Apenas empezada la práctica de la vacunación en el mundo, surgieron teorías en contra de ello. Foto La Hora: AP

Alfonso Mata

La ciencia, no hay duda que es de gran importancia tanto para la medicina como para la práctica de la salud pero tiene que enfrentarse contra sus detractores. Apenas empezada la práctica de la vacunación en el mundo, surgieron teorías en contra de ello y en eso, romper con una experiencia previa sobre el comportamiento humano ante la enfermedad ha costado muchísimo; ello en buena parte, debido a que el lenguaje científico que subyace detrás de la vacuna y la vacunación, no es comprendido en su cabalidad por la gente y sus argumentos desfavorables a esa práctica, sus detractores, lo llenan de afectos y sentimientos, que tienen que ver con toda una tradición y cultura. Así que como todo dentro de la cultura, la evolución de vacunas y vacunación es y ha sido cosa de tiempo, a pesar de sus resultados impresionantes.

Aunque usualmente la gente repite acríticamente la información que recibe de los grupos que niegan las vacunas, estas afirmaciones rara vez se originan en la población. Como se señaló en el artículo anterior, las iteraciones de los mismos argumentos en contra y temores sobre las vacunas se han utilizado durante más de un siglo, y simplemente se modernizan y actualizan, se reciclan, para reflejar mejor el panorama y el lenguaje de la ciencia moderna. Estos mitos actualizados sobre las vacunas, son luego difundidos por una variedad de personas y organizaciones influyentes y leídos y repetidos por jóvenes y adultos y otros consumidores de los medios, formándose un grupo grande de influenciadores.

Colectivamente, este grupo de «influenciadores» provoca un efecto indebido sobre el público y los medios de comunicación, cuando se trata de información sobre vacunas: sobre su elaboración y contenidos hasta su aplicación, porque algunas historias de los medios sobre vacunación solo reparan en «qué pasa con la vacuna y vacunación» sin presentar usualmente las dos caras de la moneda, propiciando causar solo contradicción, sin poner explicación completa sobre los hechos y señalar con veracidad que hay detrás de la noticia; sin preocuparse en buscar «la verdad del que sabe». En efecto, jamás sale como publicidad, noticia u otros, por ejemplo, el que mucho más médicos y científicos apoyan las vacunas que no, o sobre el hecho de que es mayor el beneficio que el daño. Desafortunadamente los mismos individuos antivacunas, son entrevistados repetidamente para las noticias locales, nacionales e internacionales, lo que aumenta su liderazgo por exposición y su perfil en los medios de comunicación y siembran la duda, sin que existan explicaciones alternativas.

Muchos de estos “influenciadores”, dependen de Internet para difundir su mensaje; en conjunto, personas y organizaciones se ha estimado que pueden tener más de diez millones de seguidores solo en Facebook, aunque se puede esperar cierta superposición en los seguidores.

En muchos países, trabajos recientes han demostrado que aproximadamente el 80% de las personas utilizan Internet anualmente para buscar información sobre salud, y relativamente menos del 10% discuten estos hallazgos con un profesional de la salud (en nuestro medio una fuente de información para los que no tienen acceso a internet es el migrante que si lo tiene y le informa a sus parientes al respecto). De tal manera que se ha encontrado que las afirmaciones comunes que se encuentran en línea incluyen: que las vacunas causan enfermedades; que son ineficaces; que son parte de una conspiración médica/farmacéutica/gubernamental; y que la medicina convencional es incorrecta o corrupta.

La desinformación conlleva cápsulas generalizadas en forma de inexactitudes, engaño total o consulta con el que no se debe o no sabe que no engaña pero confunde. Aunque el efecto de la información errónea en línea sobre las actitudes y la toma de decisiones sobre la vacunación no se ha cuantificado cuidadosamente, los adultos y jóvenes a menudo han mencionado preocupaciones similares a lo que se dice en los sitios web antivacunas. Cuando los trabajadores de salud preguntan a las personas por qué no vacunaron o vacunan a sus hijos, usualmente sugieren lo que la  penetración de grupos ha puesto en internet contra la vacuna o fuentes similares de información errónea. Lo grave en esto es que se ha demostrado que incluso una exposición breve a sitios de Internet críticos para las vacunas, aumenta los riesgos percibidos de la vacunación y aumenta los riesgos de aumento de enfermedades prevenibles mediante vacunas.

Aunque en medios como el nuestro, la difusión de información errónea sobre las vacunas se hace de boca a boca, las fuentes de la mayoría de esa información provienen de los grupos antivacunas que son personas o grupos que se benefician de la propagación de tales inexactitudes. Muchos de los principales «líderes de opinión» antivacunas, han escrito libros o producido películas que caracterizan a las vacunas como peligrosas e inseguras. Otros dirigen grupos que dependen de las donaciones de personas que apoyan sus ideas. Otros más dependen de los clics, los ingresos publicitarios y las ventas de productos de sitios en línea donde comparten artículos sobre los «peligros» de las vacunas. Un análisis reciente de los sitios web contra la vacunación, demostró que todos los sitios web examinados, excepto uno, «contenían argumentos en contra de la vacunación que podrían considerarse falsos», apoyando su papel en la difusión de información errónea sobre las vacunas. Además, se han analizado los “blogs de mamás” en particular y se ha descubierto que cuentan historias persuasivas, lo que sugiere que las vacunas representan una amenaza para los niños, que pueden distribuirse entre un gran número de lectores e infornautas.

Aunque muchos de los argumentos antivacunas a los que se refieren los padres, pueden provenir o ser promovidos por tales celebridades y/o sitios web, es posible que los padres no siempre crean o sepan que su información se ha filtrado a través de estas personas, ni que han sido influenciados por ellos. Además, el historial personal de vacunación de un individuo o la atención médica para sí mismo o sus hijos, también puede influir en su visión de las vacunas, independientemente o reforzado por la exposición a los medios de las vacunas. Existe una amplia heterogeneidad en las personas que dudan de las vacunas, por lo que, aunque es importante comprender a los individuos y grupos involucrados en los mensajes antivacunas. El personal de salud, ni los periodistas, deben asumir que todos los individuos que expresan escepticismo acerca de las vacunas comparten los mismos antecedentes, consumo de medios u opiniones.

Tampoco se debe suponer que las personas que cuestionan las vacunas, simplemente han absorbido los mensajes antivacunas (incluidos los de los sitios e individuos mencionados anteriormente) en el vacío; muchos de los rechazos provienen de experiencias vividas y de una mala campaña de vacunación. Tanto la vacilación como la promoción de la vacuna, están influenciadas por los contextos sociales y culturales en los que se reciben los mensajes, como veremos en el próximo capítulo.

No podemos olvidarnos que la medicina, el trabajo en la salud, no es simplemente un oficio de hacer y deshacer en función de normas y procedimientos, es parte general de una cultura que refleja el concepto de salud y enfermedad que esta tiene y si esa visión y ejercicio no se acompaña de información y participación general, el ejercicio queda incompleto. Gran parte del fracaso de las campañas de vacunación de este momento, es debido a  falta de concientización sobre la práctica de vacunación.

Alfonso Mata
Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.
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