Con la llegada de nuevas vacunas se debe buscar agilizar la inmunización. Foto La Hora/Salud

Científicamente se ha demostrado que el futuro de la pandemia del Covid-19 depende de la vacunación que se pueda realizar alrededor del planeta, al punto de que los países más ricos que inicialmente acapararon las dosis, ahora están pensando en compartirlas para que en todos lados disminuyan los contagios y de esa manera se pueda prevenir el surgimiento de incontables nuevas cepas y mutaciones que vuelvan a poner en peligro a todos. En Guatemala, por supuesto, el tema tiene enorme importancia porque además de la limitación impuesta por el mercado, tenemos una limitación muy propia que es la falta de un plan serio, digno de tal nombre, para llevar la inmunización a todos lados.

La incorporación del sector privado vía Fundesa ha venido a ofrecer nuevos sitios en los que se podrá realizar la vacunación, pero aún así la mayoría de municipios del país no están contemplados adecuadamente y para muchos será muy difícil trasladarse a los lugares donde se ha dispuesto recibir a los pacientes que deciden vacunarse.

Por otro lado, el ex director de la desaparecida Comisión Presidencial Contra el Coronavirus, doctor Edwin Asturias, publicó ayer un mensaje preocupante porque se refiere a las observaciones que la autoridad encargada de regulación de drogas hizo en Brasil respecto a la vacuna Sputnik que será la más utilizada en nuestro país debido a un acuerdo que hizo la Cancillería, no el ministerio de Salud, con autoridades rusas.

Hay al menos una publicación científica en la revista The Lancet, que afirmó la eficacia de la vacuna rusa, pero la observación brasileña que concretamente señala que es portadora de un virus activo, deja dudas aún en profesionales como el doctor Asturias, al punto de que pidió que se declarara lesivo el contrato de compra que fue suscrito por la Cancillería. A ello se suma que, evidentemente, Rusia tiene serios problemas logísticos para abastecer a sus clientes porque, si nos atenemos a lo que dijo Comunicación del gobierno de Guatemala, un avión cargado con nuestras vacunas ha de andar perdido en el espacio.

El mecanismo COVAX, que ha tenido fallas muy serias, empezará a beneficiarse de la decisión de países con abundantes dosis de compartirlas sabiendo que si no se inmuniza a más gente todo será por gusto. La prueba es que esta semana se recibió un cargamento de AstraZeneca que permitirá iniciar la esperadísima segunda fase de vacunación y ojalá que las autoridades atinen esta vez a implementar un plan realista y efectivo, que aún no hay, para atender la demanda de quienes desean vacunarse.

Redacción La Hora

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