En Guatemala se produce de manera diferenciada partos normales y nacimientos por cesárea. Foto La Hora. Cortesía.

 

SITUACIÓN ACTUAL

En Guatemala se produce de manera diferenciada partos normales y nacimientos por cesárea cuya magnitud depende de tipos de hospitales, lugar de nacimiento, características sociales de las poblaciones y características de la atención médica. Lo cierto es que su aumento no cesa a pesar de ser considerado ya un problema de salud pública y su incidencia anda por el 21% a nivel nacional, pero todos los nacimientos proporción que difiere entre hospitales privados y públicos. En el IGSS por ejemplo, se afirma que tendencia de este proceso quirúrgico muestra tendencia al alza, ya que las cifras de 2020 muestran que de un total de 11 mil 462 partos; 6 mil 925 se hicieron mediante esta operación; en tanto que 4 mil 537 fueron partos.

Lo OMS ha concluido que la cesárea es eficaz para salvar la vida de las madres y los neonatos, solamente cuando son necesarias por motivos médicos. En la actualidad más del 50% de las madres son madres primerizas y la edad promedio es menor de 25 años para las madres primerizas y de 30 años para las madres segundas. Los bebés prematuros (< 37 semanas de embarazo) constituyen cerca del 5% y los bebés prematuros (a partir de las 42 semanas) un poquito más.

Ejemplos de indicaciones médicas para una cesárea planificada son la presencia de placenta, congestión pélvica, el bebé en posición transversa o presentación de nalgas.

El mayor grupo de mujeres que desea someterse a una cesárea sin indicación médica son las nuevas madres. No existe un consenso nacional sobre lo que debe considerarse una cesárea a petición de la mujer, por lo que las estadísticas al respecto son inciertas.

Las mujeres exponen varias razones para querer una cesárea. Por ejemplo, pueden haber tenido un parto traumático, pueden estar preocupadas por las complicaciones, temerosas del dolor, perder el control o no recibir el apoyo adecuado durante el parto, estética etc. Se estima que ya superan el 30% las madres primerizas con una cesárea planificada a pedido de la mujer. Entre las madres que desean un segundo hijo, esta cifra es de casi 100% en las de cesárea previa que podría obviarse y por encima del 40% en las que tuvieron su primer hijo con parto incluyendo las cesáreas para las que no se da una indicación médica clara.

A nivel mundial, el aumento de las tasas de cesáreas ha suscitado un gran interés. En algunas regiones, la tasa de cesáreas es relativamente alta (44% en América Latina), mientras que se puede considerar que una tasa baja puede verse en partes de África, de alrededor del 5%. Tanto el uso excesivo como el uso insuficiente de las cesáreas, pueden estar asociados con mayores riesgos para las mujeres y los niños. El aumento a nivel mundial puede deberse a la escasez de parteras y los sistemas económicos. Las mujeres temen por varios motivos personales, sociales etc., que no es un motivo de validez un parto normal o no recibir una buena atención materna y entonces una cesárea planificada parece ser una buena solución. Los proveedores de atención médica privados también pueden aumentar la tasa de cesáreas por razones económicas y de comodidad.

TABLA DE PARTOS INSTITUCIONALES EN GUATEMALA

Fuente: https://biblioteca.medicina.usac.edu.gt/revistas/revcolmed/2016/155/1/04.pdf

Pareciera que en la actualidad, después de un gran aumento de cesáreas en hospitales privados que supera el 70% y en los públicos anda por 35%, con una gran variación entre los departamentos y el tipo de hospitales (públicos vs privados) no teniéndose datos concisos sobre la proporción de cesáreas de emergencia y programadas.

RAZONES PARA DECIDIR

Pero ante ese panorama estadístico, se hace necesario resaltar las ventajas y desventajas para las mujeres y los niños de la cesárea siendo una de las situaciones que deben clarificarse bien el hecho de que lo que más aumenta, es el pedido de la mujer para tener su hijo sin indicación médica, para satisfacer el deseo de una mujer de una cesárea planificada. En la actualidad es muy común observar que muchos médicos concluyen sobre el tipo de parto y la selección de cesárea en base a deseos maternos y los más conscientes en ello, suelen tomar decisión luego de una historia clínica en la que la mujer informaba razones de peso por las que deseaba una cesárea, y si se apega a ella después de ser informada sobre las consecuencias de los diferentes métodos de parto, entonces se le concedería una cesárea. Sin embargo, esa forma de actuar no ha tenido seguimiento y no existe un registro nacional de cuántas solicitaron cesárea, a cuántas se les concedió cesárea y por qué razón. Tampoco consta cuántas solicitudes maternas fueron rechazadas, y si luego solicitaron una segunda opinión y se les concedió una cesárea. En Guatemala, no existe una legislación de derechos, es decir, de acuerdo con la Ley de atención médica, sobre solicitar una intervención, solo abstenerse de una intervención. Sin embargo, el cuidado debe brindarse en consulta con la persona que recibe el cuidado, y entonces surge la pregunta de cuánta consideración se debe dar a los deseos de la mujer por razones éticas. Las estadísticas sobre el número de cesáreas a petición de la mujer son, por tanto, inciertas.

