Lic. Douglas Abadía
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Continuando con el desarrollo de algunas causas histórico-políticas de la desunión centroamericana, sigo con la causa de la Economía Regional no Unificada, el Pacifico de Centroamérica, desde Honduras hasta Costa Rica, mantuvo nexos estrechos con el sur, en especial con Panamá y Perú. Mientras que Nicaragua mantenía relaciones comerciales con los puertos de Nueva España.
En el norte de Centroamérica, desde los puertos hondureños se realizó algún comercio con las islas del Caribe. Sin embargo, el comercio más activo se desarrolló alrededor del cacao, producto indígena cultivado desde el istmo de Tehuantepec hasta Nicoya. Hacia mediados del siglo XVI el comercio cacaotero conoció un auge repentino. Soconusco, entonces parte del Reyno de Guatemala, era la principal provincia cacaotera. Muy pronto se hicieron sentir los efectos de la explotación inmisericorde a la cual se sometió a los indígenas, quienes se vieron obligados a abandonar sus cultivos de subsistencia, al extremo que fue necesario importar de otras zonas alimentos y ropas, negocio que desde luego controlaban los españoles. En la década de 1540, en la provincia de Izalcos en El Salvador, los encomenderos comenzaron a cultivas grandes plantaciones de cacao, obligando a los indígenas a expandir el número de árboles.
El negocio del cacao de Izalcos estuvo en manos de unos veinte grandes encomenderos. Entre ellos sobresalían tres originarios de Salamanca Juan de Guzmán, Francisco Xirón y Juan Vásquez, quienes no ostentaban el título de Conquistadores, pues habían llegado en la década de 1540. Estos encomenderos amasaron grandes fortunas mediante la extorsión a los indios, a quienes obligaban a realizar pagos tributarios extraordinariamente altos.
La posesión de encomiendas en las zonas cacaoteras fue fuente constante de conflictos entre los sectores dominantes de la sociedad colonial; por ejemplo, los españoles del altiplano, que no poseían encomiendas en las zonas cacaoteras, protestaban por el traslado de indígenas para trabajar en esa actividad, invocando las leyes que prohibían llevar indios a territorios de climas cálidos e insalubres.
Una parte del cacao de Izalcos y Soconusco se exportaba desde el puerto de El Ralejo a Panamá y al Perú, pero el grueso de las exportaciones iba al Virreinato de Nueva España. El cacao centroamericano era muy apreciado y entre los españoles se había extendido la costumbre de consumir chocolate.
Después del cacao, el añil fue el producto más importante en el comercio centroamericano. La industria del añil conoció su primer auge entre 1580 y 1630. Hacia 1600 ya el añil había desplazado al cacao como principal producto de exportación centroamericano. España era el presunto mercado del añil. En el mercado local, el añil era colocado en pequeñas cantidades, y hacia el Virreinato del Perú se realizaban algunas exportaciones, sin embargo, la falta de mercados fue la causa principal del estancamiento de la actividad a partir de 1630. El verdadero periodo de prosperidad para el añil centroamericano fue la segunda mitad del siglo XVIII.
La economía centroamericana presentaba un patrón cíclico, y mientras algunas áreas vivían épocas de bonanza, otras se hallaban sumidas en la miseria. Como se puede observar, los países centroamericanos siempre han jalado por su lado desde hace cientos de años, por lo que dicho esquema se ha venido reproduciendo a lo largo de la historia; impidiendo la unificación centroamericana sumado a la dependencia económica que ha caracterizado a Centroamérica al existir un consenso colonial entre la monarquía, las instituciones, la burocracia y las elites criollas.
También cabe mencionar que el triunfo de los liberales en Centroamérica en los años de 1850-1880 generó en las elites centroamericanas la confianza en mantener relaciones comerciales con el exterior, pues les permitía obtener grandes beneficios económicos pero que llevaría a los países centroamericanos a la dependencia económica del exterior; esquema que se mantiene hasta la fecha. Centroamérica no ha podido unificar su economía debido a la vasta cantidad de intereses de las oligarquías centroamericanas, pues cada grupo económicamente fuerte no quiere ceder para unificar los mercados centroamericanos, lo que hasta el momento ha sido un impedimento para la unificación.
Continuará…