Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso

“Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia.” Albert Einstein.

La sociedad actual nos ha hecho más vulnerables socialmente, derivado de la fragilidad del ser humano frente a la masa crítica y anónima, que rodea la puerta abierta en que se ha convertido el diario vivir, la intimidad puede ser o no manipulada por las personas para dar una imagen de felicidad, de grandeza, o de sapiencia, que no siempre (Casi nunca) coincide con el diario vivir, eso nos convierte cada día en más y más pequeños microorganismos dentro del gran universo que es la vida.

En ese contexto, las tragedias no han dejado de manifestarse al igual que siempre, pero se hacen más evidentes, derivado del libro abierto en que se ha convertido la vida del ser humano, por ejemplo, el Covid-19 evidenció lo más grande del individuo, como su entrega y nobleza, así como lo más pobre, como la discriminación que vivieron en su inicio quienes se contagiaron de la enfermedad, situación que todavía hoy, en algunos espacios sociales persiste.

Otro acontecimiento cercano, convertido en tragedia para muchos es la tormenta que recién acechó nuestro país, tormenta que como suele suceder, sacó a flor de piel los sentimientos más nobles, de los seres humanos que inmediatamente se volcaron en apoyo de los damnificados, tanto que algunos perdieron la vida para tratar de salvar otras, como lo son los diversos accidentes que dejaron familias enlutadas.

Lo importante de las crisis es el manejo que realiza el ser humano de cada una de ellas, puede ser el de esconderse, enconcharse y que otros afronten el vendaval, mientras otros se colocan en primera línea, aunque esto signifique poner en peligro la propia vida, o lo que es peor, perderla, como se cuentan incontables casos durante la pandemia, que aún nos azota, aunque pareciera que no, por el relajamiento que se percibe en algunas actitudes como hacer reuniones sin protección y otras más, la enfermedad está acá, vino para quedarse, y mientras encuentran una vacuna, o en su defecto un medicamento para combatirla, es un peligro latente.

Lo importante es la actitud del ser humano para, reconocer, afrontar y vencer las diferentes crisis naturales que seguirán azotando la vida, es histórico que un día sí y otro también estamos en constante involución en relación a la dicotomía vida-muerte, no siempre sabemos gestionar el paso por la vida, y es ahí donde involucionamos al no saber qué hacer frente a una probable tragedia personal, como lo es una pérdida familiar, o una generalizada como la pandemia que aún nos tiene de rodillas, la naturaleza humana puede actuar de la forma más inesperada, en la que puede aflorar lo mejor o lo peor de cada individuo.

Abrir nuestra vida, sin que nos lo pidan, por deseo propio, da al vecino el derecho a poder pronunciarse sobre nuestras debilidades y nuestras fortalezas, por lo visto siempre serán más calificadas las primeras que las segundas, desafortunadamente el ser humano, suele ver la paja en el ojo ajeno, sin ser capaz de apreciar la propia que suele ser más grande y evidente.

Viene a colación todo lo anterior, porque en un lavado de imagen, muchas personas suelen hoy publicar como grandes bondades, hechos que deben ser parte de nuestra intimidad, anunciar con bombos y platillos que se ayuda al prójimo no es la mejor actitud en las tragedias, existe un refrán que reza: “Que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu mano derecha” ¿Porqué se identifica a las dos manos como visualizadoras de un mundo diferente? Porque esa es la vida, no todos tenemos la misma percepción del mismo evento, y lo que puede ser grandioso para una persona, para la otra no lo es, lo mejor por lo tanto es mantener cierto grado de privacidad, aún en momentos en que parece que esta desaparece.

Lo grandioso del ser humano se encuentra inmerso no en lo que dice que hace, se encuentra en las cosas que hace y no dice, porque no espera reconocimiento alguno, lo hace porque necesita hacerlo.

licgla@yahoo.es

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