Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

La vacuna le ha dado esperanza al mundo contra la pandemia provocada por el COVID-19. Soy fanático del Madrid y por eso Lionel Messi no es santo de mi devoción pero me quedaron marcadas sus palabras cuando usó la frase “virus de mierda” para referirse al coronavirus que puso al mundo de rodillas.

La Coprecovid, con fecha de expiración el 31 de diciembre, ha expresado que Guatemala necesita alocar más recursos para obtener vacunas y así poder aspirar a una masiva vacunación de nuestra gente.

Los países más ricos y avanzados son los que llevan la delantera para la obtención de las primeras dosis y los menos desarrollados quedaremos a la cola. Será necesario que las dosis no terminen siendo accesibles solo para aquellos que tenemos oportunidades y por eso es fundamental que se incrementen los esfuerzos para generar mayor disponibilidad de recursos.

Pisto no es el problema” porque aunque no somos un país rico, sin tan solo usáramos 5 o 10 por ciento del dinero que anualmente se “huevean” sin duda alguna que tendríamos recursos de sobra para adquirir lo que tanta gente espera con ansia para intentar volver a algún tipo de normalidad a finales del 2021 o 2022.

Ahora que el presidente Alejandro Giammattei se ha visto obligado a tomar algunas decisiones en contra de su voluntad porque le caló el despertar de la gente, sería conveniente que en un aire con remolino le ponga una pausa a los pactos que derivarán en inevitables robos de recursos (obras, en especial de reconstrucción, contratos y plazas) y que ya están siendo fraguados para dejar los acuerdos cerrados con la readecuación presupuestaria.

Todos temimos que el COVID-19 iba a provocar un estallido social que a la fecha no se ha dado no solo porque nuestro pueblo es aguantador, si no también porque tuvimos la capacidad de mantener las cadenas de abasto funcionando y en muchos casos (salvo para los que ya sabemos que dejamos atrás desde antes de la pandemia) no hubo el temido desabastecimiento.

Pero no atender con prontitud, honradez y eficiencia el tema de la vacunación en el país, puede ser el extremo que catapulte el hartazgo de la gente y que los termine de inclinar por alguna opción radical antisistema.

Nunca faltarán las voces insensatas que harán campaña en contra de la vacuna y como han expresado varias mujeres madres de familia, “nunca hemos cuestionado las otras vacunas que los doctores nos dicen que son seguras porque cumplieron el proceso, no entiendo por qué empezar ahora”.

No reventó el país como temimos, lo que fue bueno, y ahora debemos asegurarnos que un mal manejo del tema de vacunación no sea la gota que rebalse un vaso del que luego no podamos contener el derrame.

En palabras de buen chapin, “por el amor de Dios dejen de robar” y dedíquense a encontrar los recursos y a armar la logística para armar una buena campaña de vacunación si logramos conseguir las dosis necesarias para vacunar a los nuestros, en especial lo más necesitados de este país.

Cuando tengamos las vacunas, primero habremos de aplicar las dosis al personal médico en primera linea a los que nunca tendremos cómo darle tantas gracias por tantos meses de sacrificio, lucha y angustia. Nos han llevado en hombros y como país, les estaremos eternamente agradecidos.

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