Los 27 países miembros de la Unión Europea (UE) adoptaron hoy una posición conjunta al aprobar en líneas generales un proyecto de legislación del bloque para regular Internet y poner fin a los abusos de poder por parte de los gigantes digitales.
Discursos de odio a gran escala, manipulación de la información, quiebra de los pequeños comercios de proximidad… Para poner fin al ‘Far-West’ de internet, la Comisión europea había propuesto en diciembre de 2020 dos proyectos de reglamentación.
El secretario de Estado francés del Digital, Cédric O, se congratuló por el acuerdo alcanzado en menos de un año por los Estados miembros. «Un acuerdo tan rápido es algo excepcional», comentó. Estos textos son «tal vez los más importantes de la historia de la regulación digital», añadió.
Uno («Digital Services Act», DSA) tiene el objetivo de combatir el fraude y los contenidos ilegales. Un ejemplo: impondrá que las plataformas más grandes dispongan de medios para moderar los contenidos que albergan.
El otro está vinculado a los mercados («Digital Markets Act», DMA) y su finalidad es reprimir las prácticas anticompetencia de los grandes grupos tecnológicos, como las del «GAFAM» (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft).
Este texto constituye un cambio absoluto de filosofía. Tras años de perseguir vanamente en juicios interminables las infracciones de estas grandes multinacionales, Bruselas quiere imponerles una serie de obligaciones y prohibiciones.
La aprobación por parte de los Estados miembros de la versión actual de las dos leyes, que incluye algunos cambios respecto a la propuesta inicial, allana el camino para comenzar negociaciones sobre los textos definitivos con el Parlamento europeo (diálogo tripartito).
Este último todavía debe definir su posición. El martes, los eurodiputados llegaron a un acuerdo en el marco de su Comisión de Mercado Interior (IMCO) respecto a la DMA, y su texto sería presentado en diciembre al pleno de la Asamblea. En cambio, las discusiones se revelan más complejas en cuanto a la DSA y algunos temen retrasos que podrían disociar el calendario de ambas reglamentaciones.
– «Enfoque brutal» –
Francia, que ocupará la presidencia rotativa de la UE durante seis meses desde enero, espera lograr finalizar ambas leyes antes del verano (boreal). El objetivo es que estén vigentes a partir del 1 de enero de 2023.
«Los dos textos están íntimamente vinculados, son las dos caras de una misma moneda, uno (la DMA) se centra en los aspectos económicos, y el otro (la DSA) en los sociales», subrayó este jueves Thierry Breton, comisario de Mercado Interno.
«Empezaremos los diálogos tripartitos sobre la DMA a comienzos de enero, y hay una necesidad urgente de que sobre la DSA inicien lo más pronto posible», consideró.
Este proceso legislativo contó a principios de mes con el apoyo de Frances Haugen, la lanzadora de alertas de Facebook. Pero los gigantes digitales bregan por proteger sus intereses.
El ‘lobby’ de las grandes empresas tecnologicas, Computer and Communications Industry Association (CCIA), que ya había sido crítico con las enmiendas de los eurodiputados a la DMA, volvió a advertir este jueves sobre los peligros que plantean a su parecer unas normativas demasiado restrictivas. «La DMA debe ser adaptada para evitar las consecuencias no deseables de un enfoque brutal», argumentó.
En la DMA, bajo presión de Alemania, los 27 refuerzan el rol de las autoridades nacionales de la competencia, que podrán lanzar investigaciones sobre eventuales infracciones cometidas en sus territorios.
Respecto a la DSA, brindan a la Comisaión europea el poder para actuar contra las plateformas gigantes en caso de constatar graves infracciones, algo que hasta ahora era potestad del Estado que albergase sus sedes europeas. Irlanda, que cuenta con varias sedes de estos grupos, ha sido con frecuencia criticada por su tolerancia frente a éstos, en aras de su propia economía.