El concepto de promover la salud en un ambiente laboral no es realmente nuevo, su primera definición fue enmarcada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en noviembre de 1986 durante la Conferencia Internacional sobre Promoción de la Salud, realizada en Ottawa, Canadá. No obstante, la sociedad actual demanda una mayor consideración con el recurso humano, por lo cual es necesario reintegrar modelos que promuevan un ambiente laboral saludable y motivador.
¿CÓMO DEFINIR UN AMBIENTE LABORAL SALUDABLE?
Para la OMS un ambiente saludable es un espacio donde los trabajadores y jefes colaboran en un proceso de mejora continua para promover y proteger la salud, seguridad y bienestar de todos y la sustentabilidad del ambiente donde se desarrollan. Pero es necesario considerar que la connotación de salud va más allá de lo físico, también considera el medio psicosocial y cultural.
Este proceso de bienestar tiene como eje principal volver a considerar a los trabajadores como seres humanos, no como herramientas, por lo cual es un proceso social en constante construcción colectiva, dinámica, participativa y a favor del bienestar del desarrollo humano.
Para construir un ambiente laboral saludable se deben tomar en cuenta dos factores: el ambiente material y el ambiente psicosocial.
AMBIENTE MATERIAL
Este primer factor constituye todas aquellas herramientas concretas que permiten al trabajador realizar sus actividades. Este aborda desde el espacio inmueble y maquinaria como materiales de oficina, iluminación, servicios, áreas de aseo, centros de convivencia, entre otros. Recordando el enfoque de la OMS para tratar a la persona como un ser humano y no como un objeto, describe que los espacios deben ser funcionales tanto para realizar las labores como ejecutarlas con comodidad.
“Las condiciones que proveen el ambiente material, permitirá a los actores institucionales o empresariales a realizar su actividad laboral dentro de un mundo de satisfacciones que el mismo proceso de producción lo requiere”, refiere la Guía de Estilos de Vida Saludables en el Ámbito laboral de la OMS.
AMBIENTE PSICOSOCIAL
Este contexto está conformado por todas las relaciones sociales de los trabajadores llevadas en el ambiente y jornada laboral. Estas relaciones pueden darse desde las siguientes perspectivas:
– Los mismos empleados con diversas categorías
– Las relaciones de subordinación
– En el seno de las organizaciones de empleados y/o
– Dentro de la misma estructura organizacional de la institución
Una relación saludable pretende eliminar los obstáculos para una dinámica funcional entre las personas. Esta relación puede verse afectada por factores como el acoso laboral, la exclusión, el marginamiento, la estigmatización, la discriminación.
Dejando de lado los problemas que esto pueda generar en la productividad de la empresa la OMS señala que “este tipo de acciones, en la mayor parte de la población trabajadora, produce el estrés y los efectos que este conlleva a la salud del trabajador, como generación de otras condiciones de salud como: ansiedad, depresión, angustia, tristeza, y otras”.
Estos efectos pueden provocar eventualmente enfermedades relacionadas con el corazón, la convivencia con la familia y los compañeros de trabajo, tener intentos de suicidio, actos de locura.
¿CÓMO ABORDAR AMBOS EJES DESDE LA VIRTUALIDAD?
Actualmente en Guatemala la dinámica laboral aún se ve forzada a operar de forma presencial o remota. La virtualidad ha alienado a los trabajadores de su espacio laboral físico y el contacto con otros miembros de la institución, entonces, ¿cómo se puede fomentar el bienestar desde la distancia?
“Un error común cometido por las instituciones empresariales o gubernamentales es pensar que las soluciones a un problema en el entorno físico del trabajo deben implicar soluciones físicas”, detalla la guía de salud. La virtualidad implica un reto más complicado, pues ahora el enfoque debe salirse de la imagen mental de “oficina” y trabajar con los espacios individuales de cada laborador.
El servicio básico que debe proveer la empresa es el equipo técnico necesario para realizar las actividades: hardware portátil, escritorios y demás herramientas. Al mismo tiempo debe asegurarse que la persona posea los servicios necesarios en su hogar: servicios de telecomunicaciones, internet y electricidad.
Luego de cubrir las necesidades básicas para realizar el trabajo se puede proceder a la creación de un ambiente psicosocial sano desde la distancia. Puesto que el objetivo es garantizar el bienestar de la persona, la guía sugiere que “es necesario preguntarles acerca de sus pensamientos y opiniones acerca de lo que les gustaría hacer para mejorar su entorno laboral y su salud, y acerca de los que piensan que debería hacer el empleador para asistirles”, posteriormente se pueden tomar en cuenta las recomendaciones y aplicarlas según la disponibilidad de la empresa.
“También se debe en consideración los factores psicosociales como carga de trabajo y una cultura organizacional que antepone la productividad a la seguridad, si esto no se considera, lo trabajadores probablemente removerán las guardas con el fin de trabajar más rápido”, agrega la guía.
RESPETAR LOS ESPACIOS PERSONALES
La dinámica actual del “homeoffice” ha transformado, literalmente, el hogar en una oficina; no obstante, la guía enfatiza que existen distintos estilos de vida en la jornada de una persona, en esta se incluye el estilo de vida social, ideológico, individual, familiar, entre otras. Al tratarse de homeoffice la guía sugiere respetar los espacios de la persona fuera del trabajo como el tiempo de desarrollo familiar, personal y de atención a necesidades individuales (salud, religión, capacitación, recreación, acondicionamiento físico).
Este espacio dedicado al desarrollo personal debe ser estricto y respetado habitualmente, pues “la condición para que un comportamiento se constituya en un estilo de vida saludable tiene que realizarse de manera persistente o repetitivo”, describe la guía.
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