El otro día en los pasillos de la consulta de un centro hospitalario, escuchaba a una persona decir a otra: dice el doctor que soy un enfermo sano; mire usted tengo dolor desde hace tres años y aún estoy en espera que alguien me diga qué tengo.

Entre la espada y la pared

Estar gravemente enfermo con dolor en el cuerpo, experimentar fatiga paralizante, problemas estomacales y ansiedad recurrente es muy común en mucha gente, hasta que ya no lo soportan y algunos incluso lo refieren como una experiencia cercana a la muerte. Sin embargo, muchas personas con problemas no explicables –le funciona mal la medicina, tiene dolor de cara, cuello, problemas con una prótesis, dolor postrauma, etc.- muchas veces son consideradas personas delirantes por el médico.

Hay algo más en esto, según psicólogos, es fácil perder la chispa de la vida cuando el sistema de salud desconfía de usted y lo cuestiona, desafortunadamente, esto afecta a muchos y es una queja constante contra el sistema que permanece oculta. Esto se aplica a todo tipo de discapacidad, pero pocas personas “quejosas” de tales alteraciones son realmente interrogadas y estudiadas de la misma manera que las personas con lesiones evidentes.

Independientemente de la enfermedad, no es aceptable que un paciente o una persona discapacitada, reciba un trato peor que, por ejemplo, una persona con una pierna rota o insuficiencia cardíaca. La falta de conocimiento o explicación de un profesional de salud ante algo, nunca puede excusar una mendicidad indiferente.

Qué queremos decir: que tanto el sistema como el enfermo debe tomar al paciente en serio. Es importante tomar al paciente en serio y entonces no se trata solo de escuchar, sino de probar realmente los argumentos y la hipótesis que tiene el paciente sobre su malestar, su origen y problemas que le causa. Hay médicos que son receptivos y algunos de ellos logran tratar a sujetos con estos problemas con buenos resultados, que a menudo están o han estado enfermos por, por ejemplo, exposiciones permanentes a algo ya sea en el hogar o en la zona de trabajo. A pesar de eso, los estudios han mostrado que a menudo y a una gran mayoría se les dice que no hay evidencia de enfermedad (y ¿qué pasó con el contenido de salud que dice bienestar?). Los pobres afectados, no reciben ayuda. La mayoría de las personas en estas condiciones ciertamente padecen la impotencia que se propaga cuando los síntomas no se toman en serio y cuán privado de sus derechos se siente, cuando no se le brinda ayuda para eliminar esos malestares, lo que significa que algunos pueden estar y padecer molestias y hacer de su vida un drama durante muchos años. De hecho, en estos pacientes, menos del 10%, se ha estimado son diagnosticados por un médico y el resto vive del tingo al tango y solo en contados casos, después de mucho buscar ellos mismos la causa, encuentran soluciones. En nuestro medio, con estos pacientes sin diagnóstico, sucede lo mismo que a los que lo tienen y como decía un colega: Los que son pobres a menudo tienen que seguir estando enfermos. Un gran grupo de pacientes.

El número de personas en nuestro país con este problema se ignora, pero se estima que no ha de ser pequeño. A pesar de eso, el sistema de salud no hace nada para estudiar y ayudar en este problema. Es necesario empezar a hacerle frente a estos malentendidos y considerar que estos pacientes a menudo enfrentan duras consecuencias financieras y de salud.

¿Qué solución ven algunos a este problema? Muchos médicos, la conclusión de lo que pasa con estos pacientes la resumen, en una palabra: estrés. En la vida cotidiana actual, las células de los tejidos se ven afectadas. El cuerpo, a menudo se ve afectado negativamente por una variedad de factores estresantes, por ejemplo, una carga mental demasiado alta, un trabajo físico o ejercicio intenso y grandes variaciones de temperatura.

 

Un tratamiento que merece conocerse: agentes adapto

Muchos le ponen énfasis a la nutrición como un factor desencadenante de esos males irreconocibles. Todos los días, durante varias semanas durante un período difícil, es frecuente comer mal. La ingesta nutricional nos brinda las sustancias energizantes, constructoras y catalizadoras (iniciadoras, desencadenantes) que se requieren para que el metabolismo funcione. Se ha demostrado que los genes Adapto, estimulan los mecanismos sistémicos que protegen, fortalecen y mejoran la recuperación en relación con un alto estrés mental y/o físico. Por supuesto, una nutrición completa, puede crear las condiciones para obtener la mejor promoción de la salud.

