José Roberto Alejos Cámbara

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José Roberto Alejos Cámbara

Hablemos de que después de Álvaro Arzú (PAN) y alimentado por dos corrientes de la Democracia Cristiana llegó el FRG. Una de estas corrientes estuvo encabezada por el mismo Alfonso Portillo. Hablemos del cómodo gobierno de Óscar Berger con la CICIG, de los conflictos de la llegada de la UNE y el caso Rosenberg; de una Primera Dama insistiendo en su candidatura presidencial.

No se puede obviar llegada y caída de los Patriotas siendo por ellos, en teoría, que se inició la lucha contra la corrupción, llevándonos a gobiernos de transición, de oportunismo, y a la confrontación, supuestamente política-ideológica en la que estamos inmersos.

Hay que profundizar en la caída de Jorge Serrano, incluir las dos veces que se intentó asesinar al llamado “Negociador del Congreso” y la famosa depuración, palabra que se pone de moda entre la población cuando se habla de cambiar al Congreso. La depuración de esa época se dio por la presión de la población y los medios de comunicación, los diputados tuvieron que emplear las reformas constitucionales y uno de sus artículos transitorios para auto disolver y convocar, y la Consulta Popular para elegir a un Congreso que terminara el periodo para el que fueron electos.

Las reformas constitucionales incluyeron dos temas por demás importantes: a) prohibir que el Banco de Guatemala prestara dinero al Estado y a partir de entonces los préstamos nacionales se hacen emitiendo bonos que compran a una excelente tasa de interés los bancos privados y b) cambiar, a través del sistema de Comisiones de Postulación, la forma de cómo elegir a los integrantes de las Cortes. Fue hasta la legislatura, que tuve el honor de presidir, que se logró la aprobación de una normativa para tal efecto la cual, inicialmente funcionó, pero que se fue politizando convirtiéndose en una de las causas que nos hizo llegar a donde estamos.

La salida de Serrano y la depuración del Congreso dejaron en la mente ciudadana el precepto de que la clase política del país realmente es un asco y que en cualquier momento puede cambiarse al Congreso lo que es totalmente falso, porque si la totalidad de los congresistas renunciaran llegarían los suplentes y para ser honesto, este grupo no es una nueva generación de politicos.

Este proceso desgastó, desprestigió y logró que la población viera con menosprecio a la verdadera clase política. Las personas decentes, honorables, conocedoras y con vocacion de servicio no quieren participar, porque saben que desde el momento en que anuncien su candidatura serán motivo de investigación y señalamientos, y la mafia que usurpa el lugar los verdaderos políticos se encargaría de desprestigiarlos, enjuiciarlos, y cualquier otra acción sucia para evitar ser desplazados.

El sistema se prestó y se fue desgastando hasta ser inoperante pero eficiente para los grupos paralelos que controlan las riendas del país. Vemos entonces que no son los partidos políticos los que nos tienen como estamos, son grupos sin ética, sin moral y sin conciencia del daño que hacen al aferrarse a sus privilegios, a la impunidad y al control del Estado para servirse y no para servir. Veremos más adelante quiénes son estas personas a las que me refiero. Caminemos, participemos, sino, no avanzamos.

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