Emilio Matta Saravia
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Como mayúsculo, puede calificarse el reciente desatino con la construcción del paso a desnivel de San Lucas. Aunque no cabe duda de que dicha obra es absolutamente necesaria debido a la evidente ausencia de planificación que ha tenido la comuna de San Lucas Sacatepéquez a lo largo de los años, autorizando centros comerciales y comercios de todo tipo a lo largo del tramo carretero previo al cruce a Antigua Guatemala.
La carretera a occidente es una ruta muy transitada, no solo por personas que se desplazan a trabajar a Guatemala desde los distintos municipios de Sacatepéquez y Chimaltenango, sino que también por el tráfico comercial que existe con el occidente y por el turismo hacia la Antigua, Panajachel y otros importantes destinos. Es por ello que el tapón que representa ese pequeño tramo carretero debe ser liberado para mejorar el flujo vehicular en ese camino tan estratégico para el occidente del pais.
Sin embargo, y como ha sido habitual en este gobierno, el Ministro de Comunicaciones en conferencia de prensa indicó que la comuna de Mixco decidió iniciar trabajos en una de las rutas alternas que tenían, evadiendo así la responsabilidad que tiene como funcionario público (y que tuvo su equipo de trabajo cuando planificaron la obra) de abstenerse de realizar un estudio serio que midiera el impacto que iba a tener la sobrecarga de vehículos en las rutas alternas propuestas ante el cierre total de la carretera. Es obvio que dichas rutas no están en condiciones de absorber todo el tráfico que viene del occidente del pais. De haber tenido dicho estudio, las rutas seguramente se hubiesen podido adecuar antes de que iniciara el paso a desnivel, no durante la ejecución del mismo.
Es obvio que tampoco hubo comunicación, mucho menos coordinación, con la comuna de Mixco, ya que si se consideraba que la mejor la ruta alterna era la que pasaba por El Manzanillo, resulta inconcebible que las autoridades del Ministerio de Comunicaciones no se aseguraran de que la misma estaría libre para que el paso vehicular fuera lo menos complicado posible por dicha vía. Por el contrario, resultó que la “mejor” ruta alterna estaba cerrada desde el día uno.
El Ministerio de Comunicaciones aún está a tiempo de enmendar los errores iniciales. Ya tuvo que recular en la arbitraria, arrogante y, a mi juicio, errada decisión de cerrar el paso hacia la capital, ya que ahora se instalarán carriles auxiliares para permitir la circulación en dirección de la ciudad de Guatemala. Sin embargo, debe abandonar las actitudes prepotentes, soberbias y también cínicas, que tanto caracterizan al jefe del Ejecutivo, para abordar los problemas derivados de esta obra. En vez de echarle la culpa a otros por la falta de planificación y coordinación, deberían asumir sus responsabilidades y comenzar por tomar decisiones en base a criterios técnicos, no arbitrarios.
El actual gobierno ha dado claras muestras de su incapacidad para atender la pandemia, para gestionar la compra de vacunas (solo un zalamero puede decir que el gobierno ha hecho todo lo que está en sus manos para conseguirlas) y para ejecutar su cacareado Plan de Vacunación, evadiendo sus responsabilidades y echándole la culpa a quien pueden.
El Ministro de Comunicaciones puede dar el ejemplo, ser humilde, aceptar los yerros y corregirlos.