Por otro parte y desde hace algunos años, se viene hablando de plantas clasificadas como adaptogénicas (rosa mosqueta, chisandra y raíz rusa) sobre que pueden tener efectos cognitivos mentales para gente estresada; una mejora significativa y estadísticamente probada en el rendimiento mental, entre otras cosas a través de una mejor atención y que varias tareas se podían realizar más rápido con menos errores y obtenerse un desempeño mejor. Ahora hay investigaciones en curso sobre adaptógenos en varias universidades internacionales.

Los adaptógenos son hoy reconocidos oficialmente como una categoría separada de sustancias. Son reguladores metabólicos con los que se incrementa la capacidad de adaptación del organismo a los diferentes factores ambientales.

En el contexto de la investigación disponible, incluida la investigación reciente, muestra que los adaptógenos pueden trabajar en el tratamiento de diversas enfermedades, con el fin de contribuir a la recuperación o curar una enfermedad.

Estas plantas anteriormente se estudiaron en experimentos con animales y se encontró que los extractos de ciertas plantas no solo aumentan la resistencia durante el esfuerzo físico, sino que también pueden aumentar la resistencia a ciertas infecciones y sustancias tóxicas.

¿Cómo funcionan las sustancias adaptogénicas?

Una extensa investigación internacional publicada desde la década de 1960 hasta la actualidad, muestra claramente que los adaptógenos protegen y mejoran la recuperación cuando estamos expuestos a diversas formas de estrés, es decir, una gran tensión mental y/o física. En la raíz de rosa, chisandra, raíz rusa y otras plantas adaptogénicas, existen principalmente tres grupos de sustancias que pueden estar relacionadas con sus efectos normalizadores o adaptogénicos: lignanos, derivados del fenipropano y, en cierta medida terpenoides

 

  1. Estimula los mecanismos de defensa

La investigación actual indica que los efectos normalizadores beneficiosos de los adaptógenos se deben principalmente al hecho de que estimulan ciertos mecanismos de defensa sistémicos básicos. Varios estudios farmacológicos y clínicos, han demostrado que los efectos restauradores y normalizadores de los adaptógenos, pueden estar relacionados con el hecho de que estimulan la producción y liberación de dos tipos de sustancias necesarias bien conocidas. Una sustancia, el neuropéptido Y (NPY), participa en una variedad de procesos fisiológicos en el cerebro y, entre otras cosas, es necesaria para la memoria, el aprendizaje y otras funciones cognitivas.

  1. Protege contra los radicales libres de oxígeno

Estimula la proteína de choque térmico72 (HSP72), esta sustancia se ha demostrado que se encuentra y protege las proteínas (entre otras cosas contra los radicales libres de oxígeno) que se transportan en las células de nuestros tejidos.

La producción de proteínas de choque térmico, aumentan con la exposición a diversos tipos de estrés, como inflamación, frío o calor extremo y ejercicio físico. Estas proteínas también se denominan «proteínas del estrés», porque forman parte de la respuesta protectora del organismo ante el estrés.

Además de estos mecanismos protectores, una investigación ha demostrado que un extracto de adaptógeno con raíz de rosa, chisandra y raíz rusa, tiene una capacidad antioxidante muy alta (el llamado valor ORAC o FORD), que puede contribuir a fortalecer aún más la defensa contra formas nocivas de oxígeno y, por lo tanto, reduce el desgaste bioquímico inapropiado o el estrés oxidativo.

Un cuarto elemento a tomarse en cuenta: La raíz de rosa puede aliviar la depresión: Los resultados de varios estudios también muestran que los extractos de la raíz de rosa adaptógena, pueden aliviar el mal humor y la depresión leve. Entre otras cosas, que los pacientes con depresión leve a moderada obtuvieron un efecto de mejora del estado de ánimo con un extracto de raíz de rosa, tan bueno como con el que se logra con medicamentos recetados o ISRS, a menudo llamados «píldoras felices». Más rápido y más suave que los medicamentos. Una diferencia es que la raíz de rosa funciona más rápido y también sin efectos secundarios comprobados.

Un último consejo: si usted decide probar esta terapia, por favor consulte a su médico antes.

 

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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