Un fallecido de 48 años fue el donante de córneas número 427. Uno de los casos más recientes que quedó registrado la semana pasada y cuyos tejidos oculares abastecieron al Banco de Córneas y Esclerótica de Guatemala (Bancórneas). Un proceso que suele ser de alta demanda y de escasas ofertas, debido a la cantidad de instituciones y oftalmólogos que se encuentran en lista de espera para recibir este valioso tejido. El mismo se extrae en las personas recién fallecidas y resulta vital para devolver la vista a quien lo necesite.
La donación de córneas consiste en un acto de generosidad y responsabilidad por medio del cual una persona accede a que, al momento de fallecer, su tejido ocular pueda ser trasplantado a otra persona. Con ello contribuye a que pueda recuperar el sentido de la vista. Otra opción puede ser que cuando fallece un ser querido, la familia decide donar sus córneas para dotar de visión a quien lo necesite.
Los candidatos para un trasplante de córnea pueden necesitarla por varios motivos. Un trauma o un golpe a nivel de la córnea, por enfermedades como el queratocono, úlceras corneales, distrofia de Fuchs, adelgazamiento o desgarro de la córnea. Así también por cicatrices de este tejido causadas por una infección o lesión, hinchazón de esta o por complicaciones causadas por una cirugía ocular previa.
En Guatemala, hace falta una cultura de donación. Según los datos de tejidos que logran recibir, en promedio, se obtienen unos 20 donantes por mes. Desde el primer donante, en mayo de 2017, con el médico infectólogo Carlos Rodolfo Mejía, quien falleció trágicamente; se han beneficiado más de 420 personas, hasta el pasado 26 de agosto. “Actualmente, se reparte este tejido en un listado de 32 clínicas y oftalmólogos en el país que cuentan con una lista de espera de más de 220 personas que necesitan trasplantes, en algunos casos niños y adolescentes”, explica Sandra Coronado, secretaria de Bancórneas.
DINÁMICA ACTIVA
La forma de captar posibles donantes responde a una estrategia permanente. En los hospitales Roosevelt y San Juan de Dios se encuentran dos técnicas procuradoras de tejido, cuya función es tratar de estar presentes la mayor parte del tiempo en la morgue de estos centros hospitalarios para captar posibles donantes. El primer paso consiste en abordar a la familia para que apruebe la extracción del tejido con el fallecido, en el momento en que se hacen los trámites de defunción.
Una vez autorizado el permiso, se procede a evaluar su historial clínico y se hace un examen de sangre para descartar si el posible candidato tiene un historial clínico ajeno a enfermedades virales o parasitarias como: Covid-19, VIH, hepatitis B, hepatitis C, sífilis o mal de Chagas. En simultáneo con el examen de sangre, se procede a extraer las córneas para su posterior análisis.
Se aclara que si el candidato fallecido tuvo Covid-19 y se recuperó de este, puede donar tres meses después. También si padece de enfermedades visuales como miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia; como también si padeció de diabetes o hipertensión. “El tejido tiene hasta 14 días de vida”, explica Coronado.
La dinámica con el candidato que recibe la donación de esta membrana implica que, aunque necesite trasplante de córneas en ambos ojos, solo se opera uno. Luego de dos o tres meses, se confirma si la persona aceptó o rechazó el nuevo tejido, aunque no se necesita compatibilidad con el donante, como sucede con el trasplante de otros órganos humanos.
CINCO AÑOS DE OPERAR
El Banco de Córneas fue resultado de la persistencia del médico oftalmólogo Rudy Gutiérrez Díaz, quien después de varios intentos logró que el Club de Leones Guatemala Quiché apoyara su proyecto. Fue durante el gobierno de Otto Pérez que logró autorizaran el Acuerdo Gubernativo 440-2013 para la creación y funcionamiento del primer Banco de Córneas y Esclerótica de Guatemala.
Una vez aprobado dicho Acuerdo, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) se encargó de llevar a cabo la reglamentación y supervisión de la infraestructura para extender la licencia sanitaria en noviembre de 2016, donde se encuentran ubicados actualmente, en el edificio de la Fundación del Club de Leones, en la 2ª avenida 0-46 zona 2.
Después de cinco años de formación, el slogan de Bancórneas resume la generosidad de este acto con la frase: “que la luz de tus ojos siga brillando aún después de tu vida”.