Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Si los perpetradores del horrendo asesinato de Sharon tuvieran recursos, podrían contactar a alguna de las redes paralelas de la justicia que operan desde hace algunos años para ver cómo se libran de su fechoría.

Esa es la justicia que hemos construido y lo sabe el presidente Alejandro Giammattei, al punto que hace unosaños él tenía clara la película:

“La pena de muerte como tal, no resuelve la inseguridad, no resuelve los problemas que estamos viviendo de violencia en Guatemala, al contrario, puede ser catalogada como el refrán guatemalteco: pan para hoy, hambre para mañana. Si bien es cierto, crea una falsa sensación de seguridad y durante un tiempo pareciera que el índice criminal tiende a la baja, el resultado final, como lo han demostrado la mayoría de los países, es el aumento de la violencia, es la institucionalización de la violencia por parte del Estado”, se le oye decir a Giammattei en un vídeo que circula en las redes sociales.

Pero como ahora la cosa es rozar con el “populismo” y disfrazar en lo que se ha convertido el mandatario, necesita cambiar de discurso para lanzar una cortina de humo que le permitan seguir siendo de la legión de los que manosea los procesos de elección de cortes.

Giammattei pudo instalar su primera Junta Directiva en el Congreso de la República, gracias al apoyo que le dieron Gustavo y Felipe Alejos, Sandra Torres, el partido de Mario Estrada (la UNC), entre otros, y una de las condiciones pactadas fue la NO elección de magistrados a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y Salas de Apelaciones.

Mismo acuerdo se refrendó para la segunda Junta Directiva y él ha estado a bordo con ese plan, entonces que ahora salga a decir que la pena de muerte es la solución en un país en el que la impunidad es la norma, es caer en un peligroso populismo con el que luego, con una Corte de Constitucionalidad (CC) a la medida, hablarán de la necesidad de reelegirse.

Si se quiere honrar la vida de Sharon y otras niñas que por espacio no menciono por su nombre, lo mejor que podemos hacer es dejar de manosear la justicia y trabajar duro para reformarla con el afán que se pueda servir una justicia pronta e imparcial, al alcance de todos y no solo de quienes se mueven en el mundo paralelo de cooptación.

Los malhechores saben que la porosidad de la justicia les ofrecen avenidas de impunidad y por eso muchos no sienten “problema” alguno en recurrir a la muerte y eso debe cambiar, pero empieza con la necesidad que tenemos de lograr una justicia independiente y en esa materia, el mandatario tiene 0 en conducta.

Es más, crecen los niveles y sensaciones de inseguridad y su Ministro de Gobernación no siente presión alguna porque sabe que tiene el apoyo de Giammattei y diputados, a pesar que el mismo mandatario empeñó su palabra, aquella vez que Guillermo Castillo le tiró un salvavidas cuando la presión crecía en su contra. Bueno sería que el Vicepresidente reclamara por todos los acuerdos incumplidos.

La cosa es clara y sencilla: si queremos que la justicia sirva para ofrecer un futuro mejor a nuestra niñez, debemos dejar de manosearla. El Presidente no está pensando en la designación que hará en la CC para fortalecer el Estado de Derecho y con ello ayudar a miles de niños, si no en cómo cumple, una vez más, sus pactos con grupos oscuros.

Que Dios tenga en su Gloria a las niñas, de fortaleza a sus familias y les guarde del dolor que generan los políticos tradicionales que usan sus casos para seguir con sus planes que dan la espalda al país y debilitan la justicia.

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