Alfonso Mata

alfmata@hotmail.com

Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.

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Alfonso Mata

Desde el siglo XVIII algo cambió abruptamente en la forma de vivir y comportarse del humano. No en balde ya desde Freud, la civilización de los abuelos era considerada la civilización del deseo; y en todas las culturas ha venido creciendo y perfeccionándose ésta, transformando no sólo nuestra razón de existir y vivir sino de nuestro uso del tiempo y del espacio; de nuestra relación con el otro y la otra y con el ambiente, modificando la forma de funcionar de nuestro corazón y mente y haciendo girar cada día la vida de la juventud -al menos de la mayoría de esta- sea que viva en Europa, en Estados Unidos o en nuestra tierra, alrededor de lo que se dice: “una multiplicación infinita de demanda, comercialización y necesidades”, que obliga a ubicarse cada vez más en un presente y en este, en una horita, dejando casi nada para un mañana y dando por olvidado un ayer; trastocando todo ello, costumbres, tradiciones, forma de soñar y de pensar, dando lugar a estilos de vida cada vez más homogéneos y globalizados, de una nueva forma de ordenar crianza y desarrollo de niños, adolescentes y jóvenes que tengan su mente y corazón en un “hoy y ahora” y fomentándoles una relación con los demás, en las que queda claramente escrito: primero, segundo y tercero YO, mis deseos y mis caprichos y, si hay tiempo y espacio, los demás.
Entonces podemos afirmar que ha surgido en los últimos siglos, una nueva forma de entendernos con nosotros y con los demás en que: gustos, aspiraciones, creencias y conductas, todo girando alrededor de nuevos Dioses: el consumo y su consorte la oferta. Toda la innovación y renovación que hacemos y que se nos orienta a cultivar, se dirige a adorar y rendir pleitesía a esos nuevos dioses que nos orientan, creándonos nuevas necesidades y perfeccionando el funcionamiento de nuestros mecanismos deseables y de satisfacción de nuestros cerebros, obteniendo de ello, la potencia a nuestro Yo y la creación de nuevos valores que rijan nuestra alma.
Cabe aun la duda de saber si lo que se ha dado, si lo que estamos caminando, es un paso decisivo para nuestra evolución humana o nuestra destrucción ¡no sabemos ello a ciencia cierta! y como decía Unamuno: si esa idea que priva en nuestro cerebro, ese moverse prioritariamente en base a la necesidad regida por el placer, no es sino una forma suprema que el azar toma en nuestra mente..” a qué tanto afán, si ello a lo que lleva es a otra gran incógnita: soy yo y los otros, producto de una creación propia o meramente del medio que me rodea y sus demandas. Pero mientras usted dilucida un poco de todo ello y dan las doce para despedir un año lleno de sorpresas, alegrías, frustraciones y temores y alguito de nuevos descubrimientos de nosotros mismos. Para usted y los suyos ¡feliz, próspero y venturoso 2021!.

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