Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt

@ppmp82

He sido un fiel creyente que los guatemaltecos debemos escucharnos más, siendo mejores para dialogar mejor y desarrollando habilidad para alcanzar mínimos que nos permitan derrotar el sistema. El problema del país es complejo pero no es imposible de resolver; lo que sucede es que son muchos frentes y demasiados focos de cooptación.

Dicho lo anterior, el viernes cuando me “enteré” que Alejandro Giammattei había acordado “llegar a acuerdos” porque el informe preliminar de la OEA no le iba a favorecer, fui de los que creí que esto era una treta; cuando escuché los “pactos” y cuando vi que tuvo que regresar para decir que cerraban Centro de Gobierno porque se le había “olvidado”, me sospeché que no iban a durar mucho los acuerdos.

Y ayer se confirmaron mis sospechas. Se publicó un acuerdo en el que claramente se establece que Giammattei preside el Gabinete de Reconstrucción y el que lo coordina es el Ministro de Comunicaciones y eso significó el incumplimiento del primer acuerdo. Tras quedar en evidencia, el Gobierno trato de salvar los muebles pero era imposible por la manera en la que está redactado el acuerdo y hasta quien lo redactó sabe que el comunicado que sacaron luego es mentira porque no tiene sustento jurídico.

Asumo que al Presidente le calentaron la cabeza, le jugaron mucho con el ego y el tema inexistente del golpe. Además, se sabe que los diputados estaban furiosos con los acuerdos porque sentían que aunque el mandatario no dijo ni pío de sus oscuros pactos con los legisladores (que incluyeron obras, negocios y cientos de plazas en el Ejecutivo), si el Vicepresidente entraba en la jugada, si perdían el control del Ministerio de Gobernación y ya no podían coordinar con el Centro de Gobierno de Miguel Martínez, armar los pasteles les sería más difícil.

Ayer vimos el primer incumplimiento del acuerdo y vienen más. Si a Hugo Monroy lo pasó del desastre causado, le perdonó que se hayan hecho negocios en su gestión (negocios que comentaron desde el mismo Gobierno) y de premio le dio construir hospitales, ni quiero pensar qué harán para asegurarle a Miguel Martínez seguir siendo el poder tras el trono.

Con el caso de Gendri Reyes, algo le debe saber a la cúpula del poder porque si a Oliverio García Rodas se lo cargaron con la excusa del Planned Parenthood, es incomprensible cómo ahora es el gran protegido. Reyes era el elegido por el poder tras el trono y eso da una sensación de cómo se toman muchas decisiones en este Gobierno.

Giammattei iba a volver a sus rutas porque ya ha empeñado mucho, ya negoció demasiado y los efectos de lo recibido en campaña son imposibles de borrar y por eso digo, el que pactó con el mal, vuelve.

El viernes de la semana pasada, con el amague del acuerdo, el país no se resolvió y ahora con el rompimiento del primer acuerdo el país tampoco está en una ruta insalvable.

Justo ayer se conoció la realidad que con acciones u omisiones todos hemos construido: Guatemala tiene a la niñez y jóvenes con la estatura más baja a nivel mundial y para cambiar esa como muchas otras realidades que nos aquejan, necesitamos acuerdos con los que podamos derrumbar los principales cimientos de corrupción e impunidad sobre los que descansa el sistema.

Que no nos distraigan lo que nos quiera hacer creer un Presidente que hoy es el más fiel defensor del sistema. No serán los políticos los que lideren el cambio de este país, debemos ser los ciudadanos conscientes, maduros, dispuestos a alcanzar acuerdos y listos para rajar ocote.

Pedro Pablo Marroquín

pmarroquin@lahora.gt

Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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