Pretender que los medios no informen de la situación de la pandemia para no afectar los intereses políticos de una persona es no sólo cínico sino inmoral. Foto Ap

Es obvio que una pandemia tiene efectos políticos porque además de los contagios y las muertes, se producen efectos económicos que impactan seriamente a las sociedades. Esta mañana, en uno de sus acostumbrados mensajes en redes sociales, el Presidente de Estados Unidos dijo que los medios se enfocan en Covid, Covid, Covid, tratando de hacerle daño a sus fantásticos números de votos y sugiere que publicar noticias de la pandemia debiera ser prohibido porque es una violación a las leyes electorales.

De hecho el manejo de los contagios y del progreso de la enfermedad sí tiene efectos políticos y quienes lo hacen bien reciben el respaldo de sus pueblos mientras que los que incurren en descuidos y sostienen que el virus desaparecerá por sí solo y que no es más que una influenza fuerte, terminan pagando alto precio en términos de aprobación de los ciudadanos. En Estados Unidos la semana pasada se produjeron los días con números récord de nuevos contagios, superando las elevadas cifras de Julio cuando se había alcanzado el pico más alto. Los sitios donde más contagios están ocurriendo ahora son aquellos donde la gente ha rehusado usar la mascarilla obligatoriamente porque sostienen que ello es una violación de su libertad, haciendo eco al desprecio del mismo Trump y su equipo por el uso obligatorio de ese sencillo recurso que los científicos recomiendan como la mejor prevención.

Los países que han manejado mejor la pandemia insistieron en cuatro aspectos concretos: Distanciamiento social, uso de mascarilla, masiva realización de pruebas y seguimiento de los casos para contener la propagación. El distanciamiento social se ha ido relajando por la necesidad de activar la economía lo que ha provocado rebrotes en países como algunos de Europa, donde se había llegado a controlar el Covid y también donde los jóvenes se relajaron en el uso de mascarillas al concentrarse en bares y restaurantes.

En los lugares más afectados ahora en Estados Unidos no se promueve el distanciamiento ni el uso de mascarillas, pero además resulta que, como paradoja, ese país que es la mayor economía mundial, ni realiza pruebas en cantidad suficiente ni tiene mecanismos de seguimiento de los casos para lograr, mediante el aislamiento, reducir los contagios.

Pretender que los medios no informen de la situación de la pandemia para no afectar los intereses políticos de una persona es no sólo cínico sino inmoral. Mientras mejor informada esté una población mejor serán sus prevenciones y enterrar el tema por motivos electorales sí que sería una violación de toda norma y principio democrático.

Redacción La Hora

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