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Por Alfonso Mata
alfmata@hotmail.com

Qué son anticuerpos o inmunoglobulinas

Son proteínas que fabrica constantemente nuestro cuerpo y que ayudan en la detección y el combate contra la presencia de cuerpos extraños que penetran a nuestro organismo como lo son los bichos llamados virus. Se les llama también inmunoglobulinas (Ig). De dos de ellas hablaremos: la IgM y la IgG.

La Inmunoglobulina M (IgM): se encuentra principalmente en la sangre y en el líquido linfático; es el primer anticuerpo que fabrica el cuerpo para combatir una nueva infección. La Inmunoglobulina G (IgG) que es la otra sigue después y es el anticuerpo más abundante en el cuerpo. Se encuentra en la sangre y en otros fluidos brindando protección contra las infecciones, es un vigilante muy eficiente y tarda un tiempo en formarse después de una infección o vacunación.

En medicina los médicos suelen usar el examen de los anticuerpos o inmunoglobulinas en sangre, buscando dos cosas: una infección o si se está protegido contra ella (es inmune a ella).

La IgM se produce y puede medir primero, porque es la primera que entra en contacto con el microorganismo y se forma en lo que se denomina la fase aguda de la infección, la IgG se empieza a producir después y también se le llama la de memoria, la que va a recordar a ese virus si quiere entrar de nuevo y va a dar la voz de alarma. La IgM es temporal y puede desaparecer en semanas, en tanto que la IgG puede durar toda la vida.

 

Así una IgG positiva indica que hubo en un momento infección y si permanece nos da inmunidad permanente. La IgM puede ser negativa o estar baja luego de la infección, depende del momento de la infección en que se toma. Entonces, cuando la IgG es positiva pero la IgM es negativa o baja indica que es probable que la enfermedad actual ya se ha padecido antes.

 

Las pruebas de anticuerpos en COVID-19

Partamos de un principio: a diferencia de otras pruebas como las moleculares o las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), las pruebas de anticuerpos no están destinadas a identificar infecciones activas por SARS-CoV-2. En lugar de detectar material genético viral en la garganta o fosas nasales, las pruebas de anticuerpos revelan la respuesta inmunitaria que produjo nuestro cuerpo al entrar en contacto esas proteínas nuestras que sirven para identificar las del virus llamadas antígenos y reaccionar para evitar que penetre a nuestras células el virus a hacer sus diabluras.

La IgM e IgG, en la mayoría de las personas infectas con el SARS-CoV-2 aparecen en la sangre más de una semana después de que comienzan a sentirse enfermos, cuando los síntomas ya pueden estar disminuyendo. Entonces las pruebas serológicas de sangre, pueden confirmar casos sospechosos y también quien estuvo infectado sin saberlo. El microbiólogo Florian Krammer ha explicado cómo entender la prueba: «Si encontramos que usted es inmune (tiene presencia de anticuerpos M y G contra el COVID-19) es muy poco probable que pueda reinfectarse, lo que significa que no puede transmitir el virus a sus colegas o a otros pacientes porque los anticuerpos G van a dar la voz de alarma y no van a dejar penetrar al intruso SARS-CoV-2.

 

Se estima que la persona que tiene anticuerpos contra el virus, puede ser inmune a la infección y se le pueden extraer algunos para aplicárselos a pacientes que tienen complicaciones o están en estado crítico para que tenga refuerzos su sistema inmune.

 

De tal forma que las pruebas de anticuerpos pueden utilizarse para la vigilancia de la enfermedad, terapias, exámenes para seleccionar regreso al trabajo y más. Pero las pruebas deben implementarse correctamente ya que aún hay preguntas sin respuesta.

Las pruebas iniciales que se ha realizado, han detectado anticuerpos en el plasma de la sangre extraída 3 días después de que los pacientes desarrollaran los síntomas por primera vez y como no reaccionaron con otros coronavirus humanos, queda claro que son específicos de SARS-CoV-2. Eso indica que No hay inmunidad preexistente. Y eso hace que sea muy fácil distinguir entre las personas que han sido infectadas y que no han sido infectadas.

