Una nueva forma de hacer salud pública, debe volcarse a un fin: la protección social en la salud para todos los habitantes. Eso tiene un marco ideal para su logro que es la cobertura universal, que debe quedar escrita no en papel y tinta, sino en cuerpos y almas. Las estadísticas nacionales epidemiológicas actuales, señalan que lo logradi en salud es aun muy pobre, deficiente e incompleto,
En la actualidad tenemos muchas instituciones para protegernos contra riesgos a la salud, pero su actuar independiente, descoordinado, y su mala organización no han sido suficientes para el control de los riesgos. El artículo analiza el por qué de esas situaciones y genera recomendaciones.