La primera incertidumbre se refiere a si la cesárea fue planificada o no. En la mayoría de los registros de nacimiento u otros sistemas de garantía de calidad, es posible distinguir las cesáreas programadas de las de emergencia. En ocasiones también es posible distinguir entre las cesáreas realizadas, cuando existe un riesgo agudo para la vida del niño o de la mujer, las denominadas cesáreas inmediatas.

En el registro médico guatemalteco de nacimientos de los hospitales, es posible distinguir entre las cesáreas que se realizan antes del inicio del trabajo de parto y las que se realizan para finalizar un trabajo de parto en curso. Los primeros mencionados se consideran entonces planificados y los demás suelen calificarse de urgentes. Por lo tanto, algunos partos para los que se programó una cesárea, se clasificarán erróneamente como vaginales programados si el trabajo de parto comienza espontáneamente antes de la fecha de la cesárea programada. El porcentaje de cesáreas planificadas que se clasifican erróneamente de esta manera depende, entre otras cosas, de la semana de embarazo en la que normalmente se realizan las cesáreas planificadas. Cuanto más tarde en el embarazo se planifique la cesárea, más nacimientos tendrán tiempo de comenzar espontáneamente. En general, es más común programar cesáreas planificadas aun antes de la viabilidad del feto o luego de la mitad del embarazo o durante otros períodos de tiempo.

La segunda incertidumbre se refiere a cuál de las cesáreas planificadas se realiza de acuerdo con los deseos de la mujer. De hecho, en el sistema estadístico, existe un código de diagnóstico que utilizan la mayoría de las clínicas para designar una cesárea a pedido de la mujer, pero se usa en diferentes grados. La estrategia más común para evaluar los resultados después de una cesárea programada por deseo de la mujer, es excluir aquellos embarazos en los que existe una indicación médica para la cesárea programada. Dado que las rutinas y las pautas difieren mucho entre centros hospitalarios y médicos y períodos de tiempo, está claro que la definición de una cesárea por indicación médica no está determinada de manera inequívoca y, por lo tanto, la definición de una cesárea por deseo de la mujer tampoco es inequívoca. El resultado es que hay grandes diferencias en diferentes partes del país. Las diferencias de poblaciones pueden explicar parte, pero no todo, de la variación. Así también existe una variación significativa en la proporción de cesáreas realizadas a pedido de la mujer. Las pautas son interpretadas libremente por los proveedores de atención y al final es el médico individual quien decide. Esto puede dar lugar a un trato diferente según el lugar en donde ejerza. Los estudios muestran que los médicos y el personal del hospital pueden tener opiniones diferentes sobre las cesáreas planificadas y que esto puede influir en la decisión.

Actualmente grupos en las redes sociales, promueven de diferente manera el tema de que la mujer misma decida sobre la cesárea. No se conoce con certeza la opinión pública sobre este tema.

Hay razones que a veces orientan a favor y en contra y casos como el siguiente: En Inglaterra, una mujer demandó a los profesionales de la salud después de que se le negara una cesárea. Durante el parto vaginal, los hombros se atascaron durante la última etapa del trabajo de parto y el bebé sufrió una lesión cerebral. El Tribunal Supremo dictaminó que la lesión se podría haber evitado con una cesárea programada y la mujer afirmó que no había sido informada de ello.

Los médicos, es importante que discutan con las embarazadas a su cargo los pros y los contras de los diferentes métodos de parto, cuando una mujer quiere o no una cesárea a fin de explicársele con propiedad si se le debe conceder una cesárea planificada cuando insiste, este es un gran dilema para ambos. Si el médico en cuestión no quiere conceder la cesárea, la mujer debe ser derivada a otra persona.

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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