Aparicio López

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Aparicio López
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@Apariciolopezde

Hagamos juntos este ejercicio… visualiza la calle donde vives ¿Qué le dirías a la persona que diseñó los primeros trazos de tu ciudad? ¿Le agradecerías por su visión a largo plazo? ¿O más bien le reclamarías algo? Porque tal vez la calle que pasa por tu casa es muy angosta, si fuera tan solo un poco más grande, podría pasar un carro, tal vez un bus y no tendrías que caminar 20 minutos para tomar uno, yo qué sé, solo estábamos tratando de hablar con alguno de nuestros ancestros.

Este ejercicio puede hacerse de otra forma; imagínate ahora a un ciudadano del futuro, de la Centroamérica de acá a 20 o 50 años, ¿Qué le preguntarías? ¿Sobre carros voladores? ¿Qué crees que te preguntaría a ti? De qué manera se cuestionarán sobre nosotros los ciudadanos del futuro, cuando vean hacia atrás y piensen en nosotros. Imaginarnos en los zapatos de otros es muy necesario y más cuando hablamos del futuro.

El filósofo australiano Roman Krznaric desarrolla esta idea en su libro “El buen ancestro”, donde nos invita a cuestionarnos qué clase de ancestros estamos siendo. Cuando los arquitectos del siglo XIX diseñaban una catedral, sabían que nunca la verían terminada, ya que la mayoría de sus construcciones llevan años para ser terminadas. Los arquitectos debían hacer este ejercicio a la inversa y cuestionarse qué clase de personas habitarían en el futuro y en base a eso pensar el diseño de sus construcciones con una amplia visión a largo plazo. El pensamiento de una catedral es un ejercicio de inmersión en el pasado y el futuro de nuestra historia, sin dejar de lado el presente.

Una vez un amigo me dijo que hay que tener una juventud sacrificada para tener una vejez privilegiada, darlo todo hoy pensando en el mañana. Es por eso que el pensamiento a largo plazo es fundamental para la vida, pero puede y debe usarse para muchas cosas más. Una de ellas es la administración pública, para pensar en las repercusiones a futuro de cada una de las acciones y decisiones que hoy se toman. Las generaciones futuras son millones de personas que aún no han nacido, pero algún día juzgarán a los gobiernos y personas del mundo por la forma en la que se manejó la pandemia, por la falta de acción social o por la tardada acción climática.

Estos millones de personas, se cuestionarán algún día sobre nosotros, sobre lo que hicimos o dejamos de hacer. Ahora intenta ponerte en su lugar, imagina por un momento que eres ese ciudadano de la Centroamérica del futuro, que camina y habita en esas calles del futuro, cuéntame sobre las calles, si son sucias o limpias, ruidosas o calmas y ahora tú, ciudadano del futuro, que le preguntarías a tus antepasados, dime ¿En qué fallaron? ¿Qué hicieron bien?

El futuro está cada vez más cerca y más lejos, pero depende íntimamente de que reconozcas tu pasado y valores tu presente. En los retrovisores de los carros hay una frase que dice “los objetos están más cerca de lo que aparentan”. Así es el futuro.

Mi invitación es a repensarnos, co-crear hoy una visión del futuro que soñamos y empezar a construirlo, desde la Guatemala de hoy, desde la Centroamérica dividida de hoy, porque el futuro está mucho más cerca de lo que creemos. Trabajemos hoy para ser el buen ancestro que este mundo necesita que seamos.

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