Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
En La Hora consideramos, y así lo dijimos ayer en el Editorial, que el plan de recuperación económica que presentó el Ministerio de Economía es un buen primer paso para ir recobrando el rumbo que perdimos por la pandemia.
Pero a la vez, yo lo veo como una oportunidad para que todos aquellos que entendemos que nuestro sistema es nuestro principal enemigo para un crecimiento sostenido e incluyente, veamos este plan como una oportunidad de mínimos para lograr además una agenda en común que, de materializarse, haga más viable no solo la recuperación sino la transformación del país en beneficio de toda su gente.
El plan del Gobierno contempla:
Eje 1: Recuperar y generar empleo
1. Generar y promover protocolos de bioseguridad para operar.
2. Facilitar el acceso a instrumentos financieros.
3. Promover la flexibilidad y la seguridad del mercado laboral.
4. Fortalecer cadenas de valor de alta capacidad de empleo.
Eje 2: Atraer más inversiones estratégicas.
5. La creación de un marco legal favorable a la inversión e identificar proyectos de infraestructura productiva del país.
6. Atraer inversiones para la relocalización.
7. Mejorar el clima de negocios.
Eje3: Fomentar el consumo de bienes y servicios guatemaltecos.
8. La estimulación de la demanda.
9. Identificar nuevas oportunidades en el comercio exterior.
10. Promover la recuperación de la confianza en el consumo.
Todas esas medidas son fundamentales para levantarnos del palo que, económicamente, ha sido la pandemia que además tiene efectos sanitarios y sociales. Para lograr ejecutar el plan, debemos tener en cuenta la forma en la que opera el sistema y por eso es que insisto en que esto debe servir para trabajar alrededor de metas en común.
Crear un marco favorable para la inversión pasa por muchos de los diputados que ahora se están relamiendo los bigotes con la negociación del presupuesto porque ven que hay dinero suficiente para acordar los negocios en los que pueden sacar enorme raja. Si el Listado Geográfico de Obras ha provocado que los políticos se metan a tener sus constructoras para seguir con las transas que quedaron evidenciadas en procesos judiciales, el fondo de reactivación es el aliciente para negociar, aprobar el presupuesto e iniciar la fiesta.
En otras palabras, están viendo cómo generan su negocio y no cómo las obras pueden evitar buena parte de la migración, por ejemplo.
Mejorar el clima de negocios pasa por tener cortes independientes y por poder ofrecer certeza a los inversionistas de que la mordida no es el punto de entrada al sistema. Los mejores, locales o extranjeros, generalmente no entran a esa puja porque saben que no todos operan bajo las mismas reglas.
El plan que presentó Antonio Malouf ofrece luces. Ahora es tarea de los políticos comprometidos, de los empresarios que entienden, de la sociedad organizada y de la ciudadanía que pide a gritos un cambio, involucrarnos para quitar del camino los bemoles del sistema que son el primer obstáculo de un plan que ofrece caminos para una mejora ciudadana.