David Barrientos

napo10211@gmail.com

Guatemalteco con educación para el análisis de coyuntura, administración, dirección, alta gestión y coordinación de proyectos de seguridad, defensa, logística y manejo de crisis, con experiencias en el liderazgo de grandes unidades militares e interinstitucionales, actualmente consultor independiente y doctorando en ciencias sociales.

post author

David Barrientos

La colectividad actual se ha confeccionado de tal manera que la reflexión humana suele escasear; sin embargo, hay aspectos como el de la seguridad, sobre el que debemos deliberar, pues constituye un privilegio alcanzar los más altos índices de ausencia de riesgos, que además depende de condiciones propiciadas por otros campos de la actividad humana. La seguridad entonces es el producto de la conjugación de factores diversos, debe ser construida de manera conjunta: gobierno local, sociedad y entorno regional; aunque el Estado tiene el monopolio de la fuerza, es de gran importancia favorecer un adecuado uso de la fuerza pública.

En el escenario de la seguridad existen una serie de actores y circunstancias, que se constituyen en elementos fundamentales, por ejemplo: la construcción de canales abiertos y seguros para la denuncia ante las instituciones de justicia y persecución penal, importantes para crear la cultura de denuncia. La correcta planificación y ejecución presupuestaria, permite una optimización de los recursos asignados para la generación de un valor público de impacto en la seguridad. La contribución de entidades, centros de estudios y similares que han superado la sola crítica y hacen propuestas para mejorar la seguridad pública. Los organismos internacionales y países amigos que cooperan para crear una región más segura.

Guatemala ha experimentado una disminución en las cifras de hechos delictivos, desde el año 2009, de una taza de 46.4 homicidios por cada 100,000 habitantes a 15.3 durante el 2020 que es significativa; solo en el año 2020 se registraron 1000 homicidios menos que en el 2019 en el territorio guatemalteco. Sin embargo, el descenso en los hechos negativos mencionados también coincide con el aumento de la población privada de libertad, que para el año 2008 llego a tener una sobrepoblación de 131 % y para el año 2020 se acerca al 400 % de su capacidad instalada, con una infraestructura inadecuada, una gestión y recursos limitados, convirtiéndose el tema penitenciario además de un problema de seguridad, en una muestra que el tema de la seguridad pública debe ser tratada de manera integral, con articulación de actores y esfuerzos coordinados.

De tal cuenta que a las fuerzas de seguridad y entidades involucradas como: Policía Nacional Civil, dependencias que procesan información, órganos que realizan investigación criminal, Sistema Penitenciario, Ministerio Público y quienes dictan sentencia, entre otras; deben apoyarse decididamente en beneficio del bien común, instituciones que están obligadas a ajustarse a los procesos administrativos de gestión de los recursos que se les asigna, de acuerdo a las normativas y controles de los entes fiscalizadores correspondientes.

Ante la demanda que las instituciones que conforman la estructura de seguridad tienen, se les presenta la oportunidad de ser creativas y dirigirse al crecimiento cualitativo antes que cuantitativo, como la conformación de unidades especializadas, con tecnología, con funcionarios comprometidos con el país, apoyándose en entidades sociales y de cooperación internacional como una estrategia de economía de fuerzas. Más de una década con disminución anual constante de homicidios es una muestra que la articulación de actores, puede mejorar y prevenir el cometimiento de hechos delictivos y alentar una cultura de paz.

Artículo anterior¿Nuevo año con la vieja rutina de corrupción?
Artículo siguienteSepararse es morir un poco