Danilo Santos

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Politólogo a contrapelo, aprendiz de las letras, la ternura y lo imposible. Barrioporteño dedicado desde hace 31 años a las causas indígenas, campesinas, populares y de defensa de los derechos humanos. Decidido constructor de otra Guatemala posible.

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Danilo Santos

¿Cuántos somos en Guatemala, los que dice el censo o más? Al final da igual, nos roban a todos los que seamos por igual. No vengan ahora con que el primer año vacunarán el 20% y luego veremos qué pasa. Mala señal la renuncia del Dr. Asturias, pero peor señal la complacencia del Congreso en las citaciones para hablar de la vacuna y la logística. Pero vamos a ver, en el Congreso no se dan cuenta que su desfachatez nos tiene hartos, no se dan cuenta en el Ejecutivo que también. La Presidencia de la República y el sector privado son los primeros que tienen totalmente claro que durante el confinamiento quienes sostuvieron al país fueron precisamente esos votantes que han logrado mantener embrutecidos por casi dos siglos, esas capas medias que creen que reclaman justicia y pelean contra la impunidad, contra las izquierdas y el comunismo, cuando solo defienden es statu quo sin darse cuenta, porque la unipolaridad de la extrema derecha es sumamente exitosa a nivel político, económico y cultural. Váyanse a freír espárragos (nada más por ser elegante). Ya no los aguantamos, el país ya no aguanta más. ¿No se dan cuenta? Mañana no se quejen del fuego verdadero y no del que se han inventado para asustar.

La vacuna la merece todo el país, porque entre todos les hemos hecho ricos, financiado sus desmanes, sostenido esos ritos y costumbres que nos han inoculado desde todos los aparatos del Estado para adorarles y servirles con pena y sin ningún aprecio por nosotros mismos, nuestras familias y el país. Estamos hartos. HARTOS.

Tenemos, debemos, queremos cambiarlo todo; empezando por echar a la actual clase política por tibia y servil, siguiendo con arrebatarle las riendas del país a los “adelantados” difuntos o en vida, o a los igualados que han logrado acercarse a tener la vida y hacienda que les garantiza la corrupción y la doble moral. Váyanse, o los echamos con ese concepto que pusieron en la letra muerta para asustar, váyanse porque la SEDICIÓN es un derecho cuando somos oprimidos. Váyanse antes que la sangre borre más pueblos que los fenómenos meteorológicos.

Pueblo de Guatemala, ya se dieron cuenta que si hacemos cuentas de lo que se han robado las élites nos sobra para salvar vidas en hospitales, en aldeas y caseríos; para tener una infraestructura y sistema educativo digno, para que la salud en todo el país fuera de primer nivel. Porque la mayoría que se levanta día a día sale a reventarse el alma para dar de comer a su familia y sobrevivir: y de eso llevamos casi doscientos años. Nos alcanza y nos sobra.

Vacuna para todo el país. Nada de que primero unos y luego otros, no confiamos en ustedes. O nos vacunan a toda la población o la catástrofe será más que sanitaria. Ya se enriquecieron demasiado, ya mintieron demasiado, ya los aguantamos demasiado. Es hora de un país sin ustedes. Y esto no se trata de sábados maravillosos de encuentros y demandas populares, se trata de hartazgo generalizado de quienes van los sábados y de quienes sin dejar de trabajar y aún habiendo votado por ustedes, están hartos, estamos hartos.

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