Raul Molina Mejía

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Nació el 20/02/43. Decano de Ingeniería y Rector en funciones de USAC. Cofundador de la Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca (RUOG) en 1982. Candidato a alcalde de la capital en 1999. Profesor universitario en Nueva York y la Universidad Alberto Hurtado (Chile). Directivo de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG).

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Raúl Molina

Las medidas sobre migración de Joe Biden, al llegarse a los quince días de haber asumido el cargo, muestran claramente la intención de cancelar la política anti-inmigratoria anterior y dar marcha atrás a las docenas de medidas represivas e inhumanas que la caracterizaron. Se ha reconocido que urge desmantelar dichas medidas con un enfoque de “humanización” de la migración. Aparte de las acciones inmediatas para detener las deportaciones y la acciones represivas de ICE, se van tomando otras para ir desmantelando la política y las prácticas de la administración anterior. Según CNN en español: “El sábado, durante la reunión de invierno de la Conferencia de Alcaldes de EE.UU., Olavarria dijo que uno de los próximos decretos de Biden se centra en la frontera y la región en su conjunto al proporcionar fondos para abordar las causas fundamentales de la inmigración. Biden también establecerá programas para brindar protección a las personas más cercanas a sus hogares mediante el fortalecimiento de los sistemas de asilo en los países vecinos, la implementación de un programa de admisión de refugiados de Estados Unidos para migrantes en la región y la reactivación del programa de menores centroamericanos que había sido terminado por Trump y permite que ciertos jóvenes en riesgo vivan en Estados Unidos…Y en la frontera sur de Estados Unidos, el Gobierno tiene la intención de establecer un «programa de asilo justo, pero eficiente» que incluye poner fin al programa llamado «permanecer en México», que obliga a los migrantes a permanecer en México mientras sus casos de inmigración se desarrollan en Estados Unidos, así como los acuerdos de terceros países con países centroamericanos que se establecieron bajo la administración Trump”.

Aunque muchas de estas medidas ayudarán sin duda a miles de inmigrantes no documentados de Guatemala y eliminarán el innoble “Acuerdo de tercer país seguro” firmado por el gobierno de Jimmy Morales y mantenido por Giammattei -con base al cual se hizo feroz represión de la caravana hondureña, por órdenes del Ministro de Gobernación- sigue siendo incierto el panorama de la migración guatemalteca, que ha sido necesaria al ser fuente principal de divisas y tabla de salvación durante la pandemia para miles de familias en el país. Por ahora, las medidas de Biden se centran en las y los inmigrantes que se encuentran en Estados Unidos; pero corresponde al Gobierno de Guatemala abordar de inmediato la migración futura del país, para evitar las calamidades que sufren quienes viajan al norte como personas sin derechos, expuestas a robos, secuestros y muerte a manos de autoridades y delincuentes, como la tragedia reciente en Tamaulipas. Urge eliminar el tránsito vía “coyotes” y en vez de gastarse diez mil dólares solamente pagar un boleto aéreo. Las visas de trabajo son responsabilidad moral del gobierno estadounidense. Insisto en propuesta que hice hace pocos días: se debe formar de inmediato una Comisión de Alto Nivel, con participación de la sociedad civil y las organizaciones de migrantes, para dialogar y negociar con la Administración Biden sobre la migración guatemalteca.

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