Alfonso Mata, con información de la OMS
Como bien dice la OMS “La aparición de variantes del SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, sirve como un poderoso recordatorio de que los virus por su propia naturaleza mutan, y que la respuesta científica -y farmacéutica añadiría yo- puede necesitar adaptarse si quieren seguir siendo efectivos contra ellos.
Eso ha dado lugar a dos noticias. El virus está mutando en diferentes partes del mundo y segundo cuán efectivas son las vacunas a esas mutaciones y han aparecido los primeros resultados al respecto: las imitaciones de la vacuna AstraZeneca / Oxford para prevenir la enfermedad COVID-19 leve a moderada causada por la variante viral B.1.35. Eso no descarta que podamos usarla ya que el análisis primario de los datos de los ensayos de la Fase III han demostrado hasta ahora, en el contexto de entornos virales sin esta variante mutante, que la vacuna AstraZeneca / Oxford ofrece protección contra enfermedades graves, hospitalización y muerte. Esto significa que ahora es de vital importancia determinar la efectividad de la vacuna cuando se trata de prevenir enfermedades más graves causadas por la variante B.1.351.
Que están haciendo ante esa evidencia de limitaciones de esa vacuna. Estudios adicionales que permitirán confirmar el calendario de vacunación óptimo y su impacto en la eficacia de la vacuna. Y que se hace a nivel mundial. Pues la agencia mundial CEPI ha anunciado fondos para investigación clínica adicional para optimizar y extender el uso de vacunas existentes, que podrían incluir estudios de «mezcla y combinación» de diferentes vacunas utilizadas en combinaciones que pueden mejorar la calidad y la fuerza de la respuesta inmunitaria. Estos estudios podrían resultar útiles para optimizar el uso de las vacunas disponibles, incluida la vacuna AstraZeneca / Oxford.
Los estudios que se hacen a su vez son cuidadosamente analizados por expertos ajenos a ello. Así se puede entender que: la efectividad de la vacuna AstraZeneca / Oxford contra la variante B.1.351 se basa en un tamaño de estudio limitado que se centró en participantes de bajo riesgo y utilizó dosis de intervalo que no estaban optimizadas para la inmunogenicidad, estos resultados confirman que debemos hacer todo lo posible para reducir la circulación del virus, prevenir infecciones y reducir las oportunidades para que el SARS-CoV-2 evolucione dando como resultado mutaciones que pueden reducir la eficacia de las vacunas existentes.
Más hay algo que no pasa desapercibido para el mundo de las vacunas:
1º que los fabricantes deben estar preparados para adaptarse a la evolución viral del SARS-CoV-2, incluida la posibilidad de proporcionar futuras inyecciones de refuerzo y vacunas adaptadas, si se considera que es científicamente necesario.
2º la vigilancia de los efectos de las vacunas deben ser constantes y lo son. Los ensayos deben diseñarse y mantenerse para permitir que se evalúen los cambios en la eficacia y para que sean de suficiente escala y diversidad para permitir una interpretación clara de los resultados.
3º a nivel mundial a su vez, la vigilancia genómica mejorada debe estar respaldada por un intercambio rápido de datos genéticos y metadatos para permitir la coordinación y respuesta global. Es claro que La OMS está mejorando un mecanismo existente para rastrear y evaluar variantes que pueden afectar la composición de la vacuna y expandiendo ese mecanismo para brindar orientación a los fabricantes y países sobre los cambios que pueden ser necesarios para las vacunas.
4º Los planes de vacunación deben ser flexibilizados a los cambios para garantizar la máxima protección mundial contra nuevas cepas y minimizar el riesgo de transmisión.
5º Es indiscutible que gobiernos y donantes, así como los bancos de desarrollo, deben seguir apoyando a COVAX para garantizar un acceso y una entrega equitativos, así como cubrir los costos de investigación y desarrollo en curso para las vacunas de próxima generación.
La OMS a su vez es clara al decir que La capacidad de desplegar vacunas a nivel mundial para abordar la pandemia en evolución es más crítica que nunca, al igual que la importancia de la coordinación para garantizar que no ponemos en riesgo el impacto y el valor de las vacunas. Si se requieren nuevas vacunas, garantizar el acceso global a estas es aún más esencial, ya que seguimos viendo que todos estamos seguros solo si todos están a salvo.