El diputado Álvaro Arzú informó que se reunió con veteranos militares el pasado miércoles por la tarde. Foto La Hora

Decir que a los Magistrados de la Corte de Constitucionalidad habrá que sacarles por las buenas o las malas si no se han ido el día en que vence el período de la actual magistratura no es un eufemismo sino una clarísima y peligrosa amenaza pronunciada por el diputado Álvaro Arzú. Y todo eso recuerda las patrañas utilizadas por Donald Trump para encender la turba terrorista que entró en torbellino al Capitolio de Estados Unidos para detener “por las malas” el proceso de certificación del resultado electoral. Evidentemente no sólo en ese país tuvo efecto devastador entre tanta mente ignorante el mensaje presidencial sino también en otras latitudes donde el fanatismo producto de la ausencia de neuronas surte los mismos efectos.

La Constitución establece claramente los plazos y períodos para el desempeño de funciones públicas y también los procedimientos para la designación de nuevas autoridades. Si por alguna razón se incurre en ilegalidades durante el proceso, como designando a una persona sometida a proceso penal como es el caso de Mynor Moto, por supuesto que proceden las impugnaciones de mérito y las mismas se tienen que resolver con apego a lo que dice la Carta Magna que, además, no permite que las magistraturas se queden vacantes como se pudo ver con el manoseado proceso de las Salas de Apelaciones y de la CSJ.

Incitar a la violencia es un crimen y amenazar con el uso de la fuerza en contra de las autoridades también lo es. Por supuesto que para ignorantes fanatizados como los que pretendían matar a senadores y congresistas en Estados Unidos ello es la cosa más normal del mundo y por lo tanto se prepararon y actuaron de forma brutal, inspirados por su líder que, tristemente, ha logrado impactar en otras mentes deplorables.

Todos entendemos muy bien lo que se quiere decir que algo se hará “por las buenas o por las malas”. Simplemente el mensaje es que se tienen que retirar por su gusto y sin chistar o que van a ser retirados mediante el uso de la fuerza, independientemente de las consecuencias que ese exceso pueda traer.

Cierto es que de nuestros políticos podemos esperar todo porque algunos no piensan antes de hablar, simplemente porque no saben pensar y dicen las barbaridades que se les vienen a la cabeza, pero al estar ejerciendo alguna función pública, las palabras cuentan y mucho, como en este caso, en el que se está incurriendo en delito de amenazas y se está instigando al uso de la fuerza.

Redacción La Hora

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