Jorge Santos

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Defensor de derechos humanos, amante de la vida, las esperanzas y las utopías, lo cual me ha llevado a trabajar por otra Guatemala, en organizaciones estudiantiles, campesinas, de víctimas del Conflicto Armado Interno y de protección a defensoras y defensores de derechos humanos. Creo fielmente, al igual que Otto René Castillo, en que hermosa encuentra la vida, quien la construye hermosa.

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Por Jorge Santos

Recientemente se presentó el documental de la HBO basado en el libro de Francisco Goldman titulado el arte del asesinato político. Tanto el libro como el documental dan cuenta sobre los hechos alrededor del asesinato de Monseñor Juan Gerardi y las circunstancias bajo las cuales se dio el mismo. Al final, tanto para quienes son personas conocedoras de las historias del país, como para quienes por primera vez y a través de este documental ven una realidad de las dimensiones que fue, pareciera que la premisa de primero como tragedia y luego como farsa, se materializa.

Monseñor Gerardi conoció en carne propia esta premisa, cuando fue testigo de la violencia y el terror de Estado impulsado por el Gobierno en los años más cruentos de la guerra. Su labor de apoyo de las víctimas del Genocidio y otras graves violaciones a derechos humanos, le alcanzaron hasta provocarle un doloroso exilio, al igual que otros miles de guatemaltecos y guatemaltecas que se vieron forzados a dejar el país para salvaguardar la vida. Sin embargo, años después regresó y lo hizo con la misma convicción de aquellos años en Quiché y fue así que junto a su compañero de sacerdocio Prospero Penados, fundó la histórica e importante organización Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala -ODHAG-.

Fue desde esta importante organización donde organizó el Proyecto Interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica -REMHI-, el cual se va a convertir en el primer gran esfuerzo de documentar la verdad alrededor de los hechos de terror cometidos durante el Conflicto Armado Interno. El resultado de este proyecto se dará a conocer en el Informe Guatemala “Nunca Más” y que fuera presentado por el propio Gerardi el 24 de abril de 1998, a tan sólo un año y medio de la firma del Acuerdo de Paz Firme y Duradera entre la guerrilla y el gobierno de Guatemala. Tan sólo dos días después un grupo de militares del Estado Mayor Presidencial lo asesinará en su casa de habitación. De este hecho tan sólo los autores materiales han sido responsabilizados y aún no sabemos nada de quienes ordenaron y fueron los autores intelectuales del mismo.

A 22 años de la presentación del Informe Guatemala Nunca Más y del asesinato de Monseñor Gerardi, la violencia, la imposición autoritaria se consolida en el país, como una especie de déjà vu de aquel pasado que nadie quiere volver a repetir. La oposición política, los y las defensoras de derechos humanos, periodistas y comunicadores sociales o bien toda aquella persona que se oponga a los espurios intereses del Gobierno de Giammattei y de la oligarquía guatemalteca, es sometido a sangre y fuego. Tan sólo este año, la UDEFEGUA ha documentado un total de 1004 agresiones contra personas defensoras de derechos humanos, en un marco de represión estatal. De ahí la importante necesidad de entender que sin erradicar la impunidad del pasada, será imposible erradicar la del presente.

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