Otro uso potencial de la prueba es para la selección de candidatos a la vacuna: Las pruebas serológicas podrían utilizarse para comprobar el estado de la inmunidad luego de la recuperación. Aquellos con inmunidad baja o sin inmunidad, serían los principales candidatos para una vacuna cuando esté disponible.

La prueba de anticuerpos no es una medición de oro

Las mejores pruebas de anticuerpos se basan en el método de ELISA. Los ensayos de flujo lateral, que proporcionan un resultado positivo o negativo simple, sin información cuantitativa, son kits baratos y fáciles de usar y, dependiendo de cómo se emplean, pueden ser útiles para la vigilancia de la COVID-19 pero no más allá. Se ha desarrollado también inmunoensayos de quimio-luminiscencia que están más cerca de ELISA que los ensayos de flujo lateral. Las pruebas generan una señal de luz proporcional a los anticuerpos SARS-CoV-2 IgM.

Para algunos clínicos y científicos las pruebas de anticuerpos no deben utilizarse para diagnosticar casos activos. Recurrir a pruebas de anticuerpos para diagnosticar infecciones activas es “un uso indebido». No solo es probable que las pruebas de anticuerpos notifiquen falsos negativos desde el principio, sino que también no detectará las infecciones en personas inmunocomprometidas y que no producen anticuerpos.

Así que, Las pruebas moleculares seguirán siendo el método preferido para el diagnóstico de COVID-19 en pacientes sintomáticos. El único uso adecuado de pruebas de anticuerpos para la infección activa podría ser para personas que han tenido síntomas durante más de una semana, pero que son negativos para PCR. Entonces debemos estar conscientes que se necesita tiempo para montar una respuesta inmune detectable y usarlas por las razones correctas»

Y su utilidad para los políticos

Partamos de un ejemplo: Un sujeto se hace la prueba y resulta un serológico falso negativo y vuelve a su aldea, pero pasa por el mercado del municipio y se mezcla con la gente y ya es un paciente sintomático con fiebre, tos, con virus replicándose y despidiéndose. Ese caso tiene graves consecuencias para la salud pública como los que no se hacen la prueba.

Los funcionarios de gobierno y los sistemas de salud necesitan recuentos precisos de infectados para comprender la propagación de COVID-19, realizar rastreos de contactos, elaborar recomendaciones de salud pública y prepararse para las oleadas de demanda de atención médica. Cuando la situación se haya asentado, los epidemiólogos utilizarán los datos para estimar con mayor precisión cuántas personas que contrajeron el virus se enfermaron gravemente o murieron.

En un esfuerzo por comprender cuántas personas han sido infectadas con el nuevo coronavirus, la Organización Mundial de la Salud (OMS) HA MONTADO un estudio coordinado para analizar muestras de sangre para detectar la presencia de anticuerpos contra el virus, llamado Solidaridad II. El programa, que involucrará a más de media docena de países de todo el mundo

Conocer el verdadero número de casos, incluidos los leves, ayudará a determinar la prevalencia y la tasa de mortalidad de COVID-19 en diferentes grupos de edad. También ayudará a los responsables políticos a decidir cuánto tiempo deben durar los cierres y las cuarentenas. «Estas son las respuestas que necesitamos, y necesitamos las respuestas correctas para impulsar la política» Muchos creen que las pruebas de anticuerpos también se pueden utilizar para devolver a las personas inmunizadas al trabajo o mantenerlas allí, comenzando con los profesionales de la salud y personal de emergencia.

Permitir que las personas vuelvan a entrar en la sociedad en función de su estado de anticuerpos, supone que la infección anterior protege contra la reinfección, algo que los investigadores dijeron que era probable, pero aún no está bien definido.

Lo orientador con todo esto es que la experiencia con otras infecciones virales, sugiere que las personas con anticuerpos SARS-CoV-2 pueden estar protegidas al menos durante algún tiempo.

En última instancia, una prueba de anticuerpos positiva podría ser una especie de tarjeta de salida de la cuarentena, porque quien es inmune, podría básicamente volver a la vida normal ya que no puede infectar a nadie más.

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