actitud inquisitiva. Algunos piensan que las críticas deberían esperar y que uno debería terminar detrás de las autoridades cuando se trata de una situación de emergencia. ¡No! la prensa es una tribuna no para calificar o descalificar es para orientar y sugerir, de mostrar la emisión de juicios importantes, sería un error directo de servicio periodístico no publicar todas las partes y posiciones ante un conflicto.

Abunda con todo tipo de reclamos en las redes sociales destinados a reducir las aseveraciones pues muchas veces no son opiniones, de los investigadores que cuestionan a la Autoridad de Salud Pública o de posiciones contrarias. Se hace y vuelve necesario enseñar a citar fuentes que puedan corroborarse. La investigación periodística debería de ser un aliciente de cualquier gobierno no ser parte de encubrimiento. Por ejemplo si se dijera El jueves se reportaron 95 nuevas muertes, mientras que el viernes la cifra fue de 84 ¿a qué se debe eso? están muriendo más dentro del entorno departamental y los registros ahí son malos. En la actualidad, ¿cuántos guatemaltecos están hospitalizados en hospitales de todo el país? No se sabe, tampoco se informa. ¿Sobreviven más casos graves ahora? Si por qué son de menor edad los que están llegando. Bueno no vamos a detallar dudas, pero si hemos ejemplificado problemas y reconocemos que ante la incapacidad de autoridades, son los médicos, salubristas, enfermeras y gerentes de unidades asistenciales, quienes han tomado enormes iniciativas y han hecho cosas que salvaron vidas. Si no lo hubieran hecho, la situación hubiera sido mucho peor.

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