Oscar Clemente Marroquín

ocmarroq@lahora.gt

28 de diciembre de 1949. Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Periodista y columnista de opinión con más de cincuenta años de ejercicio habiéndome iniciado en La Hora Dominical. Enemigo por herencia de toda forma de dictadura y ahora comprometido para luchar contra la dictadura de la corrupción que empobrece y lastima a los guatemaltecos más necesitados, con el deseo de heredar un país distinto a mis 15 nietos.

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Joseph Biden conoce muy bien a la región centroamericana y por eso plantea que para frenar la migración hace falta un vigoroso plan de ayuda económica para promover desarrollo que haga que los habitantes de los tres países del llamado Triángulo Norte busquen aquí su futuro y bienestar porque mientras haya pobreza será imposible detener la migración. Pero hay que recordar que el mismo Biden vino a Guatemala en el año 2015, cuando Otto Pérez ya no iba a renovar el mandato de la CICIG, y fue tan categórico que obligó al entonces presidente a prorrogar la presencia de la Comisión. Y eso lo hizo Biden porque conoce perfectamente la corrupción que nos carcome y que lejos de haber mejorado en los últimos años ahora está peor porque tras el gobierno corrupto de Morales, que dispuso la expulsión de la CICIG, vino Alejandro Giammattei, quien está en franca y abierta colusión con todos los miembros del Pacto de Corruptos y pretende, sin lugar a dudas, asegurar el control de la Corte de Constitucionalidad para garantizarse impunidad y asegurarla a todos los que saquean al país, eternizando así la Dictadura de la Corrupción.

Biden tiene enormes problemas internos que demandarán su atención constante, pero en el plano de la política exterior desde su campaña hizo categórico planteamiento sobre el problema migratorio y anunció que Estados Unidos destinaría una billonaria inversión para promover desarrollo en estos países y de esa cuenta evitar los flujos de migrantes que llegan día a día.

Ahora bien, si algo tiene que tener claro Biden, y se lo deben recordar sus principales asesores, es que centavo que mande a países como Guatemala se lo van a robar descaradamente. Peor que lo ocurrido con la Alianza Para la Prosperidad de Obama que en vez de invertirse en desarrollo humano, fue aprovechada por los que siempre le sacan raja a las cosas, tras venderle al Banco Interamericano de Desarrollo la idea de que el sector privado haría mejor uso de los recursos. El resultado, por supuesto, está a la vista porque no hubo ni un ápice de mejora en la calidad de vida y por eso es que paisanos como los que fueron incinerados en México siguen tomando la difícil y riesgosa decisión de irse en busca del llamado sueño americano.

Con esa experiencia y viendo de qué lado está cada quien en el pacto de los corruptos en el país, el gobierno de Estados Unidos tiene que anteponer la lucha contra la corrupción porque de lo contrario se volverán a aprovechar de los recursos para su propio beneficio, con el agravante de que ahora, sin el temor a la investigación penal ni, mucho menos, a condenas dictadas por los tribunales que está conformando Gustavo Alejos, no van a dejar santo parado.

Inversión para detener la migración sí, pero siempre y cuando se evite la corrupción y eso no es posible en el entorno actual de Guatemala donde los tres Organismos del Estado están bajo el control de los corruptos. Y si no lo creen, pregúntenle a Moto.

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