Un nuevo estudio realizado por investigadores demuestra que quienes se infectaron previamente con el SARS-CoV-2 tienen una respuesta inmunitaria aún mayor después de la vacunación. Foto La Hora: Europa press/dpa

Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Minnesota (Estados Unidos) demuestra que quienes se infectaron previamente con el SARS-CoV-2 tienen una respuesta inmunitaria aún mayor después de la vacunación, en comparación con las personas totalmente vacunadas que nunca tuvieron Covid-19.

«Las células B de memoria son capaces de producir rápidamente anticuerpos después de la reinfección, lo que es fundamental para la inmunidad, ya que los niveles de anticuerpos disminuyen», ha señalado el profesor y director del Centro de Inmunología de dicha facultad, el doctor Marc Jenkin, uno de los autores del estudio, que ha sido publicado en ‘Cell Reports’.

«Nuestra investigación muestra que las personas totalmente vacunadas que tuvieron una infección previa por SARS-CoV-2 acaban teniendo un número aún mayor de células B de memoria que las personas totalmente vacunadas que no han tenido una infección», explica.

Por otro lado, el estudio revela también que, entre los vacunados que no han pasado la enfermedad, aquellos que recibieron una vacuna de ARNm contra el Covid-19 tienen una mayor respuesta inmunitaria en comparación con otras.

RESPUESTA MÁS DÉBIL A LA SEGUNDA DOSIS

Otra de las conclusiones del estudio es que las personas con una infección previa por el SARS-CoV-2 tenían un gran número de células B de memoria específicas para los picos antes de la vacunación y, después de la primera dosis de una vacuna de ARNm, tenían un aumento significativo de las células B de memoria específicas para los picos, pero no después de la segunda dosis.

A pesar de la respuesta más débil a la segunda dosis de ARNm, las personas con una infección previa por SARS-CoV-2 terminaron con un mayor número de células B de memoria específica de espigas que las personas totalmente vacunadas que nunca tuvieron el virus.

Por otro lado, las células B de memoria específicas de la espiga en personas con una infección previa por el SARS-CoV-2 se unieron más estrechamente a la proteína de la espiga del virus en comparación con las células B de memoria inducidas en personas no infectadas tras una única vacunación con ARNm.

«Nuestros resultados demuestran el beneficio que obtienen de la vacunación las personas que han tenido una infección por SARS-CoV-2 y predicen que este grupo puede tener menos brotes de la enfermedad», ha señalado Jenkins.

«Aunque no está claro cuántas células B de memoria son necesarias para la protección contra la infección, nuestros datos también indican que las personas que tuvieron una infección previa y que luego se vacunaron completamente son el grupo con menos probabilidades de necesitar una tercera vacuna, o de refuerzo», añade Jenkins.

Este equipo, liderado también por Kathryn Pape, la primera autora del estudio, está investigando ahora la formación de células B de memoria en personas totalmente vacunadas con sistemas inmunodeprimidos.

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