Alfonso Mata
¿Por qué el SARCoV2 se comporta difícil de tratar y dentro de eso por qué es posible enfermarse con COVID dos veces?. ¿Significa eso que las personas que han tenido COVID-19 no están protegidas de la reinfección o al revés? ¿Cómo se forma la respuesta inmune al nuevo coronavirus y se puede influir en su «fuerza»?
Son muchas preguntas que nos planteamos. En todo el mundo se han iniciado estudios sobre su inmunidad. Lo que se piensa es que debido al hecho de que el coronavirus actual es de la familia SARS (es decir, es similar al virus SARS-Cov que causó la epidemia de SARS en 2002-2003), se supone que su inmunidad también persistirá durante los años. Pero aún no hay datos confirmados. Ahora los medios están inundados de información sobre casos repetidos de infección. Sobre esto, hay que tener en cuenta que los casos repetidos de una enfermedad, son característicos de cualquier patología, y el coronavirus en este sentido no es una excepción. Por cierto, se puede contraer sarampión dos o tres veces. Aunque se cree que después del primer caso, se desarrolla una inmunidad de por vida.
Entonces ¿por qué la inmunidad contra algunas infecciones es de por vida y en otras no?,¿Está esto relacionado con la mutación del virus?
Lo que a la fecha sabemos es que sí y no. La inmunidad se forma contra componentes clave del virus que tradicionalmente no mutan. El virus contiene antígenos que mutan y se producen anticuerpos contra antígenos que no cambian y están disponibles en el cuerpo durante mucho tiempo, toda la vida. Si se producen anticuerpos contra un antígeno que muta o el título de anticuerpos desciende drásticamente, la inmunidad actuará por un breve período de tiempo. Esto sucede con la gripe: es una enfermedad estacional y cada año o dos aparece una nueva cepa del virus. Por tanto, la inmunidad a la influenza dura un promedio de seis meses.
Significa que ¿Aquellos que han tenido una forma severa de COVID-19 estarán mejor protegidos de la reinfección en comparación con aquellos que han estado enfermos sin síntomas? ¿Por qué no se puede formar la inmunidad adecuada para brindar protección en caso de infección?
Tampoco es segura una respuesta sobre esas preguntas, solo hay hipótesis. Una de ellas es que: la persona se enferma muy fácilmente, pero en su cuerpo, aunque la infección ocurrió, puede no tener una cantidad permisiva del virus para que el cuerpo tome la infección en serio y desarrolle anticuerpos contra ella. Es decir, para el cuerpo, una forma tan suave puede pasar desapercibida. Opción dos: La inmunidad más estable se forma con el curso de la enfermedad de gravedad moderada y sin uso excesivo de medicamentos. Puede entenderse que cuando no se forma la inmunidad, la replicación interna del virus se torna abundante y severa, dañando severamente la enfermedad y motivando que todas las fuerzas compensatorias del cuerpo traten de sustentar la vida en este momento y puede ser que ante ello no se trate de formar una protección para el futuro. El cuerpo simplemente no tiene la fuerza suficiente para formar anticuerpos. Entonces, cabe pensar que el mejor caso para la formación de inmunidad persistente, es el curso de la enfermedad de gravedad moderada y sin el uso excesivo de medicamentos.
¿Es más que probable que vaya a haber muchas olas?
Tanto la OMS como muchos expertos, hablan constantemente de la amenaza de olas de la epidemia. Hay varias cosas en esto que el público debería entender: más infectados, mas mutaciones, más posibilidad de facilitar su difusión Y EVADIR NUESTRAS DEFENSAS y todo esto solo se puede evitar vacunado a casi toda la población pues todos pueden hospedar y difundir el virus y reprimiendo la aparición de nuevos casos y la tasa de propagación del virus. Cuando eso no se logra, hay olas de aparecimiento que puede comportarse en su agresión estacionalmente.
Algunos dicen que es imposible crear una vacuna contra el coronavirus, otros (incluida la OMS) insisten en que esta es la única forma de superar la epidemia.
Ya se creó la vacuna. La producción para poder llegar a todo el mundo tomará entre 1.5 y 2 años y eso lo debe tener presente el público para seguir aplicando las medidas sanitarias y detener su propagación, pues eso aumenta la posibilidad de mutación del virus. Por la forma tan rápida en que estas se han aplicado, no sabemos todo sobre ella: cuáles serán las consecuencias a largo plazo de su uso. Todos los participantes en la inmunización, reciben de forma voluntaria información sobre el contenido y la cantidad de vacuna, pero no de antígenos que ha formado su cuerpo, y esto sería correcto proporcionárselo a corto y mediano plazo. De no ser eso posible, se debería montar investigaciones representativas de poblaciones que den resultados y conclusiones accesibles a las poblaciones vacunadas.
Lo que urge en estos momentos, es el inicio de una amplia prueba gratuita que bien podría ser montada por área geográfica y grupos centinelas, para detectar anticuerpos contra el coronavirus SARS-CoV-2. Al mismo tiempo, todos los que se enferman con una infección respiratoria o neumonía, deberían someterse a pruebas para detectar la presencia del virus en su cuerpo. Estas pruebas, deberían ser obligatorias y ser lo suficientemente efectivas y claras evitando resultados falsos negativos. Como intermedio a eso, los médicos tienen la facilidad de diagnosticar COVID-19 sin esperar los resultados de la prueba, si la tomografía computarizada da una «imagen» de neumonía viral. Debemos tener claro que los resultados de las pruebas dependen de la calidad de los diagnósticos y de los métodos utilizados. En la neumonía, el patógeno se encuentra en el esputo o en el biomaterial extraído de los bronquios. Si la prueba de PCR se pasa de esta manera, se confirmará el diagnóstico. Pero en muchos pacientes con neumonía, se toma un hisopo de la nasofaringe, y esto no tiene sentido ya que hay una fase progresiva en el curso de la enfermedad que debe tenerse en cuenta. En la etapa inicial de la enfermedad, la prueba de PCR de la nasofaringe mostrará un resultado positivo, pero si el paciente ya ha desarrollado neumonía, el virus, en términos relativos, ya ha «descendido» al tracto respiratorio inferior, y es necesario «buscarlo» allí.
Para determinar sobre esto, en la neumonía covid se está usando el diagnóstico de anticuerpos. Pero esta prueba también puede indicar que una persona ya ha tenido un coronavirus. Los primeros anticuerpos específicos de la clase IgM aparecen en el quinto o séptimo día de la enfermedad y, a partir de la segunda o tercera semana, el cuerpo desarrolla anticuerpos IgG tardíos. Los primeros circulan hasta por dos meses, los segundos por seis meses y posiblemente más. Por la presencia de anticuerpos IgM en la sangre, se puede juzgar si una persona está enferma o no en este momento, y la presencia de anticuerpos IgG, indica que ya ha padecido una enfermedad. Esta prueba también ayuda a identificar a aquellos que han tenido COVID-19 sin síntomas. La presencia de anticuerpos solo indica que una persona está protegida de la infección en los próximos dos meses. La investigación mostrará lo que sucede luego dentro de unos años. Por tanto, no sabemos cuánto tiempo una persona, después de haber estado enferma, permanece protegida de una nueva infección.