Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

¿Alguien de verdad piensa que no se conocen los esfuerzos de muchos para tener cortes que respondan a los operadores del sistema paralelo y sus aliados particulares?

El fin de semana fuimos testigos de las acciones de Nayib Bukele para concentrar poder en El Salvador y asegurar tener magistrados judiciales y un Fiscal General aliado al régimen, lo que se traducirá en que el aparato estatal que lidera el mandatario salvadoreño no sufrirá ningún susto con la justicia.

Pero lo que es inexplicable, es cómo hubo gente que se indignó por lo que pasó allá cuando aquí ellos mismos operaron para que los resultados fueran iguales a los de Bukele.

Cuando fue la definición de los listados para la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y Salas de Apelaciones, el silencio fue notorio a pesar que se sabía de los esfuerzos de la dupla Alejos por incidir en el tema.

Se criticó que se le haya puesto un alto al proceso y ni siquiera cuando fue evidente el amaño por medio de las reuniones de Gustavo Alejos y sus comunicaciones por celular, se oyeron voces tan fuertes como las que ahora se alzan en contra de un Bukele que concentra poder de mala manera.

Ahora que recién hubo una elección de Corte de Constitucionalidad (CC) se supo del esfuerzo orquestado de los que hoy se oponen a las acciones en tierras salvadoreñas. El único nombramiento que no les gustó fue el de Gloria Porras, pero sí el de Rony López (de la rosca de Consuelo Porras), y han sido tan burdos que dicen que el proceso debió ser secreto pero omiten decir que el voto de López también fue público, lo que le impediría haber asumido.

Como Consuelo Porras es parte de la jugada, que asumiera su Secretario General no era problema. Lo molesto era una magistrada que sienten que los puso en una complicada situación en los casos relacionados a la justicia.

“Acá lo que ha habido son diferentes criterios jurídicos y políticos sobre acciones que diferentes políticos han realizado. Lo que está ocurriendo en El Salvador es lo mismo que ocurrió en la época de Serrano Elías, un Golpe de Estado”. Dijo alguien el fin de semana.

Así es como intentan explicar las diferencias, cuando en realidad no hacer caso a las resoluciones de la CC, perseguir magistrados por las opiniones que no les gustan y alegar vicio para uno y no para otro magistrado, es también parte de ese Golpe de Estado que se quiere ver allá pero que no se desea ver acá.

Que haya magistrados que cumplan con el 113 de la Constitución, no es un “criterio jurídico” o una diferencia de criterio, es simplemente que debemos cumplir la ley, guste o no.

Yo creo que los magistrados no pueden ser perseguidos por sus meras opiniones vertidas en las sentencias y eso aplica también para Molina Barreto, Dina Ochoa, por ejemplo, quienes también fueron parte de la magistratura pasada, pero hay algunos que piden el encarcelamiento por las opiniones y de ajuste se indignan por lo que hace Bukele.

El gran problema de esto se traduce en que se consolidan sistemas, se perpetúan las mañas y se aseguran mayores migraciones porque el bueno, el trabajador, el que lucha queda a merced del más inescrupuloso, del que usa el sistema paralelo, del que no cumple reglas y del que hace lo necesario con el afán de alcanzar su objetivo.

Bukele, Giammattei (o Giamanneti como le dice AMLO), los diputados chapines o salvadoreños y sus aliados particulares, no son el fondo. Son la mera forma y cara de un problema estructural que debemos atinar a resolver y que pasará sí, y solo sí, somos capaces de lograr los acuerdos.

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