Ciertas actividades han cobrado un auge en la pandemia. El yoga probablemente ha sido más comentado durante estos últimos años, pero contrario a la imagen que muchas veces se describe de esta, no solo se trata de realizar poses y contorsiones. Adentrarse a esta práctica puede convertirse más bien en una experiencia de autoconocimiento y bienestar físico y mental.
YOGA 101:
“¿Qué es realmente el yoga?”, probablemente sea la primera interrogante que surge sobre la disciplina. En una búsqueda rápida en internet se puede conocer que el yoga “es un grupo de prácticas o disciplinas físicas, mentales y espirituales que se originaron en la antigua India, con el objetivo de controlar y aquietar la mente”.
Pero Pablo Puente, instructor en The Yoga Club Sessions, explicó que la definición del yoga varía de persona en persona, según el fin que esta se proponga. Desde su perspectiva, lo que se logra es “limpiar lo que vamos agregando con el tiempo a la mente y volver a tener la inocencia que teníamos cuando éramos niños y ver las cosas como son”.
Quizá el yoga más conocido es el yoga occidental, el físico que involucra posturas. Este llegó al occidente como shows. Los “yoguis” llegaban a Estados Unidos para hacer demostraciones de las posturas, poco a poco las personas se adentraron en esta práctica como alumnas.
“Con el tiempo se fueron dando cuenta que había un beneficio importante en la salud y allí fue cuando se empezó a occidentalizar toda la práctica”, agregó.
APASIGUAR LAS AGUAS DE LA MENTE
Según contó el instructor, inicialmente el yoga sirvió como meditación, luego fue agregada la respiración para poder controlar la mente “porque la respiración influye directamente con el sistema nervioso y ayuda a relajar las fluctuaciones eléctricas que el cuerpo tiene”.
Si bien es imposible “no pensar”, estos ejercicios ayudan a canalizar los pensamientos uno por uno para no aturdirse.
LOS CAMBIOS QUE PUEDEN OBSERVARSE EN EL YOGA
Puente describió la evolución de dos de sus alumnas que debutaron en la práctica bajo su instrucción. Al principio fue menos fluido el aprendizaje; no obstante “la práctica hace al maestro” y notó que las alumnas seguían mejor las indicaciones.
En el caso de una alumna comentó que el yoga la ha ayudado a superar ciertos miedos. “Ella era bien miedosa y la practica le ha quitado ese miedo a balancearse, estar de cabeza y cosas así”, contó. Para Pablo muchas veces el yoga puede ser una introspección del resto de aspectos en la vida cotidiana, en especial bajo condiciones de estrés.
“Cuando llevas a alguien a hacer algo que normalmente no hace, le vas a generar esa sensación de estrés y ahí miras como se enfrenta a estas situaciones y eso lo podés extrapolar a la vida. Ella notó ese cambio de perspectiva, no le gusta cambiar la estructura de las cosas que hace, pero me ha dicho que ha vencido estos miedos de postura, de equilibrio y eso seguro le sirve para su vida”, relató.
BENEFICIOS EN LA SALUD
El yoga no es una práctica mágica que soluciona los problemas médicos; se trata más bien de un tipo de medicina preventiva que prepara el cuerpo y mente para el futuro. Del mismo modo, aclaró que es posible bajar de peso o tonificar al combinarlo, como cualquier otro tipo de ejercicio, con una alimentación adecuada.
“Si su objetivo es adelgazar y va a practicar yoga pues claro, le va a ayudar a quemar calorías porque es un ejercicio activo, pero no solo la práctica le ayudará a adelgazar, hay que cuidar la alimentación que es lo más importante para ese tipo de resultados”,
Aunque, según la experiencia de Pablo Puente, es muy probable que en el trayecto el yoga ya no sea visto como una forma de acondicionamiento físico “y tu fin va a ser el sentirte bien contigo y al hacerlo encontrarás un estado de aceptación y va a ser más fácil enfrentar las cosas que tengas que hacer para sentirte saludable”.
DÓNDE Y CÓMO PRACTICARLO
El yoga como muchas otras actividades se han adaptado a la virtualidad. Actualmente existe la capacidad de practicar con grandes maestros del mundo a través de una pantalla ya sea en vivo o con material pregrabado.
La diferencia radica en el contacto personal, en el caso de principiantes a veces es aconsejable la interacción personal ya que la virtualidad no permite tener todos los ángulos de visión de las posturas y los movimientos.
De cualquier modo, el yoga es una práctica disponible en Guatemala. El estudio donde labora Pablo Puente está compuesto por un colectivo de yoguis con sede en la zona 11 capitalina. Este ofrece a la vez clases en línea y la información puede ser consultada en su perfil de Instagram: @theyogaclub.sessions; otra opción es el estudio OM Yoga en el Centro Comercial Metro 15 con formato presencial y virtual.
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